La ruina de Venezuela se manifiesta en desplome del PIB y la hiperinflación

Por Carlos Canache Mata

***La nueva reconversión monetaria es como una trompeta, que no derribará muros como los de Jericó, sino que anuncia la ruina que toca las puertas del país.

La debacle económica de Venezuela que se manifiesta por la severa caída del PIB que va para cinco años consecutivos y por la millonaria inflación al cierre del 2018, “es realmente un caso que casi no se ha visto en ninguna economía en el mundo en los últimos 50 años”, ha declarado el director del FMI para América Latina, Alejandro Werner. La crisis, que se califica como terrible, ha provocado que alrededor del 12 % de la población venezolana haya tomado las vías del éxodo en busca de expectativas de vida que aquí se les niegan.  Y eso no ha estado causado por la ocurrencia de una guerra civil o desastres naturales.

El pasado 25 de julio, en el marco de un supuesto “Plan de Recuperación y Prosperidad Económica”, Nicolás Maduro anunció una nueva reconversión monetaria, que entraría en vigencia a partir del venidero 20 de agosto, en la que el bolívar pasaría a llamarse “soberano”, en sustitución del bolívar “fuerte” creado por la reconversión monetaria que hizo Chávez en el año 2008. Como ahora la inflación ha escalado la altura de la hiperinflación, el bolívar “soberano” tendrá una vida mucho más breve, brevísima, en comparación con el bolívar “fuerte”.

La observación más gruesa a la nueva reconversión monetaria es que, al igual que la anterior, deja intactas las causas que provocan la hiperinflación y sus secuelas de hambre y muerte. Destacados economistas han señalado que la eliminación de cinco ceros es un simple “cambio estético de la moneda que no afectará de ninguna manera el crecimiento de los precios” porque, entre las medidas, no cuenta la disminución del déficit fiscal que, como sabemos, se monetiza con dinero sin respaldo emitido por el Banco Central.

También se ha advertido sobre un posible colapso del sistema de medios de pago. Un economista que fue ministro del gobierno de Chávez, Víctor Álvarez, indicó que “la moneda de 0,50 bolívares soberanos, equivale a 50.000 bolívares, está a un nivel muy alto para pagar algunos servicios, por lo que se entorpecerá el proceso de operaciones de montos pequeños porque no hay monedas de una denominación menor para dar el vuelto”. A este  respecto, un ejemplo es el pago del transporte público, que, por lo demás, en un 80 % está paralizado por falta de mantenimiento a causa de la escasez de repuestos y de los elevados precios de éstos, de los lubricantes, aceite y otros suministros.

Otra de las medidas infortunadas anunciada por Maduro es el “anclaje del bolívar al petro”, que no tiene aceptación internacional ni se transa ni se demanda en ningún mercado. El economista Luis Oliveros considera que “genera más incertidumbre que la moneda pase a depender de la divisa digital debido a que está sancionada por Estados Unidos y no ha despertado ningún interés en el mundo”. Es como si un náufrago pretendiera salvarse al asirse a una pequeña tabla de madera.

Por último, solo  apunto el disparate de incluir un bloque de la Faja Petrolera del Orinoco como parte de las reservas internacionales del BCV, puesto que, como han declarado los expertos, “el petróleo no cumple los requisitos internacionalmente acordados para considerarse reserva”.

La nueva reconversión monetaria es como una trompeta, que no derribará muros como los de Jericó, sino que anuncia la ruina que toca las puertas del país.

 

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