Por Carlos Canache Mata
***Maduro se comprometió a ceder el 9,9 % de las acciones de la CVP en Petrosinovensa, en el Bloque Carabobo de la Faja del Orinoco, a la estatal China National Oil Corporation.
Si el déficit fiscal se mueve alrededor del 20 % del PIB; si las reservas internacionales han descendido al nivel de los 8.300 millones de dólares; si la dictadura imperante tiene serias dificultades para cumplir con el pago del servicio de la deuda externa; si la producción de petróleo, que nos proporciona el 96 % de las divisas que ingresan al país ha caído a un tercio (1 millón 235.000 barriles por día) de la que teníamos al llegar Hugo Chávez al poder en 1999, era fácil sospechar y predecir que el objetivo de la “inesperada y desesperada” visita (la número diez) de Nicolás Maduro a China era el de obtener un nuevo préstamo.
Esa fue también la intención que analistas y periodistas atribuyeron al viaje de Maduro al gigante asiático. Es más, el propio ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa, confirmó a “Bloomberg News” desde Pekín ese préstamo, por un monto de 5.000 millones de dólares, y precisó que se pagaría con efectivo o con petróleo. Sin embargo, hay cierta opacidad, incluso en la reseña de la oficialista agencia de noticias Xinhua, sobre los logros de la reunión que Maduro, después de rendir reverencias en el mausoleo de Mao, tuvo el pasado viernes 14 de septiembre con el presidente chino Xi Jinping.
No hubo declaración conjunta, como es lo habitual al término de una visita oficial de Estado, y, según nota aparecida en el “Financial Times”, China “no dio confirmación pública de que extendería más préstamos al país, afectado por la escasez de divisas”. Y el primer ministro chino Li Keqiang “no hizo mención de ese dinero (el supuesto préstamo de $ 5.000 millones) e instó a Caracas a proporcionar más respaldo político y garantías legales”. Por su parte, Maduro, al culminar la visita al país asiático, tampoco dijo (el atrevimiento tiene sus límites) que había obtenido tal préstamo, y solo declaró que “hay compromisos de financiamiento para el crecimiento de la producción petrolera, el crecimiento de la producción de oro e inversión en más de 500 proyectos de desarrollo dentro de Venezuela”. Sin necesidad de ser malicioso, uno comprende el interés de China en apalancar la producción petrolera venezolana porque actualmente le suministramos 375.000 barriles por día de petróleo como pago de la deuda que hemos contraído con ella, durante los últimos diez años, por un monto de más de 50.000 millones de dólares, de los cuales aún están por cobrarse más de 20.000 millones (las cifras varían, según las fuentes de información).
¿Qué compromisos hizo Maduro? El ingeniero industrial David Morán Bohórquez los resume así: “Maduro se comprometió a ceder el 9,9 % de las acciones de la CVP en Petrosinovensa, en el Bloque Carabobo de la Faja del Orinoco, a la estatal China National Oil Corporation, que tendría así el 49,9 % del capital accionario y, también es predecible, un cambio importante en su esquema de toma de decisiones… lo demás son un rosario de anuncios generosos, memorándum de entendimiento con empresas variadas, y nada de los míticos 5 mil millones de dólares”. A lo anterior, hay que agregar un acuerdo para explorar y explotar gas y otro para explotar oro con la empresa china Yankuang Group.
Como la dictadura de Maduro no tiene acceso al financiamiento externo por las sanciones de Estados Unidos y por los impagos a los tenedores de bonos de la deuda externa, es por lo que hemos quedado a la merced financiera de China, estamos en sus brazos, jugando a ser nuestro salvavidas.