Por Eduardo Martínez, corresponsal en Italia.
La Europa socialista está preocupada por las políticas que está generando el nuevo gobierno de Italia. Especialmente, las declaraciones y tuits del derechista Matteo Salvini, del partido Lega Nord y ministro del Interior.
La preocupación obedecería a la percepción generalizada que, en la alianza con el Movimento 5 Stelle (M5S), es Salvini quien gobierna Italia.
Lega Nord es un partido de derecha al cual se ha señalado de tener ideas xenófobas. En el 2002 y 2006, la Comisión Europea contra el racismo y la intolerancia presentó dos informes en los cuales estableció que “los exponentes de la Lega Nord han hecho un uso particularmente intenso de la propaganda racista y xenófoba”.
En sus propuestas políticas, la Lega ha venido planteando desde su fundación en las regiones del norte una negación del resto de Italia, porque su Propuesta se había teñido casi siempre de expresiones denigrantes con respecto a los italianos del sur del país.
Salvini, como líder máximo de la Lega, no ha estado ausente del lenguaje xenófobo. El surgimiento de su liderazgo ha coincidido con la llegada de cientos de miles de inmigrantes ilegales que buscan refugio, tema que da mucho de qué hablar.
Desde el punto de vista político, los expertos califican a la Lega Nord como un movimiento de derecha, liberal en materia económica, populista, nacionalista y cercano a los tradicionalistas católicos. En la política europea, la Lega está alineada con el Frente Nacional de Marine Le Pen.
Los planteamientos de Salvini no son ajenos a la típica corriente nacionalista, que plantea casi siempre que el origen de los males de un país tiene que ver con los inmigrantes. Posición política que se ha visto favorecida en esta ocasión, por la crisis en Europa de los inmigrantes que buscan refugio en los países de la Unión Europea.
En efecto, la firma SWG dio a conocer un sondeo de opinión este lunes en un noticiero de la televisión italiana, en el cual la Lega sobrepasó a M5S en las preferencias. La Lega obtiene el 29,2%; el M5S 29%; el PD estable en 18%; Forza Italia (Berlusconi) 9,2%; y Fratelli di Italia con 4,1%. Estos resultados fortalecen la opinión de ver en Salvini el hombre fuerte de la alianza de gobierno y ello se ve reforzado por la situación que permitió la conformación de un gobierno luego de las elecciones del 4 de marzo, donde nadie obtuvo una mayoría determinante.
El PD, partido que presidió el anterior gobierno, anunció que no participaría en ningún gobierno. En tanto los otros partidos (M5S, FI y Lega) vetaron nombres de unos y otros durante casi tres meses. Esto creó una crisis institucional sin precedentes, que estuvo a punto de terminar en un nuevo llamado a elecciones generales.
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En ese contexto, y ante la amenaza de nuevas elecciones, la Lega y el M5S decidieron dejar de lado los vetos, y firmar un acuerdo que llamaron el “contrato”.
Entre las diferencias que debieron resolver, estaba la negativa del M5S de tener como jefe de gobierno a Salvini, y la exigencia de la Lega Nord de apoyar a Salvini. Lo que resolvieron seleccionando a un “técnico” sin experiencia política: Giuseppe Conte, y designando a Salvini y a Luigi Di Maio (M5S), como vicepresidentes del Consejo de Ministro.
Sin embargo, analistas y los italianos en general, consideraron que ahora existe un Premier que es manejado por los aliados Salvini-Di Maio. Acostumbrados a que en los gobiernos siempre haya un líder o hombre fuerte, no es de extrañar que ahora se vea esa figura encarnada por Salvini, a raíz del episodio del cierre de los puertos italianos a la inmigración ilegal, así lleguen en buques humanitarios.
Con todo lo anterior, en las próximas semanas, con el surgimiento de Salvini en una posición radical frente a la crisis inmigratoria y el ejercicio de la presidencia del grupo derechista en manos del canciller de Austria, se espera que las políticas de la UE den un giro a la derecha.