Rusos se apoderan de Pdvsa

Por Alex Vallenilla.

-El plan ruso avanza sigilosamente.

La apuesta del ruso Igor Sechin es arriesgada, porque hasta ahora todas las inversiones que se hacen en Venezuela con Pdvsa, no están autorizadas por la Asamblea Nacional. Sin embargo, los rusos avanzan y reciben importantes  privilegios por encima de la Ley de Hidrocarburos.

En medio de la debacle económica en que ha caído el gobierno de Nicolás Maduro, los rusos han estado llevando adelante un sigiloso y paciente plan para apoderarse de la mayor cantidad de activos posibles de Pdvsa, empresa petrolera hoy hundida en la ruina, el caos, la falta de inversión, la corrupción, endeudada y sin capacidad de pago, además perdiendo producción todos los meses por lo que ha estado perdiendo mercados como las recientes exportaciones a España, las cuales ya no se siguen realizando.

La crisis venezolana tiene un trasfondo internacional, más allá de las diferencias políticas internas se desarrolla el asedio de Rusia, que aliada con China, buscan en todo el mundo controlar las principales fuentes de materias primas de todo tipo. En el caso venezolano, los rusos avanzan despiadadamente para instalar su fuerza en lo económico y sostener aliados internos en lo político, como una manera de presionar a Estados Unidos, debido a que el país del norte ha estado en acciones en Ucrania y Crimea, principal zona conflictiva  con los rusos.

Las relaciones con Rusia comenzaron cuando el extinto Hugo Chávez decidió comprar armamento ruso, aviones y tanques, además de involucrar a la Fuerza Armada Nacional (FAN), en entrenamiento con los militares de ese país. Actualmente son constantes las visitas a Rusia del ministro de la Defensa venezolano, Vladimir Padrino López.

En este momento,  la administración Maduro  tiene 85% del país en contra, ha creado una crisis económica sin precedentes sometiendo a los venezolanos a la peor hiperinflación nunca registrada en los países de la región al llevarla hasta 46.000% según los cálculos de los principales economistas. Esa administración ha destruido la capacidad productiva interna creando escasez de bienes y servicios de hasta en un 80%, mantiene a Venezuela en un proceso de colapso general con la paralización del transporte público, la falta de agua potable en las principales ciudades, inseguridad ciudadana, sin médicos, profesores y con personal empleados públicos huyendo de los peores sueldos jamás registrados en América Latina, tan bajos como 1 dólar al mes. Sin embargo, esa administración ha logrado mantenerse en el poder y detrás de todo está la estrategia rusa, en la figura de Igor Sechin, CEO de Rosneft, la petrolera en la que tiene 0.125% de participación.

La crisis económica ha obligado al Ejecutivo a buscar dinero donde lo consiga a cambio de lo que sea para no perder el poder. Ejemplo de ello son los canjes de deuda de Petrocaribe con sendas pérdidas para el patrimonio público, entre otro tipo de acciones, debido al desplome de la capacidad productiva de Pdvsa. Maduro se ha referido en reiteradas ocasiones de que está el fin de la era petrolera de Venezuela y en varias intervenciones públicas ha dicho que ya no se podrá seguir teniendo renta petrolera, lo que indica que no sólo existe resignación por parte del gobierno sobre la situación de caos en que la estatal se hunde en una “espiral de la muerte”, sino que existe la voluntad de entregar las operaciones y el petróleo a las compañías que están comprometidas en sostener al oficialismo con el control de Miraflores. Una de ellas es Rosneft, empresa que tiene sendos privilegios por encima de la Ley de Hidrocarburos, aquella que promulgó Hugo Chávez y con la que decía que se había recuperado la soberanía energética.

Muerto Hugo Chávez, los rusos se interesaron más por el petróleo venezolano, viendo en la debacle por venir la oportunidad de posesionarse de grande cantidad de activos a precios de remate. Entraron con la compra de los activos de Lukoil en el bloque Junín de la Faja del Orinoco. Luego durante los siguientes años al menos unos 13 mil millones de dólares estuvieron invirtiendo en materia petrolera y gasífera. Tienen sendas inversiones en explotación de gas costa afuera, compraron en ganga acciones en Petromonagas por apenas 500 millones de dólares, en 2016 tuvieron 49,9% de Citgo en garantía por un préstamo de 1,5 mil millones de dólares, al no poder ejecutar en Estados Unidos la hipoteca debido a las alertas del Congreso norteamericano de la entrada de Rusia a ese país, cambiaron los activos de Citgo por yacimientos petroleros y acuerdos para suministrar combustibles.

Los préstamos e inversiones rusos han permitido a Nicolás Maduro mantener cierto flujo de dinero, se apoya en una reestructuración de deuda que otorgó Rosneft al no poder pagar las líneas de crédito debido a la caída del precio del petróleo y al proceso de reducción de producción petrolera por la falta de inversión en el sector. Lo que le ha dado cierto margen para mantener una precaria importación de alimentos para los CLAP, poder pagar algunas nóminas y sostener el gasto militar a cambio de fidelidad del sector castrense. La renta petrolera fue disminuyendo al punto que Venezuela ha dejado de sostener el resto de Latinoamérica, un ejemplo de ello es la situación crítica que se vive en Cuba y en Nicaragua, en que el “Efecto Venezuela” causa estragos como consecuencias de la falta de ayuda monetaria y el envío de petróleo.

 

Rusia lleva adelante un pulso global contra Estados Unidos en varios frentes. Con apoyo interno en Venezuela y de la mano del control político que ejerce La Habana sobre Miraflores, los rusos han reavivado capítulos de la “Guerra Fría” y es que en materia geopolítica existe mucha tensión con Occidente. Rosneft, en una jugada arriesgada, invierte grandes cantidades para controlar lo que más pueda de la Faja del Orinoco, donde ya está en cuatro proyectos importantes y en los que ha logrado tener autonomía para el manejo de operaciones, la toma de decisiones en inversiones, compras de materiales para la explotación petrolera, inversión, decisiones en la política de dividendos, con operatividad en materia cambiaria fuera del país, incluso con la exportación de producción de manera propia, sin que Pdvsa se involucre en tales operaciones, quedando sólo como un socio más al que al final se le entregan dividendos. Todo ello fuera de la Ley de Hidrocarburos y sin autorización de la Asamblea Nacional (AN) y en esto último radica la ilegalidad de la acción de Rosfnet, la petrolera consentida.

Rusia ha estado ayudando a Venezuela en el envío de petróleo a Cuba. En la tensión con Estados Unidos, especialistas en geopolítica en Washington señalan que es la respuesta rusa por la intervención norteamericana en Ucrania. La cercanía de Venezuela con el norte, su posición estratégica y sus enormes reservas petroleras, la convierten en la cabeza de playa de Putin y Sechin para desarrollar su proyecto de presión  a Norteamérica. En esto ha habido acuerdos como la implementación de una fábrica de fusiles Kalashnikov por 1 mil millones de dólares, la cual en 2006 quedó paralizada, pero retomada en la gestión de Maduro para arrancar a partir de 2019, con la producción de unas 25 mil armas al año. Del éxito de Sechin en Venezuela podría depender de ser el sucesor de Putin en 2024, consideran en Washington.

La entrada a Pdvsa de los rusos, mantiene en alerta a las demás compañías petroleras, puesto que Rosneft también se encuentra sancionada y el avance agresivo de la petrolera en el control de la empresa venezolana hace que empresas como Chevron estén atentas debido a que podrían estar operando con socios que han sido sancionados por el gobierno de Donald Trump. Los rusos buscan consolidarse en Venezuela manteniendo en el poder a Nicolás Maduro, la mira la tienen enfocada en el resto de Latinoamérica, en donde países como Brasil, Perú, Argentina, México y Colombia, se negaron a aprobar al gobierno de Estados Unidos, una incursión militar para deponer a Maduro según reportes de la AP. La razón son las grandes inversiones y préstamos que reciben los países latinos de China, aliado de Rusia en el desarrollo de lo que se llama la “Nueva Ruta de Seda” que conectará a los chinos con Europa vía terrestre.