Por J. Gerson Revanales
***El problema es político porque Maduro se ha convertido “intuitu personae” en el problema al ser un factor a considerar al evaluar “el riesgo país”.
La Sala Situacional y las agencias de publicidad del gobierno pretenden vendernos un aumento del precio de la gasolina, con cuñas de TV. Igualmente, algunos analistas lo justifican como si fuera un problema de estructura de costo. Posiblemente tengan razón, pero antes el gobierno tendría que asumir su responsabilidad. Mis razones son:
Ineficiencia: el primer argumento es el costo de producción. En los últimos 15 años la nueva PDVSA rojita ha cuadruplicado el costo de producción del barril de crudo. Para 2003, era de 3,85 $, hoy se ubica por encima de los 15 dólares, lo que representa un incremento del 319 %, mientras que las refinerías venezolanas son las más improductivas e ineficientes en el mundo
Complicidad: En la fuga de combustible los responsables no son ni los camioneros ni los pimpineros. El gobierno, y en especial los órganos del Estado responsables de la guardia y custodia de nuestros recursos, han sido incapaces de impedir la fuga de combustible por las fronteras terrestres y marítima. Por Guyana, desde el Dorado hasta Bartica y desde Barrancas hasta Georgetown; por Brasil desde Sta. Helena hasta la línea en el punto VB-8 y por Colombia a través de los 2200 km de frontera, donde el negocio se estima por encima de los 157 MM bs F al año.
Especulación: Un tercer factor para no estar de acuerdo con un aumento es el diferencial cambiario. El gobierno podrá quintuplicar el actual precio y todavía será negocio para los traficantes. La única forma es llevar el precio de la gasolina a un punto en que no sea negocio en el mercado interno colombiano. Hablar de un precio internacional es una falacia, ya que no hay un precio internacional único como tal.
Los subsidios: Los programas de cooperación. El gobierno pretende aumentarnos el precio de la gasolina, pero por el contrario mantiene el subsidio a Cuba para que revenda nuestro petróleo en el mercado internacional. Financiamos el consumo cubano y de los socios del gobierno con Petrocaribe en condiciones más que desventajosas para el país; considerando además que hoy todos los países beneficiarios de este programa tienen un ingreso per capita superior al de Venezuela que es de 30 dólares y se ha subsidiado a los pobres más ricos del mundo, como son los indigentes en Boston a través del programa Energy Citizens propiedad de los Kennedy
El despilfarro y la impunidad. Frente a la corrupción, después de casi 20 años, el gobierno es responsable de su propia ineficiencia, por lo cual no podemos subsidiar su ineficiencia capacidad.
Por estas cinco razones, independientes de otras que cada quien pudiera tener, un aumento del precio de la gasolina significaría convalidar casi cuatro lustros de desgobierno. El problema va más allá de lo esencialmente económico, permitiendo que el gobierno meta la mano en nuestros bolsillos. El problema es político debido a que el Sr. Maduro se ha convertido “intuitu personae” en el problema, al ser uno de los factores a considerar a la hora de evaluar “el riesgo país”.