In Memoriam: Pbro. Reynerio Lebroc

Por Cardenal Baltazar Porras Cardozo

***El presbítero Reynerio Lebroc vino a nuestras tierras como misionero para entregar su vida en la siembra del evangelio a los venezolanos.

El 25 de julio de 2018 falleció en la ciudad de Caracas el Pbro. Reynerio Gerardo Lebroc Martínez a los 88 años de edad, la mitad de ellos vividos en Venezuela. Había nacido el 24 de agosto de 1932 en Ciego de Ávila, para ese entonces provincia y diócesis de Camagüey, Cuba. Sus estudios eclesiásticos los cursó, primero en Cuba, en los Seminarios S. Basilio, en Santiago de Cuba y en El buen Pastor de La Habana; y en el Seminario de Vitoria, España. Fue ordenado en Cuba en 1959, al inicio de la revolución castrista.

Ejerció en su tierra natal como Consiliario Diocesano de la Juventud Obrera Católica. En 1961, capellán, con autorización eclesiástica, del Directorio Revolucionario Universitario, movimiento de resistencia contra el Gobierno de Fidel Castro. Prisionero entre 1961 y 1963 siendo liberado por negociación entre el Gobierno y la Santa Sede; desterrado e impedido de regresar a su tierra natal.

En Roma se especializó en Ciencias Sociales en la Universidad Santo Tomás, con el título de licenciado y se doctoró en Historia Eclesiástica en la Pontificia Universidad Gregoriana. Posteriormente fue Capellán de la Comunidad Estudiantil Universitaria Cubana en Madrid.

Por más de cuarenta años ejerció su ministerio sacerdotal en Venezuela. Profesor de Historia de la Iglesia en el Seminario Interdiocesano Santa Rosa de Lima y Párroco durante cuatro décadas de la Parroquia Ntra. Sra. del Rosario en la Urb. California Norte Caracas, donde fundó un colegio parroquial.

El amor a su tierra natal lo llevó a investigar sobre la historia de la Iglesia en Cuba, publicando artículos y varios tomos contentivos de la historia eclesiástica de la isla desde los siglos XVI y XIX; sobre «San Antonio María Claret, Arzobispo Misionero de Cuba,  ilustrado al decir de Hugh Thomas. Entre 1985 y 2001 publicó varios volúmenes titulados «Episcopologio cubano».

En los últimos años, cargado de años y dolencias permaneció retirado en Caracas. Tuve la dicha de conocerlo y tratarlo, conversar sobre sus inquietudes de historiador, con el espíritu jovial y ocurrente de los hijos de Cuba. Dejó entre sus últimas voluntades ser enterrado en Miami junto a otros sacerdotes cubanos a quienes les tocó el ostracismo impuesto por la dictadura que todavía azota a la isla caribeña. El clero de Caracas, sus familiares y amigos, le rendirán homenaje póstumo con una concelebración en la Funeraria Vallés, antes del traslado de sus restos a los Estados Unidos. Pequeño pero significativo gesto de agradecimiento a él, y a tantos misioneros venidos de otros lares que entregaron su vida en la siembra del evangelio en nuestra tierra. Que la Virgen de la Caridad del Cobre lo conduzca a la presencia de la Santísima Trinidad. Paz a sus restos.