Por Francisco Poleo
MIAMI.- Del sistema de medios públicos del gobierno estadounidense se habla poco, pero de acuerdo a datos del 2016 tiene una audiencia de 226 millones de personas repartidas a través de la televisión, la radio y el internet. Transmite en 100 países y en 61 idiomas. El nombre oficial del circuito es la Agencia Global de Comunicaciones de Estados Unidos (USAGC por sus siglas en inglés), heredera del Buró de Difusión.
Una de las puntas de lanza de la USAGC es el conjunto de medios enfocados a informar sobre Cuba a los cubanos, con sede en la ciudad de Doral en el condado de Miami, llamado «Buró de Difusión para Cuba» (OCB por sus siglas en inglés). Ese grupo de medios está conformado por Radio Martí, TV Martí y www.martinoticias.com. Fundado en 1985, durante la última etapa de la Guerra Fría, ahora también informa a los cubanos sobre los acontecimientos venezolanos dado el cordón umbilical que une a ambas dictaduras. En menor medida, también se reporta lo que ocurre en torno a Nicaragua, por las mismas razones.
Desde el 06 de junio del 2018, el complejo de medios está dirigido por Tomás Regalado, un veterano periodista que ha sido reportero de guerra y ancla de televisión. Antes de tomar la silla de mando de Radio y TV Martí, Regalado incursionó en la política local. De hecho, el cargo que tuvo inmediatamente antes del actual fue el de alcalde de Miami entre el 2009 y el 2017. Antes fue comisionado. Zeta lo visitó en las instalaciones de la OCB y conversamos sobre los retos de su nueva misión.
¿Cuál es el propósito de la OCB? Regalado recitó como un mantra que esta es «informar al pueblo de Cuba sobre las cosas que pasan en Cuba y preparar al pueblo de Cuba en el camino para la democracia». Es que Estados Unidos no esconde que estos medios de comunicación tiene una misión política que responde netamente a intereses estratégicos de Washington. Por ejemplo, la Red de Difusión del Medio Oriente tiene como objetivo romper la propaganda anti-occidental del régimen iraní. Ese circuito está establecido en el sur del estado de Virginia, cerca de la capital estadounidense.
La USAGC funciona solo con fondos del gobierno aprobados por el Congreso. Responde al Departamento de Estado y, por lo tanto, a la Casa Blanca. El director es apuntado mediante un nombramiento presidencial. Regalado, que tras su salida de la alcaldía de Miami se había dedicado a la radio, considera una sorpresa que el gobierno de Donald Trump le haya ofrecido el puesto.
Venezuela se ha vuelto noticia
La misión de Martí sigue enfocada en Cuba porque es a los cubanos a quienes informan. Sin embargo, a través de internet el espectro se ha abierto y tanto Venezuela como Cuba han entrado como aristas importantes para este medio. «Venezuela ha sido una crisis permanentemente. Le dedicamos horas de programación porque además nuestros programas son vistos y escuchados no solo en onda corta sino en las plataformas digitales como las redes sociales», explicó Regalado.
La tecnología es una arma poderosa contra la opresión. Y si de tecnología se trata, Estados Unidos está a la vanguardia. Usando ese músculo, Washington logra romper la censura de la dictadura cubana. «Tenemos cuatro frecuencias de onda corta para transmitir la radio. El régimen cubano usualmente trata de poner interferencia en una o dos, pero bloquear cuatro ondas simultáneamente es imposible. Tenemos transmisores en Greenville, Carolina del Norte, pero también transmitimos por AM desde Cayo Maratón, al sur de la Florida, en otros transmisores. Se estima que la audiencia de Radio Martí en Cuba es de unos dos millones de personas en un país de doce millones. Nosotros hemos fijado como meta elevarlo a cinco millones de personas en los próximos seis meses», relató el director de Martí.
«TV Martí se transmite a través de satélites de Hispasat y a través de internet. Y tanto TV como Radio Martí se transmiten a través de las plataformas digitales. La onda corta va rebotando, así que los transmisores que están en Greenville están orientados a los cuatro puntos de la isla. Esas ondas van rebotando y van cayendo, así que hay una cobertura absoluta. Por eso el régimen hace esfuerzos para poner transmisores en las mismas frecuencias, pero nosotros nos movemos de frecuencia y la gente en Cuba ha aprendido a buscar la información», prosiguió Regalado.
Las vueltas para informar al pueblo cubano han sido muchas, y algunas veces han rayado en la ciencia ficción. En algún momento se utilizó un avión para transmitir la señal, pero se descartó por costoso. También se llegó a usar un globo aeroestático, algo parecido al proyecto que en la actualidad cocina Alphabet, la compañía matriz de Google, para llevar internet a los lugares más remotos. «Nosotros estamos involucrados en un proceso que podemos decir que está dando resultados. Son pruebas que estamos haciendo donde fehacientemente podemos afirmar que se ve TV Martí en La Habana sin interferencias por parte del régimen. Esto es gracias a técnicas que han inventado ingenieros cubanos tanto en Miami como en La Habana. Es decir, la tecnología está en contra del régimen porque Cuba es un país empobrecido que usa sus recursos, como Venezuela, para atacar a la oposición. Cuba es un país atascado en los años 60, es una cosa alucinante. A los turistas americanos les encanta montarse en los Chevrolet del 59, pero es que los Chevrolet del 59 son los carros normales que hay en Cuba», comentó el periodista cubano-americano.
Abrir Cuba al mundo
Llama la atención la benevolencia con que se trata en la comunidad internacional a la dictadura cubana en contraposición a las denuncias y acciones concretas tanto con la de Venezuela como con la de Nicaragua. La prensa está repleta de las violaciones a los Derechos Humanos (DD.HH.) por parte de Nicolás Maduro y Daniel Ortega, pero de las andanzas de Miguel Díaz-Canel no se informa de la misma manera. «Primero que todo hay una fatiga en los medios de comunicación. Los Castro aburren. Son sesenta años de reportarlos. Al principio el mundo los adoptó como unos liberadores, anti imperialistas, en los tiempos de la Guerra Fría, pero ahora se ha hecho mucho escándalo sobre la violación de los DD.HH. en Cuba. Sin embargo, es una noticia permanente, sin mucho argumentos para situarla en las primeras páginas. Lo interesante es que la lectura que se está haciendo internacionalmente sitúa a Cuba como raíz de todos los problemas en Venezuela, Bolivia, Nicaragua y similares», consideró Regalado.
Parte de la razón por la que la represión en Cuba no ocupa los lugares estelares de los medios de comunicación es porque la cubana es una sociedad que no se ha podido abrir al mundo. Las dictaduras de Maduro y de Ortega llegaron al poder en un momento en el cual el internet ejerce de autopista de la globalización. Cuando las fuerzas represivas del régimen venezolano, por ejemplo, apalean a un manifestante, en minutos ya se sabe en todo el mundo gracias a las redes sociales. Eso no ocurre en Cuba y Martí hace un esfuerzo por comunicar a los cubanos con el mundo para que puedan denunciar las violaciones a sus Derechos Humanos.
«Cuba es un país de 12 millones de personas pero con 4,5 millones de teléfonos celulares. En los EE.UU., si fuera un país de 12 millones de habitantes, habrían 24 millones de celulares. Dos por persona. Pero Cuba está limitado en eso de la tecnología. Menos del 40% tiene acceso al internet y de forma muy limitada. ¿Cómo resolvemos nosotros? Estamos mandando unos radio transmisores a Cuba que funcionan con paneles solares porque en la isla, como en Venezuela, más que apagones hay alumbrones. El radio tiene un panel solar, una linterna, un USB, un espacio para cargar el celular, una antena para la señal de onda corta y si no hay sol lo puedes cargar dándole vuelta a un dínamo de forma manual. Eso al cubano de allá le fascina. Tenemos como 700 personas en cola y se han mandado ya aproximadamente 3000», explicó orgullosamente el ex alcalde de Miami.
«La gente lo pide por la radio, nos da la dirección y s ele manda como un paquete cualquiera», explicó Regalado. La primera pregunta, o alarma, que salta a quienes conocemos los sistemas dictatoriales y a la policía que ejerce un papel parecido al del Gran Hermano, es la exposición pública de quien solicita el aparato. ¿Eso no los expone ante la dictadura? «El pueblo de Cuba está hastiado de tener miedo. Abiertamente desafían al régimen. Nosotros tenemos un sistema llamado ‘el cañonazo de las 9’ que es un USB que se manda por internet con programación comprimida de TV Martí. Se manda todos los días a puntos de internet en La Habana. La gente los carga en USB. Hay un grupo de centenares de personas que se han hecho distribuidores. A veces les confiscan los radios, los USB, los amenazan, pero eso no los frena. Hay una generación contestaria. La gente no sabe realmente lo que está pasando en Cuba porque hay falta de información. Para eso, nosotros tenemos una red de periodistas independientes, líderes de la oposición, miembros de la sociedad civil que nos envían el 50% de la programación por teléfono desde Cuba vía WhatsApp o Facebook. Nosotros certificamos la veracidad, claro, antes de publicar».
Hay quienes albergaron esperanzas con la llegada al poder de Díaz-Canel, pero hasta ahora ha mantenido la misma línea dura de unos Castro que siguen manejando el poder a través del delfín. De hecho, Regalado nos aseguró que la represión se ha intensificado. Por eso, Martí unió esfuerzos con Freedom House para abrir una línea telefónica gratuita (305-437-7301) para que desde la isla se puedan denunciar las violaciones a los DD.HH. El mecanismo ya está funcionando, como nos los probó Regalado en plena entrevista al llamar. «Esas denuncias se recogen tres veces al día. Los periodistas de allá abajo (en la sala de redacción de Martí) se ponen a trabajar en confirmar las denuncias y luego se les manda a Freedom House. Ya han presentado dos casos en tribunales internacionales».
«A mí se me ocurrió que el pueblo de Cuba no conocía sus DD.HH. porque han pasado sesenta años en dictadura. Por eso, cada hora, en la hora, un locutor de Radio Martí lee uno de los párrafos de la Declaración Universal de los DD.HH. La campaña se llama ‘Cubano conoce tus DD.HH.», informó el periodista, quien solo lleva tres meses al frente de Radio y TV Martí pero ya ha hecho cambios profundos para alcanzar su meta de una audiencia de cinco millones de personas.