Por Eduardo Martínez, corresponsal en Italia.
*Sin ningún partido con mayoría, se unieron el del norte y el del sur, para formar gobierno entre ambos.
Con la juramentación este viernes de Giuseppe Conte como Presidente del Consejo de Ministros –Premier- y de los ministros en el Palacio Quirinale de Roma, se dio fin a la más larga crisis política de Italia.
Una crisis que mantuvo a la nación europea sin cabeza política de gobierno por casi tres meses, mientras estaba sometida a la constante amenaza de la disolución del Senado y la Cámara, con el consecuente llamado a nuevas elecciones generales.
En la ceremonia protocolar, el presidente Sergio Mattarella tomó el juramento al Premier Conte y a los ministros del “gobernó Lega-M5S”, como será conocida la gestión de ahora en adelante.
Luego de cada juramentación, que comenzó con el juramento de Conte, a cada ministro se le tomó juramento separadamente, para luego firmar el acta de designación que fue refrendada por el presidente del Estado italiano.
En calidad de testigos, firmaron el Secretario General de la Presidencia de la República, Cons. Ugo Zampetti, y el Consejero Militar del Presidente de la República, General Roberto Corsini.
Al concluir la ceremonia, los integrantes del nuevo gobierno se trasladaron a otra sala, donde el presidente ofreció un brindis de Estado. Brindis de carácter privado al cual no tuvieron acceso los miembros de la prensa.
Una semana crítica
En un país donde el Premier siempre había sido la figura destacada de gobierno, sorprendió la alta figuración del presidente de la República.
La actitud y desempeño del presidente Mattarella, con su rol estelar para la solución de la crisis política –y que estaba derivando en una posible crisis institucional-,seguramente se convertirá en materia de análisis en los medios de comunicación italianos.
El episodio final de la crisis estalló el pasado domingo 27 de mayo, cuando se esperaba que Giuseppe Conte –propuesto por la alianza Lega-M5S- al fin había podido llegar a un acuerdo para formar un gobierno, y el presidente lo había “encargado” de esa conformación.
Sin embargo, el veto del presidente Mattarella al nombramiento del profesor Paolo Savona, había forzado a la renuncia de Conte al encargo.
El veto fue razonado por el presidente, aduciendo que lo emitía para “proteger el ahorro de los italianos”. Savona es un abierto propulsor de la salida de Italia de la “Zona euro”. Fue este nombramiento, el que de inmediato produjo la reacción del presidente. Convocó al economista Carlo Cottarelli para el lunes siguiente, para encargarlo de conformar un gobierno técnico, y en caso de no contar con la mayoría parlamentaria requerida, disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.
El paso dado por los líderes de la alianza Lega-M5S no se hizo esperar. Luigi Di Maio, cabeza de M5S contestó con la propuesta de un “impeachment” al presidente por “alta traición”. En tanto que Matteo Salvini, de la Lega, se mostraba más cauto, pidiendo la realización de elecciones lo más pronto posible.
Sin que el presidente cediera en sus decisiones, se impuso un mejor criterio de los aliados Salvini-Di Maio. Tuvieron que haber encontrado, que no era la primera vez que un presidente emitía un veto a un candidato a ministro. Lo que en esos casos, la práctica política había sustituido al vetado. Para guardar un poco la cara del nuevo gobierno, se compensaba al rechazado designando al vetado en otra cartera ministerial, más inocua en cuanto a su capacidad ejecutiva. Lo que ocurrió con Savona en este caso, nominándolo “ministro de Asuntos con la Unión Europea”.
Al final de la semana terrible, Cottarelli renunció al encargo, lo que abrió paso a la conclusión del impasse. Retomaron el encargo a Conte, y llegó la aprobación por parte del presidente,de la lista completa de ministros nominados por la alianza Lega-M5S.
Los nuevos ministros
El nuevo gobierno lo integran Giuseppe Conte, Presidente del Consejo de Ministros; Giancarlo Giorgetti, sub secretario de la Presidencia del Consejo;
Matteo Salvini (vicepremier), ministro del Interior; Luigi Di Maio (vicepremier) ministro del Desarrollo Económico y Trabajo; Giovanni Tria, ministro de Economía; Giulia Bongiorno, ministro de Administración Pública; Gian Marco Centinaio, ministro de la Agricultura; Enzo Moavero Milanesi, ministro de Exterior; Paolo Savona, ministro Asuntos con la UE; Erika Stefani, ministro de Asuntos Regionales; Lorenzo Fontana, ministro de Familia y Discapacidad; Marco Bussetti, Ministro de Instrucción; Riccardo Fraccaro, ministro de Realciones con el Parlamento; Elisabetta Trenta, ministro de la Defensa; Alfonso Bonafede, ministro de Justicia; Giulia Grillo (Salud); Barbara Lezzi, ministro del Sur; Sergio Costa, ministro del Ambiente; Danilo Toninelli, ministro de Trnsporte; y Alberto Bonisoli, ministro de Bienes Culturales.
Terminada la faena de la juramentación, todos se reunieron para brindar por el feliz final de una espera de tres meses, durante los cuales Italia, después de unas elecciones muy divididas, había permanecido sin gobierno legalmente electo.