La hiperinflación se tragó el dinero efectivo

Por.- Alex Vallenilla / @alexvallenilla

-Este gobierno debe gastar casi 1 millón de bolívares en términos reales, para poner a circular billetes de Bs 100 mil en términos nominales

La distorsión económica que existe en Venezuela la atraviesa el mismo gobierno. Para producir un billete con denominación en bolívares, por cada pieza se debe pagar 0,30 dólares, que al cambio según la tasa que se use, la del dólar paralelo, un billete costaría 1.050.000 bolívares en términos reales, si se calcula con la tasa oficial de las remesas, ubicada en 2.500.000 bolívares, entonces el costo sería de 750.000 bolívares, es decir, para que poner a circular el billete de más alta denominación, el de 100.000 bolívares, el gobierno gasta en términos reales cifras similares a las mencionadas.

La falta de divisas ha puesto también en dificultades al Banco Central de Venezuela (BCV) para poner a circular dinero en efectivo en el país, los costos reales para estos procesos están muy por encima de lo que nominalmente tienen los billetes en su valor facial. La administración Maduro, que tiene bajo su control político el BCV ha reducido la disposición de dinero físico en 1%, en relación con el resto de la liquidez monetaria, lo que significa que los venezolanos prácticamente en su totalidad sólo puede realizar pagos con métodos electrónicos, con transferencias o con tarjetas de débito.

Lea también: Empeora la caída de las reservas internacionales en Venezuela

La escasez de dinero efectivo ha producido un mercado de venta de billetes para pagos de algunos servicios, su costo real hace que sea escaso y al final los usuarios pagan a quienes lo tienen para disponer pagos que se utilizan en transporte público que aún existe y compras en algunas poblaciones en que la infraestructura comunicacional no permite los pagos electrónicos.

Esa situación se hace insostenible, incluso los billetes del nuevo cono monetario, del “bolívar soberano” son obsoletos, el billete de BsS 500 ya está por debajo al compararse con el valor real que tiene imprimir el dinero. Las pérdidas las asume el Estado, lo que genera déficit y esto se convierte en inflación al cubrirse con la emisión electrónica. De sostenerse esta situación el colapso general que se deriva de la hiperinflación causará más distorsiones hasta un derrumbe total del sistema, el gobierno podría detener esto permitiendo el libre uso de divisas en el país, tal como ya lo ha empezado a hacer parte de la población, que realiza intercambios con monedas extrajeras en operaciones privadas o con trueques como en las costas al cambiar pescado por víveres.

Salir de la versión móvil