Por José Curiel
***El gobierno, que se ha especializado en hacer montajes, ha difundido la versión de que lo ocurrido en la avenida Bolívar fue un intento de magnicidio.
Con motivo de un nuevo aniversario de la Guardia Nacional, el gobierno montó un espectáculo en la avenida Bolívar y no, como ha sido la tradición, en Los Próceres.
Estaban los cadetes en perfecta formación cuando los ojos del país vieron de pronto reventar una masiva estampida de los uniformados, a causa de una explosión en las cercanías. Entiendo que la disciplina militar obliga a mantenerse en el sitio y adoptar una posición de combate. Fue una carrera militar que no debe repetirse. Han corrido varias versiones sobre el hecho sin que el gobierno haya presentado hasta ahora una suficientemente creíble.
Aparentemente, volaban dos drones de VTV -Venezolana de Televisión- la televisora del Estado captando vistas del espectáculo, cuando ocurrió una fuerte explosión, seguida de otra. Se dice que falló uno de los motores de un primer dron lo que le generó un vuelo errático, que motivó que un francotirador del gobierno le disparara para bajarlo y en esa circunstancia se fue a estrellar contra un edificio de apartamentos de la zona, haciendo estallar una cocina de gas, que fue lo que generó una fuerte explosión. Acto seguido, la orden fue la de dispararle al segundo dron para tumbarlo también.
O sea que parece ser que no hubo tal atentado. Pero el gobierno, que es experto en montajes, aunque no lo sea en otras cosas, fabricó la tesis del magnicidio que está recorriendo el mundo.
Este incidente le ha servido para tratar de distraer a la gente de tantos problemas como la hiperinflación, el desastre de la gasolina, el desorden del cono monetario, así como culpar a líderes de la oposición de haber querido asesinar a Nicolás Maduro.
Los venezolanos no lo queremos muerto sino muy vivo para que con sus compinches responda por el desastre descomunal al cual ha llevado a nuestro país.
¡Menos mal que falta poco!