China y Rusia compran a Venezuela

Por Alfredo Michelena

-Este artículo desgrana la estremecedora lista de lo que el actual gobierno de Venezuela entrega a Rusia y China.

Frente a la destrucción del aparato productivo privado y público logrado por el régimen, ahora les queda “vender las joyas de la abuela” como reza el dicho criollo. Gradualmente, la principal joya, es decir el petróleo con PDVSA, está siendo entregada a precio de saldo a chinos y rusos.

Despacito

Poco a poco han venido destruyendo el parque industrial venezolano por la obsesión de acabar con las bases del capitalismo,  sus empresas,  sus empresarios,  y convertirse en los operadores de la economía. Este ha sido el desiderátum del comunismo, la idea de que ellos pueden sustituir al mercado y eventualmente la producción. El control de cambio, las expropiaciones, el control de precios, el control de las importaciones, entre otras acciones terminaron ahogando al sector privado de la economía. Al sector público lo secaron entregándolo a manos inexpertas y codiciosas, fundamentalmente militares y/o cuadros o amigos políticos.

Ahora se evaporó la fuente de los dólares que era el petróleo. Lograron reducir a la mitad la producción y aunque los precios se han duplicado, el ingreso  no es suficiente, pues la caída de la producción sigue.  Y como si esto no fuera poco, están las enormes deudas que pesan sobre el tesoro.  Maduro informó que en los últimos cinco años había pagado US$ 74.000 millones por deudas. Pero esto no ha sido suficiente, hay más deuda y menos ingresos, tanto que  desde finales de año pasado Venezuela entró en un default selectivo – uno $6.000 millones están retrasados.  El portal KonZapata estima en $220.000 millones la deuda consolidada.  En los próximos meses se deberán pagar unos $3.500 millones por capital e intereses de varios bonos.

La cosa está tan mal, que el propio Maduro confesó que «Los modelos productivos que hasta ahora hemos ensayado han fracasado. Y la responsabilidad es nuestra. Es mía». Quizás por esto lanzó su “paquete” de medidas  que no han hecho sino profundizar el problema. Apenas si la reducción de cinco ceros, al lanzar el nuevo bolívar soberano, resuelve por ahora un problema contable.

¿Nuevo modelo económico?

Maduro tuiteó: “activaremos las fuerzas productivas para avanzar, con un nuevo modelo económico, rumbo al socialismo”.  Nadie sabe cuál será ese modelo económico socialista. ¿Será algo parecido al modelo chino de dejar la producción en manos privadas,  pero mantener el control político en manos del partido comunista?, o ¿el modelo vietnamita, algo parecido, pero con mayor control de las grandes empresas?, o ¿el modelo cubano de un capitalismo hacia fuera con empresas propiedad del estado y una estatización casi total hacia adentro, o en concordancia con el capital privado internacional?

En la presentación del nuevo modelo de nueve puntos que hizo Maduro, podemos destacar, entre otros, que quiere establecer equilibrio fiscal y nuevas políticas cambiarias así como indexación del salario anclándolo al Petro. Pero en el centro de los nueve puntos, está el clamor por aumentar los ingresos de divisas internacionales.

El modelo no está basado en la producción interna que apenas es mencionada cuando dice “elevar la producción con los compromisos alcanzados en el Congreso Constituyente obrero”, pero nada menciona de la empresa privada. El modelo propicia fundamentalmente  el ingreso de capitales internacionales privados y  de otros gobiernos, aparentemente  en forma de empresas gubernamentales, y a la explotación de materias primas como petróleo, oro y otros minerales del llamado “arco minero”. Todo esto como medio de obtener divisas ya que las posibilidades de obtener crédito están cerradas. Y no es solo el tema de las sanciones financieras de EE.UU., que en general impiden el refinanciamiento en dólares,  es que hay pocos que se atreverían con el récord de impago  del país.

Entregando los pozos

Dos grandes fuentes de divisas ha encontrado el régimen: China y Rusia.  Pero esos dólares no vienen en forma de préstamos, sino de inversiones o préstamos con colaterales muy concretos.  Los préstamos con garantías concretas, representadas por la venta a futuro de petróleo a China y la entrega en garantía de acciones de CITGO a Rusia.

Ocurre sin embargo, que  ahora necesitamos una nueva fuente de dólares, pues Venezuela no es segura en cuanto a la producción petrolera, y el cobro con CITGO se ha complicado con las medidas de Trump. Esta nueva fuente es la entrega de pozos de petróleo y el control de la industria petrolera.

Según el analista senior en la compañía de asesoría  GlobalData, Adrián Lara, la compañía china CNPC  y la rusa Rosneft «han asegurado la participación en activos que representan al menos el 15% del total de las reservas petroleras probadas de Venezuela». Será esta la “nueva era económica” de que habló Maduro al volver de China.

Esta tendencia es lo que el excapo-mayor de PDVSA, Rafael Ramírez, llama la nueva privatización de PDVSA. Y que varios analistas han señalado como la vuelta al pasado.

Se trataría de la vuelta a una especie de “contratos de servicios” utilizados en los años noventa. Según la agencia de noticias Reuters, la intención es ceder control a un conjunto de compañías por un período de seis años sobre varios campos petroleros. Con la condición de que impulsen la producción, financien el mantenimiento de los campos e inviertan  en el equipo necesario. A cambio, PDVSA les pagará una tarifa por el petróleo que extraen. Estos serían  los 14 contratos de servicio firmados a finales de agosto.

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El viaje a China

Como resultado del viaje de Maduro a China, según  Argus Media, PDVSA cedió el 9,9% de la empresa mixta Sinovensa CNPC. Con lo que los chinos aumentan su participación de 40% a 49,9% máximo permitido, hasta ahora.  Decimos hasta ahora, pues hay rumores que esto podría cambiar muy pronto. Argus  también informa sobre un memorándum de entendimiento para el desarrollo de las empresas Petrourica,  en el bloque Junín 4 de la Faja del Orinoco, y Petrozomano.  Como se aprecia, Maduro está vendiendo acciones de PDVSA como manera de obtener fondos y asegurar la producción por compañías extranjeras.

En su reciente encuentro con periodistas extranjeros, Maduro aseguró que el sector petrolero recibirá inversiones por  US$5.000 millones este año, que el objetivo era duplicar la producción de petróleo y que un millón de b/d  irían para China, es decir dos tercios.  China se aseguró que asesorará “en materia económica y el plan de crecimiento bolivariano”.  Analistas consultados consideran que para llegar a los antiguos tres millones de b/d, la inversión debería alcanzar al menos los US$ 20.000.

Maduro aseguró que los nuevos acuerdos  (28) que habría firmado con China no generarán “deudas, ni hipotecas”.   Quizás por eso cuando se habla del préstamo de US$ 5.000 millones, de lo que se trata es de otra “inversión” respaldada en oro para la explotación conjunta de oro en el Arco minero de Guayana, como señaló  Argus Media .

Volver a los muy criticados “contratos de servicio”, entregar el control de las empresas mixtas a los chinos y rusos e incluso informar que los chinos serán los asesores en estas lides, es aceptar no solo que han fracasado, sino que no pueden sin  apoyo de estos dos imperios.  Los cuales no están apostando tanto a lo económico, como al control político en el patio trasero de los EE.UU.

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