El Parlamento ha sido, con sus luces y sombras, escenario de grandes debates venezolanos

Por Ramón Guillermo Aveledo

***El Parlamento ha sido, con sus luces y sombras, escenario de grandes debates venezolanos y foro donde contendieron y se entendieron las voces que disputaban la guía y el poder del país.

Acaba de publicar el Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro el libro Arístides Calvani, Parlamentario, con una selección de los discursos como diputado y senador en el Congreso de la República dio el eminente dirigente socialcristiano. Propósito del libro no sólo es rescatar su pensamiento expresado en su trabajo como representante popular, principalmente en los temas sociales y del Estado de Derecho que eran sus preocupaciones principales, sino también contribuir a una memoria nacional que valore lo que desde ese órgano del Poder Público puede hacerse para provecho de la sociedad.

Sin irnos al XIX del epónimo de nuestro instituto, Venezuela tuvo en el siglo XX grandes parlamentarios. En la misma familia ideológica del mencionado, brillan nombres como Caldera y Herrera Campíns, Pérez Díaz, La Riva Araujo, Godofredo y Aguilar. Rodríguez Iturbe, Vivas Terán, Eduardo y Oswaldo, una generación brillante. Haydeé Castillo y por su rigor y laboriosidad Oberto. Más acá Tarre Briceño.

En los congresos de la primera democratización a partir del treinta y seis, ¿Cómo olvidar a Briceño Iragorry, Villalba, Pérez Alfonzo y Andrés Eloy? Puentes el experto petrolero y el poeta, con títulos para considerarse entre los mejores de todos los tiempos, con el decisivo parlamentarismo acciondemocratista a partir del mismo Gallegos, con voces en la nueva democracia como las de Barrios, los presidentes del Senado Valmore Rodríguez, Leoni, Prieto Figueroa y Dubuc, gladiadores como Pérez, Lusinchi, Canache Mata, Ramos Allup aún presente. Talentos como el de Paulina Gamus, quien acaba de publicar un libro inteligente y divertido.

Ugarte Pelayo fue una estrella fugaz. Escovar Salom se significó en el debate constitucional, Amaré del Castillo y Rondón Lovera, Manuel Alfredo que llegó tarde, Tenorio Sifontes. Uslar Pietri senador por varios períodos, trajo en sus filas otros exponentes del liberalismo como Nicomedes Zuloaga y Olavarría.

La izquierda tuvo paladines como los hermanos Gustavo y Eduardo Machado, Farías y Ortega Díaz en el PCV. Pompeyo, Teodoro, Freddy de peso y larga trayectoria. Argelia Laya. Elocuente Domingo Alberto, ingenioso Moleiro, estudioso Américo, capturaban la atención del hemiciclo, como a su modo Cheíto Herrera Oropeza y José Vicente. Fue una minoría que siempre se hizo sentir.

Una lista que se queda corta y deja alta la vara para las generaciones posteriores. A la cámara actual, con gente de valía e indiscutible valor personal, le toca enfrentar un acoso al que ni las peores dictaduras del pasado se atrevieron. Un desafío que no solo es a ellos, sino a todo el país que no puede darse el lujo de renunciar a su democracia como esperanza libre de progreso.

 

 

 

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