Por.- @alexvallenilla
-En una reunión con el sector bancario, Maduro mantenía su discurso sobre la “guerra económica”, mientras los banqueros explicaba cómo son arrasados
Una vez realizadas las elecciones del 20 de mayo, la crisis económica de Venezuela continúa su desarrollo sin que haya propuestas que permitan vislumbrar una solución o una salida a la misma. La administración Maduro se mantiene en la visión de la “guerra económica”, sin recursos, con sus funcionarios sancionados desde el extranjero y con la caída de la producción petrolera, sólo tiene el Banco Central de Venezuela (BCV), para seguir emitiendo bolívares que no tendrán otro fin que seguir apuntalando la hiperinflación, la cual ya se encuentra fuera de control.
En una reunión con el sector bancario, de manera pública el presidente de la asociación, Arístides Maza, le recalcó al mandatario Nicolás Maduro, la grave situación que atraviesa este sector, el cual se mantiene con tasas de interés negativas, es decir, extremadamente bajas al ser comparadas con la hiperinflación existente, mientras un banco sólo puede obtener de retorno tasas entre 24% y 30% según los productos que ofrezca, la hiperinflación que hay ya está sobre 8.000%, esto ha destruido el valor o patrimonio de la banca venezolana, que al ser traducidos en dólares, quedan muy por debajo del resto del sector en toda la región, algo que también explicaba el banquero.
Respecto al sector cambiario, Maduro ha expresado públicamente que sienten la necesidad de hacer algo al respecto, sin poder controlar lo que ocurre con el dólar paralelo, intentaba explicar de las distintas plataformas que hoy cotizan la moneda estadounidense y cómo desde la frontera se fijan precios de la divisa, Maza le explicaba al mandatario que uno de los combustibles era el crédito a bajo costo, que servía para que muchos venezolanos se endeuden para adquirir divisas en esos mercados, al huir de la hiperinflación y contribuyan con el alza del dólar.
Lo anterior permite saber que respecto a la criptomoneda petro, creada por el gobierno, no hay muchas esperanzas para estos en sus operaciones financieras, por los tropezones y fallas que tiene ese proyecto, además de también tener sanciones del gobierno de Estados Unidos.
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Hasta ahora la banca venezolana depende prácticamente en su totalidad del Estado, ya que le emisión de “dinero inorgánico”, es prácticamente la principal fuente de su liquidez.
Siendo que sobre Miraflores, La Habana ejerce influencia política, el gobierno podría implementar algunas reformas de última hora, en un proceso parecido al “Período Especial” que vivió la isla entre 1990 y 1993, cuando perdió el respaldo económico de la Unión Soviética.