Por Carlos Canache Mata
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos recomienda crear una comisión internacional de investigación sobre las violaciones de derechos humanos en Venezuela, que solo se ha usado en casos extremos.
La ONU alza su voz ante la tragedia que vive Venezuela. La Oficina del Alto Comisionado de esa Organización para los Derechos Humanos (ACNUDH) acaba de publicar un Informe, de 61 páginas, que documenta el martirio que atormenta a los venezolanos y requiere la intervención de la Corte Penal Internacional. El propio secretario general de la ONU, Antonio Guterres, manifestó que las cifras dadas en el documento “son verdaderamente impactantes”. A diario aparecen condenas, desde cualquier parte de la comunidad internacional, contra las atrocidades que comete el régimen dictatorial de Nicolás Maduro, apoyado y sostenido por las bayonetas de la camarilla militar-civil que lo rodea. ¿Qué dice el Informe, elaborado a distancia porque las autoridades venezolanas han negado reiteradamente el acceso al país a los representantes de aquel organismo?
Que las fuerzas de seguridad del Estado, mediante las denominadas “Operaciones de Liberación del Pueblo (OLP)”, entre julio de 2015 y marzo de 2017, han asesinado a 505 personas, incluyendo 24 niños. Que en los últimos cinco años ha habido la detención arbitraria de no menos de 12.320 personas, una de las principales herramientas “para intimidar y reprimir a la oposición política», y que cuando algunas son liberadas se les somete a restricciones de sus libertades. Que se burla el debido proceso, como ocurre con el enjuiciamiento de civiles en tribunales militares, las limitaciones al derecho a la defensa, la incomunicación y las desapariciones forzadas breves. Que se irrespetan los derechos a la libertad de expresión, información, manifestación, reunión pacífica y asociación. Que se acosan y persiguen las organizaciones de la sociedad civil defensoras de los derechos humanos. Que hay niveles críticos de escasez alimentaria y un “colapso del sistema de salud venezolano… el aumento de la mortalidad materna en un 60 por ciento y de la mortalidad infantil en un 30 por ciento entre 2014 y 2016”. Que “el número cada vez mayor de venezolanos que huyen de su país es el reflejo más crudo del deterioro de la situación socioeconómica y de los derechos humanos”.
Indignan las torturas y malos tratos referidos en el Informe, que se realizan en el Sebin, en la Dirección General de Contrainteligencia Militar y demás instalaciones de las Fuerzas Armadas, emulando las prácticas de las dictaduras de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez: “los actos de malos tratos y tortura documentados comprendieron descargas eléctricas, golpes fuertes -por ejemplo, con tubos de metal y bates béisbol- violaciones y otras formas de violencia sexual, asfixia con bolsas de plástico y productos químicos, simulacros de ejecución y privación de agua”. La vuelta al oprobio.
El ACNUDH recomienda el establecimiento de una comisión internacional de investigación sobre las violaciones de derechos humanos en Venezuela, un mecanismo que, como recordó el director ejecutivo de Human Rights Watch para América, “solamente se ha utilizado en casos extremos, como en el caso de Corea del Norte, Libia, Siria, Sri Lanka y la ex Yugoslavia”.
En Venezuela no se vive, se sobrevive.