Por Aixa López
Hasta cuándo la política de oídos sordos al clamor del pueblo que reclama por la comida y las medicinas que tiene el gobierno nacional.
Cada día se agudiza más la grave crisis en todos los niveles que padecemos los venezolanos. Una odisea padecemos las familias venezolanas para conseguir el alimento que necesitamos para vivir. Las interminables colas en abastos y supermercados ante la expectativa sobre si llegó algún alimento han convertido a nuestros hermanos en zombis tratando de localizar el sustento diario para los familiares.
¿Por qué el gobierno nacional sigue de oídos sordos ante nuestros padecimientos? ¿Por qué desviar la mirada en el objetivo primario de un gobernante, que es procurar el bienestar social de verdad? Nadie quiere que sigan nuestros hermanos hurgando en las bolsas de basura en búsqueda de restos de alimentos para comer.
Eso, señores, debe ser calificado como delito de lesa humanidad, porque se le está negando la posibilidad a un conciudadano a poder comer dignamente sin peligro de contraer alguna bacteria por un alimento en descomposición que ingiera. Y más aún en esta época en la cual tampoco hay medicinas con qué curarse, ya que o se encuentran a elevadísimos precios o no hay en los inventarios de farmacias y hospitales.
Tenemos un cuadro dantesco con pacientes de alto riesgo que requieren sus tratamientos como los diabéticos, los trasplantados, los pacientes renales, los pacientes con VIH. Los oncológicos que lamentablemente desde hace ya varios meses no se les entregan sus medicinas de alto costo y que lamentablemente hay una cifra alarmante de ellos que han fallecido.
¿Es que la muerte de un compatriota no les llega al alma? Siguen en su terquedad de desviar la atención hacia temas que no resuelven el meollo del asunto. Como representante de Venezuela ante la Organización de la Internacional Socialista de Mujeres acudí a la reunión celebrada este año y ahí tuve la gran oportunidad de elevar mi voz ante este importantísimo organismo internacional y enseñarles la cruda realidad que vivimos.
A ellos les di a conocer cómo nuestros paisanos pelean con perros y otros animales para tratar de sobrevivir al escarbar en la basura y recolectar sobras de alimentos. Cómo el deseo de vivir los ha hecho agruparse para hacer una recolecta grupal y así después repartirlo de forma equitativa entre los integrantes de esos grupos y sobrevivir un día más a la hambruna a la cual este gobierno sordo nos ha llevado.
Afortunadamente, siempre hay esperanzas y contamos con algo que el gobierno no ha podido destruir y es la solidaridad entre nosotros mismos. He visto de primera mano cómo grupos de personas y algunas de forma individual tratan en lo posible de darle una mano amiga a las familias más necesitadas y se organizan para llevarles cualquier alimento que puedan preparar, como un plato de avena caliente, unas arepas o cualquier comida que puedan preparar y hacerles sentir que en estos duros momentos siempre cuentan con otro venezolano que les va a socorrer.
En mi caso, humildemente he podido asistir y colaborar con un programa denominado “Operativo Solidaridad”, creado por nuestra amiga Diana D´Agostino y su maravilloso equipo de trabajo. En un principio empezó llevando una vez a la semana el vaso de leche a niños de una escuela en una zona popular. Con el paso de los meses he visto con orgullo como más y más hermanos solidarios se han unido a esta noble causa y ahora se está esparciendo por toda el área metropolitana de Caracas: Miranda, Carabobo y ahora llegó a Anzoátegui donde la preocupación es ayudar a la alimentación de nuestros niños y niñas que deben verse y preocuparnos porque son nuestro presente. De ellos será el mañana y cuidarlos desde ya es nuestro deber. Por eso seguimos ayudando en lo que podamos y apoyando tan nobles iniciativas.
@aixaconcejalccs