Por Eduardo Martínez, corresponsal en Italia.
*Austria cierra mezquitas e Italia toma nota.
El giro de Europa hacia la centro-derecha comienza a verse más claramente en las políticas de inmigración. Así como también, en las interpretaciones sobre lo que significa la libertad religiosa en el día a día.
Austria expulsa imanes
Esta semana el canciller federal austríaco, Sebastian Kurtz, decidió cerrar siete mezquitas y expulsar 60 imanes. Todos los religiosos estaban financiados desde el exterior, explicó el propio canciller.
Si bien se habría afectado la sensibilidad austríaca con una representación cultural reciente en una de las mezquitas, en la cual se presentó una recreación de la batalla de Gallipoli entre los imperios turco y austro-húngaro, en la trastienda prevalece el problema del Islam extremista y la inmigración ilegal de musulmanes.
Kurz señaló que la mezquita más grande de Viena está gestionada por la “Unión Islámica-Turca de Austria”, ligada a la comunidad turca y a la Dirección turca de los Asuntos Religiosos (Diyanet).
“Las sociedades paralelas, el Islam político y el extremismo no tienen cabida en Austria”, – denunció Kurz.
No se hizo esperar la protesta turca en contra de la decisión del canciller de Austria. “Es el resultado de una onda discriminatoria, populista, islamofoba y racista”.
En respuesta a la posición turca, terció Matteo Salvini –ministro del Interior de Italia, defendiendo la decisión austríaca. “Creo en la libertad de culto, no en el extremismo religioso. Quien usa la propia fe para colocar en riesgo la seguridad de un país será alejado. Espero ya la próxima semana encontrar al colega ministro austríaco para comparar las líneas de acción”, señaló Salvini.
En días anteriores, Matteo Salvini señaló en sus primeras declaraciones como ministro del Interior de Italia, que no está dispuesto a que Italia se convierta en “el campo de refugiados de la Unión Europea”, y advirtió que “o Europa nos echa una mano para devolver la seguridad a nuestro país, o elegiremos otros métodos”.
En Austria, con una población de 8 millones 800 mil habitantes, viven unos 700 mil musulmanes. Se estima que las expulsiones de los imanes, junto con sus familias, representará unas 150 personas. Las expulsiones están amparadas por una ley aprobada en el 2015 por el gobierno anterior, de socialdemócratas y conservadores, que prohíbe el financiamiento externo y la prédica en otro idioma que no sea el alemán.
La nueva medida del gobierno austríaco no escapa del ámbito del grave problema no resuelto de la inmigración ilegal en Europa. Así lo evidenciaría la reacción inmediata del ministro del Interior italiano.
Propuesta de la derecha europea
También esta semana, se pudo conocer de las tentativas de un grupo de países de la Unión Europea, gobernados por partidos de centro-derecha, que están proponiendo crear un centro de asilo para los inmigrantes ilegales, en un país fuera del territorio comunitario.
Lars Lokke Rasmussen, primer ministro de Dinamarca, y jefe del partido Venstre de centro-derecha, reveló el proyecto este miércoles, en el cual también participan Austria y Holanda. Se espera que Italia, que es el país europeo que más sufre de la avalancha de ilegales, se sume a la iniciativa. En Dinamarca, Holanda, Austria e Italia, gobiernan partidos de centro-derecha.
Las estadísticas de inmigración en la Unión Europea señalan que en el 2015 solo se pudo deportar un 36% de los ilegales. En tanto que serían musulmanes la mayor parte de los refugiados que llegan a Europa.