El informe político de Zeta: ¿Era necesario pelearse por Zapatero?

José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno de España entre 2004 y 2011. Foto Cortesía EFE.

Por Francisco Poleo

La división en la oposición venezolana tuvo un nuevo episodio altisonante esta semana que culmina gracias a la figura de José Luis Rodríguez Zapatero, el ex presidente del gobierno de España que ha intentado el rol de mediador entre los representantes democráticos y la dictadura de Nicolás Maduro para encontrar una salida a la crisis venezolana.

La Fracción 16 de Julio, integrada por miembros de la coalición liderada por María Corina Machado, Soy Venezuela, insistió en declarar a Zapatero como “persona non grata”, potestad que no tiene la Asamblea Nacional. Entonces, el parlamento resolvió nombrarlo como «indeseable» a la hora de entablar una negociación con el régimen. La moción tuvo 53 votos a favor, 43 en contra y una abstención.

Además de ese acuerdo, se presentó otro, que no incluía expresamente el nombre de Zapatero pero respaldaba las medidas de la Unión Europea presentadas un día antes: se mantienen las sanciones contra la cúpula del régimen venezolano y no se promueve un proceso de diálogo puesto que no están dadas las condiciones para ello.

Es decir, los 112 diputados estaban de acuerdo en todo, incluyendo seguir con la política de sanciones a los cabecillas de la dictadura y no entablar un diálogo en estos momentos. El único punto discordante era incluir o no a Zapatero, quien por cierto rechaza las sanciones y promueve un diálogo sin condiciones.

Quienes votaron a favor del acuerdo que finalmente pasó, el de Zapatero, esgrimen que hay que cortar por lo sano con el ex presidente, de una vez, antes de que haya un diálogo planteado. Quienes votaron en contra de la moción argumentan que era innecesario promover un tema que causa fricciones en la oposición, que no es bien visto por la España del gobierno del PSOE, que es extemporáneo y que no tiene relevancia en el objetivo central de todos: cambiar al régimen.

Las maniobras de Zapatero, ciertamente, no pueden catalogarse dentro del rol de «mediador», puesto que un mediador debe ser neutral. No es el caso. Las triquiñuelas del español a favor del régimen de Maduro han llegado hasta tal punto que ha intentado la destitución de Luis Almagro como secretario general de la OEA, para nombrar en su lugar al vicecanciller peruano Hugo De Zela. Esta maniobra trastera fue denunciada por nosotros en este espacio en Zeta, un día antes de que el uruguayo llamara al ex presidente «idiota». Eran los días en que más estaba sobre el tapete la posibilidad de una intervención militar en Venezuela, fórmula rechazada de plano por el Grupo de Lima y ahora por todo el mundo, incluyendo a Estados Unidos.

Por cierto, al igual que Zapatero, el amigo Almagro, a quien habrá que erigirle una estatua en cada pueblo venezolano una vez se reconquiste la libertad, tampoco califica para el rol de mediador en este conflicto. Tenía razón Pepe Mujica, más allá de diatribas ideológicas, cuando le criticó, en carta abierta, que había quemado todos los puentes.

De lado y lado, el secretario general de la OEA y el ex presidente han quemado los puentes y ahora toca buscar nuevos mediadores en el conflicto. Zapatero y Almagro pueden participar, pero cada uno como facilitadores u operadores de su grupo, no como mediadores neutrales.

Zapatero esgrime entre los argumentos para justificar su imparcialidad el hecho de que ha logrado varias medidas a favor de presos políticos del régimen de Maduro, entre ellas el traslado de Leopoldo López desde la prisión en un complejo militar a su casa, donde ahora cumple arresto domiciliario. Sin embargo, es conocido el efecto «puerta giratoria» de estos beneficios: mientras se logra una medida a favor de un preso de relumbrón, otros tantos más entran en las mazmorras. Como dijo Lorent Saleh, recientemente exiliado en España tras gestiones zapaterísticas, «mi celda no está vacía».

En Zeta hemos pedido la opinión de algunas de las partes involucradas. Por la Fracción 16 de Julio tenemos al diputado Biaggio Pilieri. Por la fracción de Acción Democrática, que votó en contra de la moción, tenemos al parlamentario Carlos Prosperi. También contamos con el economista y asesor político Miguel Velarde, editor de la revista Guayoyo en Letras y usualmente alineado con Soy Venezuela.

La moción Zapatero a discusión

Zeta (Z): ¿Qué efecto práctico tiene incluir en una resolución del parlamento nacional que José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente del gobierno de España, no es admisible como mediador en la crisis venezolana?
Carlos Prosperi (CP): Ningún efecto ya que no se ha planteado ningún diálogo por ahora con el régimen y menos con el ex presidente como mediador. El día que se plantee el diálogo será con personas que garanticen una imparcialidad y cuando el régimen primero cumpla, ya que no lo ha hecho en los intentos anteriores.
Biaggio Pilieri (BP): El efecto práctico de éste acuerdo aprobado por la mayoría de la AN y por el cual desde la Fracción de diputado 16 de Julio insistimos durante más de cuatro semanas, se traduce en que Zapatero, quien venía sirviendo como canciller del régimen de Maduro, quedó legal y políticamente descalificado como mediador en el conflicto entre los venezolanos y el Régimen. Esto aplica tanto dentro del país como internacionalmente. El régimen con ésta aprobación de la AN perdió su mejor alfil en el ajedrez de mantener o volver a intentar falsos diálogos u oscuras negociaciones.
Miguel Velarde (MV): Creo que la pregunta es muy pertinente, porque lo más importante en un caso como el que analizamos es su efecto práctico. Las gestiones en Venezuela del señor Zapatero en los últimos años han sido de mucho beneficio para el oficialismo y muy perjudiciales para la oposición. Todo comienza con su rol, porque Zapatero fue presentado como «mediador», en un proceso de diálogo y aceptado así por un sector opositor. Sin embargo, y hoy está muy claro para la mayoría, él siempre ha trabajado como representante de los intereses del gobierno. Es por eso que, en términos prácticos, la resolución de la Asamblea Nacional es muy importante para finalmente acabar con sus gestiones parcializadas. Los procesos de República Dominicana le han dado oxígeno y tiempo al oficialismo. De la misma forma, creo que lo que ocurrió esta semana en el Parlamento es revelador porque deja en evidencia a algunos diputados de oposición que, por diferentes motivos, no cumplen con el mandato de sus electores.
Z: Dadas las circunstancias políticas y el hecho de que no hay un proceso de diálogo abierto en el que pudiera participar Rodríguez Zapatero, ¿no hubiera sido más saludable para el país que los partidos opositores de los 112 diputados se hubieran tomado su tiempo para presentar un acuerdo conjunto satisfactorio para todas las partes? ¿Por qué la prisa sobre el caso Zapatero?
MV: Sin duda lo más saludable y deseable sería que los 112 diputados de oposición actuaran con una misma posición y con los mismos objetivos. Sin embargo, no creo que el problema haya sido el tiempo, porque, para comenzar, este acuerdo se viene discutiendo hace semanas. Además, tampoco es la primera vez que existen grandes contradicciones entre los diputados opositores. En relación al diálogo, si bien es cierto que en el momento no existe un proceso de diálogo en desarrollo, también es cierto que existían esfuerzos para que se vuelva a instaurar uno con el señor Zapatero nuevamente de mediador. Y todos sabemos hacia dónde apunta eso, incluso lo saben muchos de los diputados que votaron en contra de la resolución. Es por eso que no se podía esperar que un nuevo proceso parcializado, que no cumpla los estándares mínimos para ser una negociación creíble, se inicie para señalar lo que es inaceptable. Esa era la urgencia.
CP: Claro que era mucho más saludable para nuestro país ponernos de acuerdo antes de apresuradamente presentar estos dos acuerdos, que por cierto la única diferencia entre uno u otro era señalar directamente al ex presidente. Lo que no logramos entender es el capricho de algunos en emitir un pronunciamiento en contra del ex presidente, cuando muchos de ellos en privado mantienen muy buena relación con él, inclusive solicitándole algunos favores, cosa que no pueden decir de nuestra fracción que fue la que presentó uno de los dos informe apoyando las medidas (sanciones) de la UE.
BP: No es cuestión de apresuramientos o retrasos, sino que el actual gobierno español hizo públicos pronunciamientos y esfuerzos por intentar nuevas ruedas de diálogo teniendo como cabeza de los mismos a Zapatero, y ello sin duda le dio nivel de urgencia a un pronunciamiento institucional y político de la AN para evitar volver a caer en la trampa de esos falsos y estériles diálogos con el Régimen que en nada le han resuelto los problemas más sensibles a los venezolanos. Esos diálogos lo que han conseguido es darle oxígeno al régimen y generar frustración en la población. El único diálogo posible con el actual régimen es negociar su salida del gobierno y permitir que el país se enrumbe por caminos de paz, libertades y democracia.
Sobre lograr un Acuerdo con los 112 votos de los Diputados demócratas de la AN, se intentó, pero no se logró en este tema, ya que no todos tenemos el mismo Objetivo Superior en su «Forma y Tiempos» sobre la salida del régimen. Por lo tanto la unanimidad en este punto, por lo menos en esta ocasión, era una ingenuidad o un imposible.
Z: La polémica pública generada en torno a este caso, ¿no debilita la imagen de la oposición ante la comunidad internacional?
BP: Realmente no nos debilita, así algunos puedan tener esa percepción inicial. Allí hubo un ejercicio parlamentario y democrático dentro de la AN sobre dos visiones del tema. Un grupo de diputados, la mayoría, integrado por distintos partidos y fracciones, tenemos la visión clara y firme de que la salida de éste régimen deber ser lo antes posible, y eso no se logra con diálogos, negociaciones o votaciones, sino hasta que salgamos de quienes gobiernan el país. Esta postura es la que mayoritariamente también tiene la comunidad internacional liderizada por los gobiernos de los países de nuestro hemisferio, y también la mayoría de Europa, y esa política internacional coincide en posiciones firmes, claras y coherentes contra el Régimen ilegítimo y violador de los Derechos Humanos que nos gobierna.
MV: Claro que lo hace, por eso es incomprensible que una resolución que iba a rechazar al señor Zapatero como mediador de cualquier nuevo esfuerzo de diálogo, haya contado con diputados de oposición que se opongan a ésta. Tanto entre los representantes de la gente y los mismos venezolanos, existe un rechazo amplio hacia la figura del señor Zapatero, por lo que más bien debería haber sido un motivo de encuentro viable entre las diferentes fuerzas de oposición. Es justamente por esto que se hace aún más difícil de entender que no hayamos visto a los 112 diputados de oposición aprobar la resolución por consenso. En todo caso, la parte positiva es que tanto para la comunidad internacional como para los venezolanos, cada vez está más claro quienes son los dirigentes políticos con los que las fuerzas democráticas de verdad cuentan.
CP: Claro que sí debilita la imagen porque obviamente andamos divididos. Un pequeño grupo financiado desde el extranjero se dedica a dividirnos con peleas estériles. Los venezolanos claman porque mantengamos nuestra lucha para salir de esta crisis, a ellos no les interesa si una persona es mala o es buena. Lo importante es que debemos entender de una vez por todas que mientras más divididos estemos más tiempo estará este señor en el poder. Llegó la hora de unir esfuerzos para salir de este régimen. No descansaremos por recuperar una Venezuela libre y de todos los venezolanos. Nuestra lucha no es sólo por los que estamos acá. Nuestra lucha es también por los que están fuera de este gran país. Estamos convencidos de que, con la ayuda de Dios y de cada uno de los venezolanos, vamos a poner fin a este desgobierno. Pronto nos reencontraremos todos en Venezuela para empezar unidos la reconstrucción de este gran país.

 

 

 

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