Por Rafael Simón Jiménez
***El “paquete rojo” solo servirá para incrementar a niveles insoportables los padecimientos del pueblo venezolano.
Un auténtico caos han generado en la ya maltrecha economía venezolana, las medidas anunciadas el pasado viernes por el Gobierno, cuyo carácter aislado, incoherente y contradictorio, solo servirá para acelerar la hiperinflación, profundizar la recesión y restar aun más capacidad adquisitiva al erosionado salario de los venezolanos.
Para los pocos que aun pudieran albergar esperanzas en una rectificación, en un cambio de rumbo que permitiera enmendar el grave daño y la destrucción ocasionada a los cimientos productivos de la economía venezolana por un gobierno incompetente y depredador, el “paquete “ anunciado significó una frustración; pues las medidas adoptadas solo servirán para profundizar y multiplicar las graves patologías que atormentan la vida de los ciudadanos: la hiperinflación, el desabastecimiento, la recesión y la pérdida acelerada del poder adquisitivo de los asalariados.
El aumento de salario, tan necesario para hacer frente a las necesidades básicas de la familia, y que nominalmente parece exagerado, se volverá sal y agua, pues lanzar a la economía una masa de dinero digital inorgánico que no encuentra oferta de bienes suficientes, solo servirá para acelerar la ya insoportable subida de los precios, lo que determinará que en pocas semanas se haya vuelto “sal y agua “.
La liberación y simplificación del tipo de cambio, que en principio parece correcta, no será capaz de generar efecto positivo alguno; pues el estado monopolista de la renta petrolera -y por tanto principal factor de suministro de dólares al mercado- se encuentra con unas reservas internacionales menguadas, con un nivel de disponibilidad de divisas que ha roto récord en la economía contemporánea, por lo que no dispone de la oferta suficiente para responder a las exigencias de los sectores productivos, lo que determinará una muy rápida devaluación de la divisa norteamericana en relación con el Bolívar impropiamente denominado soberano.
La reactivación del aparato productivo nacional (requisito esencial para la recuperación y el despegue económico) se encuentra con un grave impedimento, por cuanto el sector privado, tan deliberadamente estigmatizado y golpeado durante todos estos años, requiere una fuerte inversión en pago de compromisos atrasados, actualización tecnológica y adquisición de materias primas, que no puede ser atendida por unas finanzas públicas literalmente saqueadas por el dispendio y la cleptomanía oficialista.
Incrementar los impuestos es una medida recesiva y contraproducente, cuando los sectores de la producción se encuentran golpeados. El incremento del IVA es regresivo y antipopular, porque pretende descargar mayores impuestos sobre quienes menos tienen. En fin, el “paquete rojo“ como ha sido bautizado solo servirá para incrementar a niveles insoportables los padecimientos de la gente y para acerar la convicción de que solo con los depredadores que hoy ocupan Miraflores fuera del poder será posible iniciar la titánica tarea de reconstruir a Venezuela.