Por J. Gerson Revanales
La dirección de las relaciones internacionales es una atribución propia del Presidente de la República (Art 236-CRBV); en caso de perderse el Esequibo será responsabilidad de Nicolás Maduro.
Esta semana, la reclamación del Esequibo tomo un giro de 180 grados y entró en una etapa nada deseable para la recuperación de un territorio que nos fue despojado por el “arbitrario” Laudo de París de 1899, como lo denunció uno de los abogados estadounidenses que integró la defensa de Venezuela, Severo Mallet Prevost, quien irresponsablemente, a la hora de su muerte en 1944, solicitó a su representante legal Otto Schöenrich, miembro de la firma Curtis, Mallet Prevost, que publicara su revelador memorándum, contentivo de la componenda inglesa para despojarnos de 159.542 km² situado en las coordenadas: 6°18′N 59°42′O / 6.3, -59.7 coordenadas: 6°18′N 59°42′O / 6.3, -59.7 que correspondía a la Capitanía General de Venezuela, antes de la transformación política iniciada el 19 de abril de 1810.
El caso es que luego de 52 años de negociaciones diplomáticas en la búsqueda de una solución satisfactoria y práctica como lo establece el Acuerdo de Ginebra de 1966, por las vías de las negociaciones directas a través de las comisiones mixtas y de los buenos oficios, la excolonia inglesa empoderada por el anuncio del anterior secretario general de la ONU Ban Ki Moon, quien recomendó que si para finales del 2017 no había avances significativos en el arreglo del diferendo, el asunto se llevaría ante la CIJ en La Haya. Es así que el actual secretario general Antonio Guterres (el pasado 31 de enero de 2018) remitió la reclamación a la CIJ, lo cual coloca al gobierno en una situación muy comprometedora ante la historia en caso que la Corte dictamine a favor de la excolonia británica, considerando que Maduro como presidente y comandante supremo de la FANB, es responsable de la dirección de la relaciones internacionales, del territorio y su soberanía.
Si bien todos los buenos oficiantes (casualmente de origen caribeño) y el tiempo jugaron a favor de Guyana: Esta, además de judicializar la reclamación al demandarnos ante la CIJ, la monetizó al ser financiados sus asesores y abogados por las transnacionales que hoy operan en el territorio en reclamación en contravención al Acuerdo de Ginebra.
En este oscuro contexto el desaparecido expresidente Chávez es el gran causante de esta situación por sus irresponsables declaraciones y complacencia con el gobierno de Bharrat Jagdeo a cambio de los votos del Caribe en la OEA; y Maduro igualmente por no tomar las previsiones para impedir que el secretario general de la ONU remitiera el caso a la CIJ.
Que se sepa, nunca hubo una nota de protesta de esas que tanto le gustaban a la Sra. Rodríguez como canciller, cuando el Sr. Ban Ki Moon le comunicó a las partes el 15 de diciembre de 2016 el camino a seguir, “que si para finales del 2017 se llegara a la conclusión de que no se había alcanzado progreso significativo en una solución de la controversia, se elegiría la CIJ como el próximo medio de solución”. Ante estas advertencias el silencio, la inoperancia y la falta de patriotismo del gobierno han puesto en peligro nuestra soberanía e integridad territorial en el Esequibo.