El Gobierno de Pedro Sánchez está frente a otro de los grandes retos que le ha tocado afrontar en el poco tiempo que lleva en La Moncloa: sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE) con la minoría que tienen en el Congreso, el freno evidente en el Senado, la polémica por la aparente negociación al respecto, de Iglesias con Junqueras y la preocupación que ha manifestado la Unión Europea.
El Gobierno y Unidos Podemos han cerrado un acuerdo para los Presupuestos de 2019 que incluye una subida récord del salario mínimo a 900 euros (contado en 14 pagas anuales), igualar los permisos de paternidad a los de maternidad y que sean «intransferibles por ley» y una subida del impuesto de patrimonio del 1% a las fortunas de más de 10 millones de euros. Algunas de las medidas incluyen dotaciones presupuestarias concretas y la suma de todas ellas (según el documento firmado) suman un gasto de más de 5.000 millones de euros. Otros anuncios no especifican partidas, en parte, porque hay compromisos políticos sin impacto económico inmediato.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado que los PGE son «viables económicamente», «urgentes» todas las medidas incluidas, para revertir las políticas del Ejecutivo anterior y ha instado a todos los grupos parlamentarios, incluidos el PP y Cs, a que los apoyen.
El PP alerta a Europa
El líder del Partido Popular, Pablo Casado, ha defendido su viaje a Bruselas este miércoles para alertar en la Unión Europea del plan presupuestario que ha remitido el Gobierno de Pedro Sánchez a Bruselas con el objetivo de «financiar una campaña electoral larga a dos años» a costa de incumplir el déficit.
Bruselas es incapaz de hacer un retrato completo de los Presupuestos que guiarán la política fiscal española el año que viene. Y no puede porque la documentación que le remitió Madrid es insuficiente. Sin la dureza que empleó con otros países —Bélgica, Francia, Portugal y sobre todo Italia— y en el pasado con el Gobierno de Rajoy, la Comisión Europea pidió este viernes por carta a La Moncloa que aporte en tres días “toda la información necesaria” sobre varias medidas con impacto presupuestario. En una evaluación preliminar, Bruselas trasladó que no puede excluir “algún riesgo de desviación” del déficit público.
El jefe del Ejecutivo ha instado al PP y Cs a que dejen de vetar y hagan oposición al Gobierno, pero «no a costa del bienestar de los ciudadanos», y se ha mostrado convencido de que los votantes de estos dos partidos también quieren que se suba el salario mínimo interprofesional, se reviertan los recortes y la universalidad del sistema sanitario público.
Para Sánchez, la derecha «pierde los papeles», no supo gobernar ni ahora hacer oposición. «Al paso que van, van a tener tiempo suficiente para aprender a hacer oposición», ha ironizado.
Habrá qué ver en qué para este puzle presupuestario y si con él Pedro Sánchez se afianza en La Moncloa o adelanta su salida.