El impacto internacional del atentado

Por.- Alfredo Michelena

La comunidad de países democráticos no ha aceptado la versión oficial sobre lo acaecido el 4 de agosto  y menos los abusos a los derechos humanos y a la Constitución venezolana, perpetrados por el régimen a raíz del hecho.  Reacción que contrasta con la de los países de la región vinculados al Foro de San Pablo y la de otros gobiernos totalitarios o semitotalitarios, fuera del hemisferio occidental.

Los denunciantes de un atentado

La reacción internacional del atentado ha sido poco o nada parecida a la que dijo el canciller venezolano Jorge Arreaza cuando afirmó, frente al cuerpo diplomático acreditado que convocó a la Casa Amarilla, que hubo una “avalancha” de solidaridad con Maduro.

En la página oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores, sólo aparecía una veintena de países que  se habían manifestado, unos mostrando solamente preocupación por los hechos acaecidos, aunque otros sí condenando el magnicidio e incluso  el terrorismo (Rusia). Entre estos estaban los usuales de la región: Cuba, Antigua y Barbuda, Dominica, Belice, Bolivia, El Salvador, San Vicente y las Granadinas, y Nicaragua y,

Lamentablemente, Ecuador y Uruguay- los mismos que en la OEA apoyan al régimen o se muestran “neutrales”. Entre los extraregionales: Rusia, Bielorrusia, Irán, Turquía y Siria. De Europa solo la España socialista condenó “la utilización de cualquier tipo de violencia con fines políticos». Los demás han sido organizaciones vinculadas al Foro de San Pablo, partidos comunistas y socialistas, y organizaciones izquierdistas regionales y también del resto del mundo.

Entre atentados te veas

Este no es el primer atentado que denuncia el régimen. Maduro ha denunciado planes para envenenarlo, campamentos paramilitares para matarlo, e incluso suspendió un viaje a la ONU por temor a un atentado. Solo para él se habrían preparado cerca de una veintena  de ellos, los que pasarían de setenta si agregamos los más de 50 que denunció Chávez. La diferencia es que esta vez se mostraron los hechos en cadena nacional.

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Hechos que aún siguen siendo confusos. En todo caso se escucharon explosiones, se vieron drones explotando,  “manteros” protegiendo y sacando de la tarima presidencial  a un Maduro claramente sorprendido. Todo frente al cuerpo diplomático acreditado que convocó la Casa Amarilla y con  militares en el palco sin saber qué hacer al igual que los uniformados que estaban en la parada, donde “militares de carrera” salieron en estampida sin nadie que los dirigiera, mostrando un alto nivel  de desorganización y falta de preparación, así como  que la preocupación militar estaba más con sus propias vidas, que con la del que funge como Jefe de Estado .

De ser cierta la tesis del régimen y parte de los opositores, la vulnerabilidad de Maduro sería grande.  Si es una pantomima del propio régimen para justificar mayor represión y una purga dentro del sector militar, el efecto será de temor entre sus filas, pues los que no saben del supuesto plan, deben sentir la vulnerabilidad de un atentado que estuvo a unos cientos de metros de ser efectivo.

No sería la primera vez que los anillos de seguridad de Maduro no funcionan. Recordemos cuando Yendrick Sánchez  – quien acaba de ser encontrado maniatado y asesinado en su residencia- se hizo presente en la juramentación presidencial ante la Asamblea Nacional en 2013 y un  ofuscado Maduro decía “me han podido matar”. Pareciera que nada ha cambiado y la seguridad de Maduro es penetrable. En todo caso, el miedo se ha hecho presente.

 La conexión internacional

«Mi asesinato político (sic) se decidió en el Palacio de Nariño de Bogotá. Fue el expresidente Juan Manuel Santos que dio la orden para preparar la acción terrorista para mi asesinato”,  aseguró Maduro. Y “lo hizo a través” de Julio Borges “quien recibe la orden, los recursos logísticos y el apoyo», agregó. La acusación a un presidente colombiano de este tipo de acciones no es la primera y no viene sino a repetir lo que ya hicieron con Uribe y que harán con Duque.

Según la narrativa del régimen, en Colombia se entrenaron los perpetradores del atentado, lo hicieron en el Norte de Santander (Colombia), zona por cierto controlada por una narcoguerrilla, que más bien es aliada del régimen. Además de que en el vecino país habrían encontrado refugio algunos perpetradores.

También habría financistas y autores intelectuales en el exterior, en Colombia  el ya mencionado Julio Borges, y en Miami entre otros estaría  Osman Delgado Tabosky, aunque éste último ha sido señalado como infiltrado del régimen en el llamado movimiento de la resistencia.

Incluso el siempre presente Jorge Rodríguez, en calidad de  Ministro de Comunicación, aseguró que uno de los drones estaba manejado desde los EE.UU.  Otro interesante personaje, el periodista peruano Jaime Bayly residenciado en Miami, aseguró que sabía de esta operación pues se había reunido con miembros del grupo que preparó el atentado y que éste había sido aprobada por EE.UU. Además advirtió que «El grupo que está conspirando, mis amigos, son gente bastante competente. (Maduro) ya se llevó un primer susto. Van a venir más».

Los militares conspiran

Una de las acciones que Maduro tomó  rápidamente fue advertir a los militares, a través de una reunión con Generales y Almirantes. En ella les mostró la zanahoria y el garrote.  Les hablo de  un nuevo incremento de sueldo y primas para octubre así como nuevos subsidios en forma de ayudas y viviendas, entre otras. Pero les recordó que pueden perder su carrera si se vinculan con familiares que no estén con la revolución. Es más, ordenó aumentar las medidas de contrainteligencia articulada con las organizaciones políticas y sociales afectas a la revolución, e incluso les dijo que “todo permiso y vacaciones del personal profesional bajo su mando debe ser monitoreado” a través de su teléfono móvil, “para evitar que éstos estén en asuntos raros’.  Sin duda Maduro no tiene confianza en sus hombres de armas y algo se está moviendo allí.

En todo caso anunció para septiembre “Maniobras de Acción Combinada Aeroespacial” en las que participarían Rusia, China  y Cuba, esta última asesorando a la FAN.

La verdad es que el número de militares presos por razones políticas es una parte importante de los presos políticos que hay en Venezuela. Según la ONG Justicia Venezolana, serían 153 y siguen aumentando.  En estos días apresaron por orden de Tarek Williwm  Saab , en  relación con el atentado pero sin orden judicial, al general (GN) de división, Alejandro Pérez Gámez y al coronel Pedro Zambrano Hernández. Otro alto oficial, el general de brigada (GN) Héctor Armando Hernández Da Costa, quien se habría desempeñado como jefe de Estado Mayor de la Región Capital de Defensa Integral, fue detenido en su casa, también sin orden judicial.

Las organizaciones internacionales

Como ya señalamos, las organizaciones internacionales vinculadas al Foro de San Pablo y a los partidos comunistas y socialistas del mundo reaccionaron en apoyo a Maduro, pero de las multilaterales, solo Unasur, en sus postrimerías, y la OPEP,  condenaron el «intento de magnicidio».

En tanto el Grupo de Lima y la Unión Europea, no parecen comerse el cuento del atentado y menos la prisión de los parlamentarios. Piden una investigación «independiente, exhaustiva y transparente» del “evento que tuvo lugar el 4 de agosto”  – no hablan de magnicidio-,  a fin de que se esclarezca «de manera imparcial». Y más bien  se centran en rechazar las  “acciones de represión emprendidas contra diputados de la Asamblea Nacional» (AN), como nos dice el Grupo de Lima, al cual le preocupa “la violación a sus fueros parlamentarios y a las garantías e inmunidades previstas en la Constitución … (art. 200) que les amparan, así como en la Convención Americana de Derechos Humanos, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, y la Carta de la Organización de los Estados Americanos, entre otros instrumentos internacionales aplicables”.

Los EE.UU., a través de Francisco Palmieri, secretario de Estado adjunto en funciones para Latinoamérica,  expresaron en un mensaje de Twitter: «Maduro y su policía secreta siguen haciendo caso omiso del estado de derecho con su arresto y retención ilegal del miembro de la Asamblea Nacional, constitucionalmente elegido, @JuanRequesens. El último ejemplo en una larga letanía de abusos #DerechosHumanos. #11Ago #Venezuela».

La solidaridad internacional con la democracia venezolana representada en la AN, se mostró cuando en la sesión de dicha  Asamblea, para tratar el caso de la detención o mejor dicho el secuestro del diputado Juan Requesens,  asistieron 30 embajadores y encargados de misión, entre ellos los de EE.UU., Francia, Colombia, Unión Europea, España, Perú, Chile, Italia, Suiza, Holanda, Argentina, Alemania, Japón, Inglaterra, Portugal, México, Brasil, Paraguay, Canadá y Polonia.

Maduro debe entender que la credibilidad del régimen es harto limitada y que para los gobiernos democráticos es imposible alinearse con su versión de los hechos y menos aceptar las acciones represivas  emprendidas en franca violación a la Constitución vigente.

 

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