Por ROBERTO MANSILLA BLANCO, corresponsal en España.
*Circunstancias de la destitución del seleccionador español dos días antes de partido importante.
Por insólito e inexplicable, la destitución del seleccionador español Julen Lopetegui a escasos dos días del debut en el Mundial Rusia 2018 ante Portugal, tras conocerse su próximo fichaje como entrenador del Real Madrid, verifica una extraña situación que, de forma colateral, repercutirá en el rendimiento de España, para bien o para mal, en el Mundial que está a punto de comenzar.
Una inexplicable y no menos bochornosa situación se vivió este miércoles 13 en la localidad rusa de Krasnodar, lugar de concentración de la selección española de cara al Mundial de fútbol 2018, en la que debutará este viernes 15 ante la actual campeona de Europa, la Portugal de Cristiano Ronaldo.
En un viaje relámpago a Krasnodar, el recién elegido presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, decidió destituir fulminantemente al seleccionador español Julen Lopetegui, tras filtrarse por la prensa española un comunicado del Real Madrid en el que se anunciaba que Lopetegui dirigirá a la entidad madridista la próxima temporada, como sustituto de Zinedine Zidane.
Lopetegui había renovado recientemente su contrato con la Federación Española de Fútbol (FEF) hasta la Eurocopa 2020. Por tanto, el seleccionador de origen vasco estaba concentrado con la selección española de cara un Mundial que comienza este jueves 14 de junio. La decisión de la FEF fue tajante y sujeta a los estatutos, que no permiten a un mismo entrenador dirigir un club y la selección nacional.
El “incendio” de Florentino
La inexplicable situación pone en la mesa un nombre inmediato: el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. El comunicado del club blanco, reciente campeón de la Champions League, realizado este martes 12 anunciando el fichaje de Lopetegui para la próxima temporada, es claramente incomprensible por el contexto en el que se ve envuelto, ya que Lopetegui es seleccionador y España está a dos días de debutar en el Mundial.
Por tanto, la “bomba” de Florentino inevitablemente causará conmoción en los jugadores españoles, incrédulos ante la inesperada noticia. Acostumbrados a los métodos de Lopetegui, los jugadores pueden notarse ahora desconcertados, con dificultades para abstraerse de la incomprensible situación, con un Mundial a la puerta, además del favoritismo de una buena parte de la opinión futbolística mundial.
Por todo ello, los focos iniciales han estado dirigidos hacia Florentino Pérez, ausente y silencioso ante este “bombazo”. El presidente blanco tiene antecedentes en este extraño modus operandi, muy similares con el caso Lopetegui: en 2003 destituyó sorpresivamente a Vicente Del Bosque tras ganar la Liga con el Real Madrid, lo que con el paso del tiempo abrió el camino a Del Bosque a la selección española y sus victorias en el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012.
Ahora, en 2018, Florentino da la sorpresa de una forma diferente: contrata al seleccionador vigente en un extraño golpe de efecto cuyas consecuencias pueden resultar perjudiciales para la selección.
Para todos era conocido que Florentino y el madridismo entraron en estado de shock cuando hace dos semanas, su entonces entrenador Zinedine Zidane decidió dejar el club tras ganar su tercera Champions consecutiva.
Fuentes off the record aseguran que se presentó una fuerte discusión entre Florentino y Zidane antes del anuncio, en una rueda de prensa donde el mandatario madridista mostraba claramente una cara de contrariedad, malestar y estupefacción.
Desde entonces, el baile de nombres como posibles sustitutos de Zidane en el banquillo madridista han sido un póker de rumores sin fundamento real. Desde el argentino Mauricio Pochettino (Tottenham Hotspur inglés) y el italiano Antonio Conte (Chelsea) hasta otro italiano, Massimiliano Allegri (Juventus) e incluso el seleccionador alemán Joachim Löw (el favorito de Florentino) y dos ex madridistas como Míchel y “Guti”. Ninguno de ellos cuajó, lo cual dejó abierta la carrera contra reloj para Florentino.
El otro personaje de la trama es obviamente Julen Lopetegui. Su silencio ha resultado ser desconcertante, toda vez también lo deja retratado por su escasa elegancia en su salida de la selección. A pesar de ello, resulta comprensible que Lopetegui supiera de su próximo destino madridista antes del anuncio oficial del club blanco y del “bombazo” informativo con que amaneció España el miércoles 13.
Pero también existen dudas sobre su silenciosa actitud. No es descartable que a Lopetegui lo dejaran descolocado con el anuncio, ya que probablemente esperaría que el mismo se realizara cuando terminara el Mundial.
Ello deja en entredicho su hasta ahora respetada imagen en la opinión pública española por su buen hacer al frente de la selección desde que asumió el cargo en 2016, sustituyendo precisamente a Del Bosque. Con esta inexplicable y para nada elegante salida, Lopetegui queda ahora claramente empañado ante la opinión futbolística española y mundial por esta insólita situación.
Oficialmente, el Real Madrid informó este miércoles 13 que Lopetegui será anunciado como nuevo entrenador del club este jueves 14, el mismo día que se inaugura el Mundial. Por lo visto, en la entidad madridista no parecen percatarse (ni interesarle) el “incendio” provocado en la selección por el fichaje de Lopetegui.
Rubiales reforzado
Un tercer actor de esta trama es el presidente de la FEF, Luis Rubiales, quien asumió hace escasas dos semanas su cargo. Con un Mundial a la vuelta de la esquina, Rubiales se encuentra súbitamente con una inesperada crisis interna en la selección.
Su actitud puede ser valorada positivamente: la destitución de Lopetegui anunciada este miércoles por Rubiales muestra no sólo un cumplimiento cabal del reglamento de la FEF sino una actitud firme y de rectitud muy necesaria en una FEF que, durante tres décadas, estuvo al mando de Ángel María Villar, un presidente que se ha visto involucrado en el escándalo de corrupción de la FIFA y que ahora está pendiente de la justicia.
Pero la destitución de Lopetegui puede ser también un mensaje críptico enviado por Rubiales a Florentino Pérez. Este mensaje da a entender que la FEF ahora se manejará con mayor autonomía y sensatez, sin doblegarse al poder de los grandes clubes y de presidentes acostumbrados a gestionar a su antojo, como es el caso del Real Madrid de Florentino.
Con esta decisión, Rubiales recupera la credibilidad institucional de la FEF y un grado de madurez y de rectitud que muy seguramente repercutirá en el bienestar del fútbol español.
“Hierro” para la selección
El cuarto actor de esta insólita trama es Fernando Hierro, designado inmediatamente por Rubiales para suceder al destituido Lopetegui y tomar el mando de la selección española ante el reto del Mundial.
Hierro, ex capitán del Real Madrid y de la selección española y uno de los símbolos del fútbol español en las décadas de 1990 y 2000, toma el mando de la selección de una manera inesperada y seguramente poco deseada.
Hombre de confianza de Rubiales al asumir éste la dirección de la FEF, Hierro es un profundo conocedor de la selección, de la Federación española y por supuesto del Real Madrid. Una clave importante en toda esta etapa post-Lopetegui precisamente a la hora de gestionar esta transición en particular ante los jugadores madridistas que están en la selección, con especial incidencia en el capitán Sergio Ramos.
No obstante, su experiencia en los banquillos es escasa. En 2017 dirigió en Segunda División al Real Oviedo. Ahora las circunstancias le otorgan un reto gigantesco: dirigir a España en un Mundial. Y quien sabe si tener la posibilidad de ganarlo.
Respetado dentro del fútbol español e institucionalmente tanto en la FEF como en el Real Madrid, a Hierro le cae una “patata caliente” similar a la que tuvo que afrontar Zidane en enero de 2016, cuando fue súbitamente nombrado por Florentino como entrenador del Real Madrid tras la destitución del entonces técnico Rafael Benítez.
De la madurez y experiencia de Hierro depende ahora el futuro de una selección española catalogada entre las favoritas a ganar el Mundial, junto a Brasil y la actual campeona Alemania. Puede por tanto ser su oportunidad. La que definitivamente no tendrá Lopetegui, actor inesperado de una bochornosa trama de la que nadie en España termina de dar crédito.
“No podía decir que no”, fueron las palabras de Hierro en la rueda de prensa que lo anunciaba como nuevo seleccionador en sustitución de Lopetegui. Con el presidente Rubiales al lado, Hierro dio a entender que está ante una oportunidad histórica, ante un “reto apasionante”, como declaró durante la rueda de prensa de su entronización en el cargo.