Por Jaime Granda
Tanto en el oficialismo como en la oposición se están viendo reacomodos y no está demás rogar que todo lo que ocurra sea para bien de todos.
En Venezuela estamos sufriendo una devaluación acelerada, no solo de la moneda, sino de los políticos, de la ética, la moral y las buenas costumbres.
Esas devaluaciones producen hechos nefastos. Hijos matando a sus madres, abuelos y demás familiares para apoderarse de lo que no se han ganado. Ese es el ejemplo que ven en los que se han apoderado de todas las instituciones.
Triste que lo que en los años sesenta era una broma para quitarle a algún compañero de clases parte de su merienda, hoy sea algo convertido en rutina. En esos años, aquella broma se justificaba diciendo que las cosas no son de quien las tiene, sino de quien las necesita. Es decir, cero respeto a la propiedad privada.
Por ese camino, cada día veremos cosas peores. Por ese camino no habrá norma ni ley que se cumpla. En este país de escasez, ya hay poca convivencia. Los medios muestran cómo los políticos se insultan hasta en los grupos que supuestamente buscan salida a la situación. Eso es lo que ven los niños y los adolescentes.
La dirigencia política va contra lo que ha mostrado la Historia de que solo con armonía, conciliación y concordia se puede lograr el progreso de los países.
Lo que domina es el rechazo a convivir con el contrario. Si alguien contradice esa aberración se convierte en blanco de los francotiradores de las redes sociales.
En ese túnel sin salida hemos recorrido casi 20 años, pero como no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, poco a poco se asoman los que se atreven a decir que es tiempo de salir de ese túnel y buscar caminos más racionales.
Cada día es más evidente que tanto en el oficialismo como en la oposición se están viendo reacomodos y no está demás rogar que todo lo que ocurra sea para bien de todos.
En el oficialismo hay un evento este mismo mes que apunta a rectificar muchos de los errores cometidos y a revisar la versión más cercana a la realidad venezolana del dogmático socialismo que tantos daños ha causado donde se ha practicado con esas deformaciones.
En la oposición, el grupo que imponía sus tergiversaciones de la lucha política a más de 30 grupos se ha reducido a tres y eso es una buena señal.
Es una gran oportunidad para revisar y acomodar el comportamiento más cónsono contra un proyecto con conexiones extranjeras con la mirada puesta en las riquezas naturales de este país al que desde hace siglos se considera un paraíso terrenal.
Es la hora de revisar toda la teoría política y aceptar que muchos de sus términos perdieron el significado original y ya no sirven, si realmente queremos el progreso de todos, sin exclusiones ni privilegios solo para un grupo.
Llegó la hora de ajustar los proyectos que estaban en marcha antes de 1999 y que fueron puestos de lado por los que ahora disfrutan de lo que nunca trabajaron y aspiran seguir haciéndolo mientras el país en general se desmorona por falta del necesario mantenimiento y el manejo honesto de lo que se está administrando que es de todos los venezolanos. Hay que rescatar la ley natural de que las cosas son de quien las trabaja y comparte con quienes participan en esas labores.
@jajogra