Por Rafael Bayed
***El régimen usa como estrategia la desmoralización y destrucción de la familia para debilitar la moral del venezolano, sostiene el abogado especialista en material procesal Rafael Bayed.
Comenzó la letanía del desconocimiento de la capacidad del régimen para gerenciar la República. Todos los que se aprovecharon de las mieles del poder desde el 2000, algunos de mucho antes, comienzan a criticar, otros a despotricar y algunos hasta de tratar de convencer al país de que ellos tenían buenas ideas, pero los radicales no los dejaban desarrollar sus programas.
Casi 20 años de marramuncias, lavado de dinero, legitimación de capitales, tráfico, corrupción, expolio, abuso de autoridad y hoy pretenden decir que ellos actuaron de buena fe. ¿Serán estúpidos o creen que los venezolanos somos idiotas? Desmemoriados sí somos, pero bolsas nunca.
Hoy el regente de la República de Venezuela, que además de perverso es pervertido, trata (a través de algunos de sus lacayos) de sostener que no les avergüenzan los errores cometidos. ¿Cómo les va a avergonzar si a ellos solo les interesó el pueblo para la retórica propagandística, y no para resolverle sus necesidades?
La República se desmonta y se establecen grupos facinerosos que manejan las aéreas asignadas para satisfacerse y satisfacer a los suyos.
Con frecuencia vemos cómo un pueblo ignaro hace colas estoicamente para obtener algún alimento o medicina, y llegan delincuentes (mal llamados colectivos o guardias nacionales) para obtener productos a la brava, y el pueblo mutis.
El sistema totalitario de delincuentes llamado socialista, o comunista o anarquista o cualquier patraña para detentar el poder, es solo para beneficiar a los que tienen patente de corso, para hacer lo que les viene en gana.
Al llegar al poder expoliaron lo que les vino en gana para apropiarse de los bienes o fastidiar a quienes legal y legítimamente los poseían. Los primeros serían las sanguijuelas de los militares, que se hicieron con haciendas, fincas, conucos, fábricas, empresas de servicios; después los politiqueros y chulos de profesión, luego los empresarios fracasados, hoy magnates y hasta con cargos públicos. La rebatiña no tenía y ahora menos tiene, limite, ah y algunos profesionales que siempre han vivido arrimados a lo ilegal.
Descarada y desfachatadamente, la cúpula militar de protección a la regencia, contrariando las normas de las FANB y la Constitución, imponen una nueva forma de estructura, la obediencia y no la excelencia. Ahí ascendidos militantes del PSUV y acólitos de Maduro, con dádivas de compra y no pago por servicio, y Padrino López, inmutable, habla como si fuera un edecán del partido y no de la República.
Nos viene a la memoria la famosa frase: “por la plata baila el perro” y bailó ayer y baila hoy y bailará mañana. Es un problema de cultura, de educación, de consciencia y formación familiar y social.
Con discreción, por ello el régimen tiene como base fundamental en sus acciones la desmoralización y destrucción de la familia, la vagancia, la promiscuidad, la prostitución, las drogas. Todo lo que conlleve a la disociación de la familia es bueno para el régimen.
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