La inauguración del boicot: la fiesta de apertura pasará desapercibida en Rusia 2018

El comité organizador del Mundial Rusia 2018, presidido por Alexéi Sorokin, preveo desde un principio que la ceremonia inaugural de la Copa del Mundo no iba a ser una fiesta llena de alegría, como ocurre cada cuatro años, debido a las diferentes polémicas y conflictos en los que ha estado inmersa Rusia.

Por esta razón el comité organizador propuso realizar la ceremonia de inauguración  en el estadio Lev Yashin del Dinamo Moscú, un recinto que no verá acción en la Copa del Mundo.

La idea, aunque innovadora, no fue bien vista por la Fifa, que siempre ha respaldado que la ceremonia se realice en el estadio donde se juegue el primer partido, horas antes de que se dé el pitazo inicial, por lo que la idea fue finalmente rechazada.

Como segunda opción Sorokin indicó que en esta ocasión la ceremonia sería “más corta” que en Brasil 2014 y Sudáfrica 2010.

“La ceremonia de inauguración tendrá un nuevo formato. No se parecerá a lo que hubo en Sudáfrica y en Brasil. Será más corta y transcurrirá justo antes del pitido inicial”, dijo Sorokin en rueda de prensa.

Pero, ¿A qué se debe esta decisión de los rusos de no querer darle mayor la importancia a uno de los actos más significativos de la Copa del Mundo a lo largo de su historia? La respuesta, puede ser que el país anfitrión no quiere organizar la gran fiesta debido a que ha mantenido tensas relaciones con varios de los países clasificados al Mundial y las delegaciones diplomáticas de muchos de estos ni siquiera asistirán a acompañar a sus selecciones, como es costumbre en el evento.

Sin embargo, el comité organizador ha asegurado que sus decisiones no están influenciadas por los países que decidieron sumarse al boicot “cada uno es libre de elegir”.

“Para nosotros cada aficionado es valioso. Vemos que los hinchas votan con el bolsillo. Las entradas se están agotando”, comentó Alexéi Sorokin.

El inicio de la tensión entre Rusia y los países participantes se debió en gran parte a que Vladimir Putin ha sido el principal aliado del régimen de Bashar al Asad en la guerra civil que se lleva a cabo desde hace años en Siria. Por lo que muchos consideran que con el evento Rusia espera consagrarse ante el Mundial con una imagen diferente a la de sus políticas.

Sin embargo, la gota que rebaso el vaso fue el envenenamiento del exespía ruso Sergei Skripal y su hija Salisbury el pasado 4 de marzo en el Reino Unido.

Ambos fueron envenenados con un potente agente nervioso ruso que fue colocado en la puerta de sus viviendas y que también afectó a tres agentes de policía quienes fueron hospitalizados, dos de ellos con heridas leves, mientras que uno de ellos, el sargento detective Nick Bailey, que había sido enviado a la casa de Serguéi Skripal, se estuvo en una situación grave.

Finalmente todos lograron sobrevivir y fueron dados de alta y puesto bajo resguardo.

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Desde un principio el Reino Unido ha acusado a Rusia energéticamente como los responsables del ataque planteando que la única forma de que el agente de fabricación rusa no haya sido puesto ahí por las fuerzas de inteligencias, es que haya sido robado por alguna otra organización, lo que es poco probable debido a que Rusia no se ha reportado nada al respecto.

Por su parte, Rusia negó estar detrás del ataque, aunque no han ofrecido una explicación de porqué un agente de sus laboratorios fue utilizado para intentar matar a este exespía.

Como respuestas, a este incidente, que avivó aún más las tensiones entre Rusia y varios países del mundo, La primera ministra británica Theresa May, tomó la decisión de expulsar 23 diplomáticos rusos, y de no enviar a ningún representante del gobierno al Mundial de Rusia 2018 «Ningún mandatario ni ningún representante de la familia real británica asistirá a la Copa del Mundo de Rusia de este próximo verano.

En un principio se tenía planeado que el príncipe Guillermo, en su papel de presidente honorario de la Federación Inglesa de Fútbol (FA), y su hermano, Harry, asistieran a la Copa del Mundo, aunque tras esta decisión tendrán que verla desde casa.

No pasó mucho tiempo para que Islandia, otro de los países que participarán en la Copa del Mundo, replicara la decisión de no enviar diplomáticos al magno evento. “Los líderes islandeses no asistirán a la Copa del Mundo de Rusia este verano”, señaló en un comunicado el Ministerio de Asuntos Exteriores de este país nórdico.

Cinco naciones más manifestaron su respaldo hacía Inglaterra: Polonia, Dinamarca, Suecia, Australia y Japón. Pero, ninguno de estos gobiernos ha confirmado que participará en el boicot.

A pesar de que la Fifa ha manifestado su preocupación por que otros países se unan al bloqueo diplomático hacia Rusia, ningún país ha insinuada que no participará en la Copa del Mundo, por lo que las 32 selecciones, algunas con representación diplomática y otras no, estarán listas para hacer rodar el balón a partir del próximo 14 de junio.

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