Por.- Jaime Granda
Esta semana ha sido dura para el régimen y muestra que sus campañas de desinformación y maniobras farsantes no conmueven a la comunidad internacional. Entretanto, la oposición sigue en su letargo.
El panorama político en Venezuela muestra a un régimen cuyo discurso se va desvaneciendo en la medida que sus programas se complican sin los resultados ofrecidos y sin que la hiperinflación sienta acciones reales en su contra.
Los fracasos en el manejo de los problemas económicos repercuten visiblemente en contra de la posición política del grupo que quiere mantenerse en el poder en contra de la voluntad de muchos chavistas y el resto del país.
La situación interna del grupo madurista se deteriora más en la medida que crece su rechazo fuera de nuestras fronteras, especialmente entre los gobiernos de los países más cercanos cuyas gestiones han sido enredadas por el éxodo masivo de los venezolanos que huyen buscando los niveles de vida destruidos por el Socialismo del Siglo XXI.
Además de reconocer evidentes errores como un prolongado control de cambio, ese no parece suficiente si no se acuerdan con los empresarios y productores tradicionales del campo y las zonas industriales de las ciudades, pactos sinceros para recuperar la producción de todo lo que antes cubría las necesidades de todos los venezolanos.
Esta semana ha sido clave porque las maniobras del régimen no han podido ocultar que día tras día tiene menos aceptación en la comunidad internacional y día tras días se desmoronan sus campañas de desinformación o de noticias falsas a su favor.
En Nueva York y Ginebra resonaron duras y descarnadas palabras en contra del régimen venezolano por parte de la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, y la expresidenta de Chile y socialista declarada, Michelle Bachelet, en su estreno como Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU.
Desde Nueva York, Haley se refirió a los delitos que comete el régimen venezolano en contra de los habitantes de esta nación. Al presidente de la irregular Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, lo llamó “ladrón y narcotraficante”, rompiendo así con la costumbre diplomática.
La cúpula del régimen no se había recuperado de lo anterior cuando vino la nueva Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos y sin reparos ideológicos condenó lo que ha ocasionado la migración de millones de venezolanos, la persecución y detenciones políticas y la violación de derechos humanos.
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La propia Bachelet comentó que su primer discurso como comisionada de la ONU, de apenas 17 minutos, puede ser revisado. “En la versión oficial de este discurso, presente en la página web de las Naciones Unidas, hay cuestiones relacionadas con las migraciones y otras consideraciones sobre lo que ocurre en Venezuela, Nicaragua, Hungría, Estados Unidos…” y también citó los casos de Austria, Italia, Afganistán, Siria y Sudán.
En su corto discurso precisó que en el caso de Venezuela “2,3 millones de personas huyeron del país hasta el 1º de julio, aproximadamente 7% de la población total, debido en gran parte a la falta de alimentos o de acceso a medicinas críticas y atención médica, inseguridad y persecución política”. “El número cada vez mayor de personas que huyen de Venezuela y Nicaragua demuestra una vez más la necesidad de defender constantemente los derechos humanos”, agregó.
También precisó: “En la primera semana de agosto, más de 4.000 venezolanos por día ingresaron en Ecuador. Según los informes, 50.000 venezolanos llegaron a Colombia durante un período de tres semanas en julio. Y 800 venezolanos por día ahora están ingresando a Brasil”.
Continuó: “Un movimiento transfronterizo de esta magnitud no tiene precedentes en la historia reciente de las Américas, y la vulnerabilidad de los que se van también ha aumentado: personas mayores; mujeres embarazadas; niños, incluidos menores no acompañados; y las personas con problemas de salud cruzan la frontera en números crecientes”.
Igualmente dijo que la ONU en su informe de junio pasado refirió que en Venezuela hay denuncias de torturas a los participantes en las protestas de 2017 y prosiguió: “Desde la publicación de nuestro último informe sobre Venezuela, en junio, la Oficina ha seguido recibiendo información sobre violaciones de derechos sociales y económicos, como casos de muertes relacionadas con la malnutrición o enfermedades prevenibles, así como sobre violaciones de los derechos civiles y políticos, incluidas las detenciones arbitrarias, los malos tratos y las restricciones a la libertad de expresión”.
Para rematar, Bachelet dijo: “El Gobierno no ha demostrado apertura a medidas genuinas de rendición de cuentas respecto de cuestiones documentadas por la Oficina durante las protestas masivas de 2017”.
Ante esa contundencia, el canciller de Venezuela terminó aceptando que el régimen debe someterse al cumplimiento de los derechos humanos y así se lo prometió a la expresidenta de Chile.
En Miami también desnudaron al régimen venezolano durante la XV Cumbre Latinoamericana de Política donde igualmente se constató que sigue creciendo el número de sectores del continente que apoyan un cambio lo más pronto posible en Venezuela.
Los problemas del régimen venezolano seguirán creciendo. El miércoles llegó a Colombia Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), y el equipo técnico de la OEA coordinado por los venezolanos David Smolansky y Betilde Muñoz-Pogossian. Ese mismo día se realizó la reunión con las autoridades locales de Colombia para abrir un informe especial que específicamente definirá la cooperación con respecto a la crisis migratoria de venezolanos. Aproximadamente 2,3 millones de venezolanos han abandonado el país según encuestas de la ONU y 1 millón se ha instalado en Colombia.
A eso hay que sumar los delitos de los que se habla en tribunales norteamericanos y que ligan al régimen venezolano con los grupos narcoguerrilleros que siguen operando desde Colombia. El miércoles, Javier Tarazona, director general de Fundaredes, ONG dedicada a la observación de la situación de derechos humanos en Venezuela, denunció que un nuevo grupo guerrillero denominado Colectivo de Seguridad Fronteriza está operando en los estados Táchira y Zulia, y se dedica a extorsionar, cobrar vacuna, amedrentar a la población y desaparecer personas.
La oposición
Frente a toda esa situación, la oposición venezolana sigue desunida. Ahora el motivo principal de la división es entre los que consideran que el régimen está a punto de colapsar y por lo tanto no hay que preocuparse por las elecciones municipales convocadas para el nueve de diciembre y los que consideran que hay que seguir luchando electoralmente.
Oficialmente, los principales partidos opositores de Venezuela están ya excluidos de esas elecciones municipales porque no cumplieron lo que les exigió el Consejo Nacional Electoral (CNE) que publicó el martes una lista de 21 “organizaciones políticas nacionales vigentes” de cara a los comicios y en esa lista no están Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática ni Un Nuevo Tiempo.