Colectivos maduristas también compran y venden dinero efectivo

Por.- @alexvallenilla

-Aunque lo hacen en forma de dinero como “monedas comunitarias”, la compra y venta de el panal en Petare, como el elorza en Apure tiene el mismo principio

Desde el oficialismo se esgrime el argumento de que hay mafias en Venezuela que venden dinero efectivo con premios de hasta 150%, alguien que necesite dinero efectivo realiza una transferencia a quien lo venda, si una persona necesita 100 mil bolívares, debería transferir al vendedor 250 mil bolívares de manera electrónica. Se trata de una situación creada porque la emisión de dinero por vía electrónica es mucho más grande que la de billetes físicos, además la acelerada inflación es mucho más veloz que la capacidad del Banco Central de Venezuela (BCV) de reponer billetes en todo el sistema.

Una situación similar ocurre en sectores del oficialismo, a los que se les permite emitir “dinero comunitario”. En Petare y en el municipio Libertador, así como en Apure, grupos de colectivos afines al cahvismo/madurismo venden dinero que ellos crean, que llaman “monedas comunitarias”, a una tasa definida por ellos mismos. Por ejemplo en Petare un “panal” es vendido por 5 mil bolívares, las personas pueden acceder al mismo con transferencias. Esto se constituye en una manera de vender dinero en efectivo, o cupones de pagos que se aceptarían en algunas bodegas de los sectores populares para el comercio de productos del CLAP y otros rubros.

Lea también: Estado de Excepción Económica ha sido otro fracaso de Maduro desde 2016

La ley se aplica contra personas que venden el dinero efectivo en bolívares con un premio, pero las mismas autoridades al contrario apoyan que los factores pro oficialistas emitan una forma de dinero que no tiene un soporte o respaldo definido para su circulación. El gobierno chavista/madurista ha mantenido un control cambiario desde el año 2003, y prohíbe el comercio legal de dólares dentro de la República, salvo las operaciones limitadas que permite el BCV con subastas controladas, mientras proliferan formas de pago que tienen el mismo propósito de la compra venta de dinero efectivo, aunque con signos distintos.