Por.- Eduardo Martínez / Corresponsal en Italia
Después de 60 años de cierre de los prostíbulos en Italia con la promulgación de la Ley Merlín en 1958, abrirá en los primeros días de septiembre la primera “casa de citas” con muñecas y muñecos de sexo, en la norteña ciudad de Turín.
Las muñecas, manufacturadas en material termoplástico elastómero (TPE), difieren de las “sex-dolls” anteriores que eran inflables y rígidas. Asimismo, ha impactado la oferta comercial, en cuanto el local contará con muñecos de ambos sexos para satisfacer tanto a hombres como a las damas.
La publicidad de la franquicia de este novel “emprendimiento” de origen catalán, resalta que las muñecas tienen un esqueleto con articulaciones metálicas, el material sintético tiene una superficie suave que se asemeja a la silicona, pueden moverse sus extremidades y ofrecen “respuestas” a los clientes, gracias a una especie de inteligencia artificial.
La franquicia ya cuenta con locales en Barcelona y Moscú, donde ofrecen una gama bastante amplia de muñecas y muñecos, que también pueden ser adquiridos por los clientes. Asimismo, ofrecen la opción de ser personalizadas. El precio de estas muñecas de sexo arranca en los 700 euros, luego de los descuentos promocionales.
La apertura será un reto, no solo por lo conservadores que son los piemonteses, sino que rozará los alcances de la famosa Ley Merlín de 1958. Esta ley, llamada así por su promotora la senadora Lina Merlín, prohibió la prostitución y cerró los prostíbulos existentes en Italia. Lo que echó a la calle a miles de trabajadores sexuales. La ley estableció delitos relativos al ejercicio de la prostitución, con el fin de acabar con la explotación de las mujeres que estaban obligadas a vivir en las casas, trabajar largas jornadas de hasta satisfacer a 30 clientes, y comprar de su bolsillo productos a precios superiores a los ofrecidos en los comercios.
En cuanto a la apertura de esta nueva casa de citas “sintéticas” en Turín, no faltará quien aduzca a favor de que no se está explotando a una mujer. Mientras que seguramente otros señalen razones éticas y hasta legales. Aunque los promotores han anunciado en su publicidad, que se trata de una actividad “enteramente legal”.