Resulta -cuanto menos- curioso, el tratamiento que el actual gobierno de España le está dando al tema de la libertad de expresión. Y es que, en medio de la vorágine de dudas y cuestionamiento a varios miembros del ejecutivo, la Vicepresidenta, Carmen Calvo, da unas declaraciones alegando que la prensa emite informaciones falsas, bulos y, en definitiva, les acusa de hacer malas prácticas, razón por la cual dice que ve necesaria su regulación.
¿Para quién no es “seguro” tener libertad de expresión? Solo para el poder con visos de autoritarismo.
Calvo cree que la ausencia de deontología periodística ha llegado al extremo de poner en peligro la democracia y el modelo educativo: «Necesitamos seguridad», ha dicho y esta afirmación, viniendo de una vicepresidenta, es un tanto preocupante, no solo por sus palabras en particular, sino por la idea, en general, que parece sugerir rasgos menos democráticos de lo que quisiéramos. ¿Para quién no es “seguro” tener libertad de expresión? Solo para el poder con visos de autoritarismo.
Las declaraciones de la Vicepresidenta de Sánchez se dieron en el contexto de un foro de periodistas, donde Calvo reiteró -todo lo que pudo- su preocupación por el daño que estas «malas prácticas» hacen a ciertos «bienes superiores» que «hay que proteger”, ante lo que propuso la vieja fórmula de regular el ámbito de la libertad de expresión y el derecho a la información. Según Calvo, «la situación es tan inquietante y el riesgo es ya tan grande que necesitamos empezar a tomar decisiones que nos protejan, porque por encima de los negocios legítimos, de las responsabilidades profesionales, de los hombres y mujeres en los medios de comunicación y de quienes asumen responsabilidades políticas, está la violabilidad del modelo educativo», aseguró, para finalmente poner el broche de oro: «el valor de la libertad de expresión, recogido en la Constitución junto con el derecho a la información, no lo resiste todo», y de ahí la necesidad de regularlo para evitar -dice- cosas como las fake news.
«El valor de la libertad de expresión, recogido en la Constitución junto con el derecho a la información, no lo resiste todo» Carmen Calvo
Esta posible regulación que asomó Carmen Calvo, sería construida y aplicada, apuntó, desde la Unión Europea, siguiendo los “ejemplos” de países que ya “están tomando decisiones sobre regulación, es decir, de intervenir; se lo están planteando Francia, Alemania, Reino Unido e Italia, que están abandonando el famoso eje de que la mejor ley que regula el ámbito de la libertad de expresión y del derecho a la información es la que no existe”. ¿Que no está regulada la libertad de expresión en España, dice? Pero un momento, señora Vicepresidenta del Gobierno, ¿dónde queda entonces el artículo 20 de la Constitución? Vamos a recordarlo, para evitar caer en los hoyos negros a los que a veces puede llevarnos la memoria selectiva. Reza:
1.Se reconocen y protegen los derechos:
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.
c) A la libertad de cátedra.
d)A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La Ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.
2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.
3.La ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y las diversas lenguas españolas.
4.Estas libertades tienen su límite en el respeto de los derechos reconocidos en el título 1 de la misma constitución (referente a los derechos fundamentales), en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y la infancia.
5.Sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial.
Aun así, Calvo argumentó que todavía “no estamos en el plano de lo que puede ser una sensación de amenaza para todos nosotros como ciudadanos de una democracia, si no todo lo contrario, en el plano donde las democracias regulan para proteger bienes colectivos, superiores a los individuales y concretos, no solo en el ámbito del negocio”. Pues esto, debo decir, no suena muy democrático. Hay maneras de decir las cosas para que suenen democráticas, sí, pero eso dista mucho de lo que luego puede llegar a ser un control desmedido de los medios, hasta el punto del adoctrinamiento de la sociedad.
El discurso “antimediático”
Además de la sugerencia de regular la libertad de expresión en España, la Vicepresidenta también expresó lo que ella considera “un divorcio” entre los medios de comunicación y la ciudadanía, lo cual genera una falta de confianza hacia los medios que puede derivar en un caos social. Según ella, “la sociedad entera se ha divorciado de todo una profesión”. ¿Será esto un dato producto de una investigación o será la opinión de Calvo buscando sembrar las dudas en la población sobre la verdadera labor de los medios de comunicación que, recordemos, es cuestionar al poder para facilitarle el trabajo de control social a la ciudadanía que son los verdaderos “jefes” de los políticos y no al revés, como a veces se nos ha hecho creer.
El discurso “antiinstitucional”
Pero Calvo no solo cargó contra los medios de comunicación, sino también contra las instituciones democráticas españolas. «¿Saben que solo el 14 % de los españoles piensa que en el Congreso de los Diputados hacemos cosas que les benefician y son interesantes para ellos?, ¿qué hemos hecho?, ¿cómo desandamos este camino y lo volvemos a ordenar?, ¿dónde están las responsabilidades de todos?”. Cuidado con este discurso, cuidado con creernos aquello de que nada funciona y por eso debemos confiar en ellos, que lo volverán a construir mejor para beneficio de todos, porque eso es los que nos quieren hacer creer y eso es muy peligroso.
“Todo tiene límites y los derechos de todos concurren y se pueden practicar porque están limitados»
“Todo tiene límites y los derechos de todos concurren y se pueden practicar porque están limitados. La ética es lenta porque tiene límites y tiene la capacidad de autocontrol de saber que tu espacio lo compartes con otro y que donde tú traspasas la línea del exceso, a veces del delito, están destrozando en algunos casos sin reparación posible libertades y derechos del otro”, denunció la vicepresidenta, que explicó que «la información falsa sobre la noticia/bulo es rápida y gratis en términos materiales y carísima en términos del peligro que eso alberga para la convivencia y la propia democracia”. Lo verdaderamente peligroso para la democracia, señora Calvo, es pretender coartar las libertades.