Economía italiana crece a paso lento y pausado

Por.- Eduardo Martínez/ Corresponsal en Italia.

-La economía italiana está en franca recuperación desde el año 2013.

De acuerdo a las estadísticas publicadas mes a mes por el Banco de Italia, el Producto Interno Bruto (PIB) viene creciendo de manera sostenida –aunque muy lentamente- desde el 2013.

En lento crecimiento

Para el 2014, la tasa del crecimiento, que recoge las variaciones porcentuales de la producción de bienes y servicios en Italia, mostraba un pequeño crecimiento del 0,1%. En los años sucesivos, hasta el 2017, ha mostrado variaciones alternadas siempre positivas entre el 0,9% y el 1,5%.

Para el primer trimestre del 2018, el crecimiento económico fue del 0,3%. Lo que ha llevado al Banco de Italia a estimar que el año cerrará probablemente con un crecimiento del PIB del 1,4%.

Esta estimación, del crecimiento del PIB para el 2018,  es compartida  por las instituciones multilaterales. En efecto, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) estiman un 1,5%; la OCSE y el Consensus Forecasts, coinciden con la Banca de Italia al estimar un 1,4%.

La inflación

En cuanto a la inflación, la Banca de Italia calcula que en el 2018 la tasa será del 1,1%; la Comisión Europea y la Ocde que será del 1,2%; y el FMI y el Consensus Forecasts coinciden con la Banca del Italia al ubicar la inflación en el 1,1%.

Estos números bastante estables de los indicadores de crecimiento e inflación, se han visto traducidos en una mejoría de las condiciones de vida de los italianos.

El desempleo

Desde el 2013, la tasa de ocupación ha tenido un sostenido y pronunciado crecimiento, luego de experimentar una sensible caída de la ocupación y por lo tanto, un crecimiento de la tasa de desocupación.

Desde el 2013, la tasa de desocupación cayó del 13% al 11%. En tanto la ocupación pasó de poco más de 22,1 millones de puestos de trabajo, a 23,2 millones en el 2018, con tendencia a seguir creciendo.

La combinación de estos factores, ha logrado que el clima de confianza de los consumidores haya crecido desde principios del 2013.

La confianza de consumidores e inversionistas

En los datos aportados por la Banca de Italia en su “Economía italiana en breve”, para el 12 de junio 2018, el índice del clima de confianza de los consumidores ha crecido desde menos de 85 en el 2013, a poco menos de 120 en abril del 2018.

En cuanto a la percepción de las condiciones para invertir, con sus vaivenes, se muestra un sostenido crecimiento desde el cuarto trimestre del 2011, cuando tocó fondo (-60%).

Desde principios del 2015, la percepción está en zona positiva, ubicándose en 10% a inicios del 2018.

En Italia, en los sectores industriales y de servicios, no hay grandes diferencias en las percepciones de condiciones para invertir.

La productividad

En cuanto a indicadores de productividad, las empresas italianas son más competitivas que las españolas, pero menos competitivas que las alemanas y las francesas.

Desde el primer trimestre del 2017, la productividad italiana ha caído unos 2,5 puntos.

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Exportaciones e importaciones

En cuanto a las exportaciones, desde el tercer trimestre del 2015 han venido subiendo los valores de las exportaciones italianas de bienes (de 105 a 120 puntos).

En el 2017, las exportaciones crecieron en 5,4%. Sin embargo, en el primer trimestre del 2018 se redujeron en 2,1%.

Esta caída de las exportaciones se ha reflejado en las importaciones, que cayeron en el primer trimestre en 0,9%. Habiendo creciendo a la par de las importaciones en el 2017 (5,3%).

A futuro

La economía italiana ha mostrado en los últimos años variaciones en sus indicadores, pero siempre en terreno positivo.

En el primer trimestre del año 2018, los datos preliminares de la Banca de Italia muestra pequeñas caídas en los indicadores. Es muy temprano para preocuparse.

La realización de las elecciones en marzo, y luego los tres meses en que no se logró formar gobierno, seguramente han tenido su efecto sobre lo indicadores económicos.

Habrá que esperar que el gobierno del premier Giuseppe Conte comience a tomar decisiones de naturaleza económica y social, para que se empiecen a materializar los resultados.