Carlos Luna: Maduro y su élite gubernamental solo buscan ganar oxígeno y legitimidad

Venezuela se encuentra como en una especie de callejón sin salida. Las autoridades buscan atornillarse en el poder, mientras el pueblo sigue perjudicado por una crisis humanitaria que lo asfixia. 

La comunidad internacional hace presión, son más de 30 los países que aseguran que no reconocerán los resultados de las elecciones presidenciales pautadas para este 20 de mayo, donde muchos piensas que quizás el cambio tan anhelado está lejos de alcanzarse.

Para conocer un poco más del escenario que se puede presentar en los próximos días, El Nuevo País y revista Zeta conversó con el internacionalista y profesor Carlos Luna, quien compartió con nosotros unas reflexiones que reconfirman que Maduro y su élite solo buscan un poco de oxigeno y legitimidad. 

 -En esta oportunidad, ¿cómo evalúa usted el escenario electoral?

El escenario electoral en Venezuela, es el más sui generis de los últimos años, en los que ha venido desarrollándose una «Autocracia Competitiva», (entendida esta como el régimen que puede llegar al poder por vía del voto universal, directo y secreto, cosa que le brinda una «Legitimidad de Origen», pero en el ejercicio del gobierno, se lesiona la institucionalidad del Estado, se irrespeta sistemáticamente el Estado de Derecho y las Leyes de la República, el Equilibrio, Autonomía y capacidad de control de los poderes, y se vulnera las libertades de los ciudadanos -se cercena el Libre Mercado, el Libre Comercio, la Libre Iniciativa, la Libertad de Expresión, Información y Pensamiento, y sumado a ello, los Derechos Humanos. Con ello se pierde la «Legitimidad de Ejercicio»).
Pensamos que hoy el Sistema Político Venezolano está en una encrucijada, donde pareciera que estamos en una transición, de una Autocracia Competitiva, a un Autoritarismo Hegemónico, donde se ha convocado un proceso electoral presidencial donde se pretende recuperar «LEGITIMIDAD» para el que resultare ganador, pero desde una institución que consideramos «Espuria», como es la Asamblea Nacional Constituyente; pero que además, no hay competencia Electoral en igualdad de condiciones.
El CNE decidió inhabilitar tarjetas de los principales partidos de oposición en la actualidad, primero que nada la «Tarjeta Unitaria de la MUD» (que vale la pena mencionar que es la más votada de la historia electoral venezolana), así como la de partidos como Voluntad Popular o Primero Justicia; ello sin contar la inhabilitación o la permanencia en prisión de los líderes más representativos de la Alternativa Democrática. Sumado a esto, el CNE no ha cumplido con lo establecido en la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política respecto a que el tiempo mínimo para el desarrollo de los cronogramas entre el momento de la convocatoria y la realización efectiva de las elecciones debe ser de «seis meses (6)», aunado al hecho de que no está convocada una Observación Electoral real, profesional y técnica, sino simplemente un «Acompañamiento Internacional cosmético».
Nicolás Maduro Moros y la élite gubernamental actual solo busca ganar oxigeno y legitimidad, intentando promover una ficción de competencia electoral en Democracia, y que derivado de esto pueda construirse una «Oposición Potable», que le haga el juego al gobierno. En conclusión, con estas elecciones, más allá de los llamados de aplazamiento de las mismas por parte de instituciones como la Conferencia Episcopal, FEDECAMARAS, y diversos gremios a lo interno de Venezuela y del Grupo de Lima y del Parlamento Europeo; «ha decidido pasar el punto de no retorno y quemar las naves para la consolidación y perpetuación de la Revolución Bolivariana»
                 
– La comunidad internacional se ha pronunciado, asegura que no reconocerá el resultado de las elecciones, ¿qué significará esto para Venezuela?
Esto significará para Venezuela el hecho de que recibirá mayores y más continuadas presiones internacionales, porque en Venezuela el problema no es el hecho simplista de «Votar o No Votar», es más bien la transformación de un Estado normal, en «un Estado Fallído por vía de la acción de un Gobierno Forajido», que pone en tela de juicio el Contrato Social tanto a nivel Nacional como Internacional, para deslegitimar un cuerpo político, un Orden preestablecido (entendido como un conjunto de normas, reglas, principios y valores), para amputarlo, y fundar un cuerpo político y un orden internacional nuevo y alternativo. La Venezuela bolivariana es entonces una amenaza a los conceptos, principios y valores del Estado Liberal Burgués del mundo Occidental que órbita alrededor de las Instituciones de la Democracia y los Derechos Humanos; que además sufre una Crisis Humanitaria y una oleada migratoria que va de los 3 a 4 millones de venezolanos que han abandonado nuestro país. Por todas estas razones, y por ser un régimen que camina a contrapelo de la Sociedad Internacional, creemos que se consumará el desconocimiento del gobierno surgido de estas elecciones y además mayores presiones y la búsqueda de una acción colectiva para el rescate de la Democracia venezolana, y permitir unas verdaderas elecciones y transición en el futuro inmediato.
En caso de profundizarse un aislamiento internacional, ¿esto seguirá perjudicando la crisis humanitaria en el país?
Desafortunadamente sí, pero ello tiene que ver, no por la Sociedad Internacional, sino por la acción de un gobierno que prioriza la variable Política del ejercicio hegemónico del poder para hacer irreversible la Revolución Bolivariana, que no asume su responsabilidad histórica y «no gobierna» por y para todos. Producto de ello es que se han llevado adelante estatizaciones, de empresas, expropiaciones, padecemos la Hiperinflación más alta del mundo en la actualidad, y todo por no ceder en colocar de lado la ideología, y generar confianza para el desarrollo de un genuino «Diálogo Nacional»… Si hubiera voluntad política del régimen, no se escudaría tras la «Guerra Económica»; no habrían presos políticos; no se cercenarían derechos humanos ni se habría generado un parlamento paralelo como es la «Asamblea Nacional Constituyente», tan solo para recuperar la hegemonía política perdida con las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2015; donde la Alternativa Democrática lograra la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
El entorno económico, sin duda esta condicionado claramente por el entorno político-institucional. La crisis humanitaria sin duda, es producto de las malas políticas del gobierno nacional, que repito, camina a contrapelo de las tendencias de la sociedad global contemporánea.
A nivel internacional, ¿cuál debería ser la solución o el camino que debería tomar Venezuela?
El camino debió haberse labrado antes de la elección del día de hoy 20M. Para lograr una «Zona de Acuerdo Posible» en cualquier negociación, bien sea a nivel nacional e internacional, es clave dar señales para la construcción de la confianza entre quienes negocian. El régimen de Maduro más allá de entender que vive en una Sociedad Internacional signada por la Interdependencia Compleja, por lo cual debió oír los llamados de instituciones como la OEA, el «Grupo de Lima», la Unión Europea y el Parlamento Europeo y hasta la ONU, de un aplazamiento y organización de unas elecciones verdaderamente competitivas, al contrario decidió «Atrincherarse Rodilla en Tierra», pasar el punto de no retorno, y «Quemar las Naves», con las consecuencias que ello pueda acarrear. Ya el momento de las concesiones pasó y la confianza se encuentra quebrada a nivel internacional respecto al gobierno de Nicolás Maduro.      
Si el resultado es que gana Maduro, ¿qué pasará en el exterior, cuando dicen no reconocer los resultados?
 
Simplemente se acrecentarán las presiones diversas al gobierno surgido de estas elecciones que pueden ir a cerrar aún más los canales de comunicación y negociación con un país que ha incrementado su condición de dependencia del petróleo (sin tomar en cuenta la precaria condición de PDVSA), de monoproducción, de economía de puertos; quizás se produzca el retiro de embajadores, o suspensión de Venezuela de Organizaciones Internacionales. Frente a este último punto debemos mostrar nuestro desacuerdo, si llegara a producirse, porque más que aislar y dejar sola a Venezuela, hace falta una presión y acción colectiva para el rescate de la Democracia Venezolana.
En caso de ser Henri Falcón, ¿cree ud. que podrían las naciones flexibilizar su posición, reconocerlo o por el contrario seguirían con el aislamiento?
No, no lo creo, porque repito, en Venezuela el problema no es el hecho simplista de «Votar o No Votar», es más bien la transformación de un Estado normal, en «un Estado Fallído por vía de la acción de un Gobierno Forajido», que pone en tela de juicio el Contrato Social tanto a nivel Nacional como Internacional, para deslegitimar un cuerpo político, un Orden preestablecido (entendido como un conjunto de normas, reglas, principios y valores), para amputarlo, y fundar un cuerpo político y un orden internacional nuevo y alternativo. estamos en una transición, de una Autocracia Competitiva, a un Autoritarismo Hegemónico, donde se ha convocado un proceso electoral presidencial donde se pretende recuperar «LEGITIMIDAD» para el que resultare ganador, pero desde una institución que consideramos «Espuria», como es la Asamblea Nacional Constituyente; pero que además, no hay competencia Electoral en igualdad de condiciones.
La sociedad Internacional es consciente de ello, y por ello el desconocimiento no es solo a la persona que resulte ganadora (Maduro, Falcón o Bertucci), es el cuestionamiento a un Modelo, a un proceso estructural emanado de una Asamblea Nacional Constituyente espuria, que cercena las reglas de juego de la Democracia que es un valor en el mundo occidental.
¿Qué debería hacer entonces Henri Falcón?
En mi opinión, si tuviera una cifra significativa de votos, ejercer un papel similar al de Alejandro Toledo en el Perú, cuando se enfrentó a Alberto Fujimori, y perdió unas elecciones a las que concurrió aún a sabiendas que era una competencia desigual, unirse a la MUD y al Frente Amplio Venezuela Unida y convocar a los venezolanos a ejercer sus derechos constitucionales, desmarcándose de la imagen de candidato con el que se pretende formar una «Oposición Potable o Light». Esto podría ser posible cuando, hasta esta hora se han denunciado tantos ilícitos electorales, en franco irrespeto al acuerdo electoral previo.
¿Qué piensa de que Maduro ahora quiere establecer un diálogo con EE.UU?
Una cosa es la intención y otra cosa es la realidad. No lo veo posible y factible porque Maduro y la Venezuela Bolivariana va en contra del Interés Nacional de los Estados Unidos, que además percibe a Venezuela como «Amenaza Inusual y Extraordinaria a la Seguridad Nacional de los Estados Unidos», con actitudes ciertas de ir en contra de la Democracia, del Imperio de los Derechos Humanos y promover el Narcotráfico o el Terrorismo Internacional. Además Trump, a través de su slogan de campaña «Let´s Make America Great Again», está tratando de recuperar el rol protagónico del Excepcionalismo Estadounidense, por lo que no creo que flexibilice su posición, más aún cuando habrá unas «Mid Term Elections del Congreso», y sin duda, Venezuela ya no es solo un tema de Política Internacional, sino que también ya es un tema de agenda de Política doméstica
¿Qué opina sobre las sanciones de la Unión Europea, EEUU y otras naciones contra funcionarios del régimen?
 
Es parte de las presiones de la Sociedad Internacional en busca de generar fisuras en la élite gobernante para provocar una Transición Política. Este mecanismo es conocido como «Sanciones Inteligentes» dirigidas a las personas-funcionarios, y no al todo nacional. Aunque el gobierno de Maduro quiere mostrarse fuerte, si ha sentido o ha hecho mella en ellos y en su gobernabilidad estas sanciones, sobre todo en su capacidad de negociación de importaciones de alimentos y medicinas por ejemplo. El régimen no cuenta con la confianza para tener una gobernabilidad estable ni a nivel nacional ni a nivel internacional.   
– ¿Qué piensa que la gente no saldrá a la calle a votar,  los centros están vacíos, será valido? Pasará lo mismo qué en las elecciones del 30 de julio cuando la gente no salió a la calle y ganó igual la ANC, o como en el año 2005 que nadie fue a los comicios y el chavismo se apoderó de la AN… ¿Será valedero el resultado? o hay manera a nivel de presión internacional que no sean consideradas valida sin ser injerencia?
No se puede comparar los procesos que ocurrieron en el pasado y este del 20 de mayo de 2018, porque las circunstancias y los procesos tanto a nivel doméstico, como a nivel internacional no son de la misma naturaleza. El resultado de hoy, NO SERA VALIDO Y MUCHO MENOS LEGITIMO porque tienen fallas estructurales que no cumplen con las reglas globalmente admitidas de la Democracia. Qué la Presión Internacional sea considerada o no como injerencia depende de que definición de Relaciones Internacionales y de Soberanía se maneje: Para el régimen de Maduro es y será injerencia ya que maneja la concepción Wesphaliana-Clásica de Soberanía, pero contemporáneamente se habla de que la Soberanía es Interdependiente, producto de la Interdependencia generada por la Globalización, que hace que las fronteras sean porosas, que todo lo que sucede en una sociedad repercute sobre las otras «en tiempo real», que hace posible el llamado «Deber y Responsabilidad de Prevenir» violaciones a la Democracia y a los Derechos Humanos.
Hay que entender que Venezuela es considerado un problema y una amenaza para el mundo occidental que es preciso y urgente atender, más aún en América Latina donde aún está por delante procesos electorales en Colombia, Brasil, México y elecciones de medio mandato del Congreso de los EE.UU., donde el tema de Venezuela está sobre el tapete sin duda…
– ¿Cual es su opinión sobre los observadores internacionales?
Ellos no son tales «Observadores», porque un observador primero, está ceñido a un Manual de Procedimiento (como se evidencia en misiones de Observación Electoral de la OEA o de la Unión Europea); además ellos se instalan en los países, al menos los técnicos, seis (6) meses antes de la elección para supervisar los procedimientos «Antes, Durante y Después», del proceso; tienen acceso a todas las fases y etapas del proceso y entregan informes  independientes que son vinculantes a quien organiza la elección.
Acá en Venezuela la figura que se admite es la de «Acompañante Internacional», que viene solo unos pocos días antes del proceso eleccionario; no son técnicos imparciales, sino son personeros aliados del régimen quienes están alineados a su forma de pensar y proceder, que en ejercicio del «Turismo Electoral», visualizan el proceso, como se dice en criollo «por donde pasa la novia» y además de emitir informes o recomendaciones, ellas no pueden ser hechas públicas y no son vinculantes.
El acompañamiento internacional, por ende NO ES OBSERVACIÓN ELECTORAL LEGITIMA y solo sirve para generar una ficcion de legitimación de un proceso que no cuenta con confiabilidad ni interna ni internacional.
Este proceso electoral profundizará más la crisis política en el país?
Sí, reiteramos que si, ya que entramos en una fase donde puede presentarse una Crisis generalizada de Gobernabilidad en Venezuela, o la definitiva estabilización del régimen a un a costa del sometimiento de todo un país y la violación aún más flagrante de Derechos, con su respectiva consecuencia sobre el tema económico, y la salida en estampida de mayores contingentes de migrantes venezolanos.
– ¿Cree que el silencio nacional (gente sin votar) puede ser respaldado por la comunidad internacional? En ese caso, ¿qué pueden hacer la OEA, ONU, y otros organismos si hasta la fecha no pasa nada?
Si será respaldado, tal y como lo dije anteriormente,se acrecentarán las presiones diversas al gobierno surgido de estas elecciones; quizás se produzca el retiro de embajadores, o suspensión de Venezuela de Organizaciones Internacionales como la OEA, o ser llevado el régimen al Consejo de Seguridad de la ONU si la crisis de Venezuela se materializara como una amenaza a la Seguridad Internacional. Frente a este último punto debemos mostrar nuestro desacuerdo, si llegara a producirse la Suspensión de Venezuela en la OEA, porque más que aislar y dejar sola a Venezuela, hace falta una presión y acción colectiva para el rescate de la Democracia Venezolana, en el marco Institucional Internacional.
La Diplomacia tiene sus formas de proceder particulares, que comienza por formas suaves de «Persuación» para que voluntariamente el Gobierno Forajido pueda cambiar su parecer, y de no ser logrado esto, se ponen en marcha otros procedimientos más «Disuasivos» para corregir una determinada situación anómala. El problema es que la Sociedad Internacional es como una avalancha… Tarda en formarse y producirse, pero una vez activada, es imparable.
– ¿Cree que con estos comicios Falcón solo contribuirá a legitimar a Maduro? 
Todo depende de la posición que decida jugar al final del proceso. Si resultara ganador y no le reconocen el triunfo, como ya dijimos, podría intentar cobrar el triunfo y ejercer un papel similar al de Alejandro Toledo en el Perú, cuando se enfrentó a Alberto Fujimori, y perdió unas elecciones a las que concurrió aún a sabiendas que era una competencia desigual, unirse a la MUD y al Frente Amplio Venezuela Unida y convocar a los venezolanos a ejercer sus derechos constitucionales de protesta y manifestación popular, desmarcándose de la imagen de candidato con el que se pretende formar una «Oposición Potable o Light». Esto podría ser posible cuando, hasta esta hora se han denunciado tantos ilícitos electorales, en franco irrespeto al acuerdo electoral previo.
Por lo contrario, podría confirmarse la imagen de Falcón como colaborador de un régimen que busca ganar oxigeno y legitimidad, intentando promover una ficción de competencia electoral en Democracia, y que derivado de esto pueda construirse una «Oposición Potable», que le haga el juego al gobierno, y formar junto con él un gobierno de Unidad Nacional que además sería excluyente, porque él no sería reconocido como representante e interlocutor válido de la Oposición venezolana en su conjunto.