Sin duda que la hiperinflación ha acabado con el ingreso del venezolano. Ya los precios se han vuelto inalcanzables para quienes reciben un salario mensual en bolívares soberanos e incluso también para aquellas personas que ahora viven de las remesas en dólares, pues la situación está tan difícil que tampoco es suficiente para cubrir sus necesidades básicas.
Aunque siempre se dice que las «esperanzas es lo último que se pierde» en este caso los venezolanos tendrán que hacer más que milagros, porque según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, Venezuela cerrará 2018 con al menos 1.000.000% de inflación anualizada.
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La “moneda dura” terminó convertida en un verdadero activo refugio. Sin embargo, la hiperinflación va más rápido que el crecimiento del dólar paralelo. Paras eguir leyendo visite El Cooperante.