Por J. Gerson Revanales
***El aislacionismo como política exterior del Plan de la Patria nos lleva a desaparecer dentro de la comunidad internacional.
La Constitución tiene como postulados la integración y la paz; sin embargo, difícilmente se puede cumplir con esos objetivos cuando las relaciones de nueve de los doce países que integran el cono suramericano están a nivel de encargados de Negocios, sin olvidar que igualmente ni en América del Norte ni Canadá, ni los EE.UU, ni México mantienen la relaciones a nivel de embajadores, lo cual nos coloca a nivel de Albania, el último reducto comunista caracterizado por el aislacionismo, el antirevisionismo y los militantes del marxismo-leninismo. Es de resaltar que los embajadores, además de ser los representantes políticos de los gobiernos, son los representantes personales de los presidentes. De ahí las cartas credenciales que los acreditan como tales.
Una revisión del por qué de este aislamiento revela que el mismo es exprofeso y premeditado, a los fines de no cumplir con compromisos internacionales, tanto en materia comercial y financiera como el respeto a los derechos humanos, la lucha contra el terrorismo, el tráfico de drogas, el lavado de dinero o la corrupción.
Olvidémonos de los EE.UU, Mr. Busch o Trump. El Consejo de la Unión Europea, a pesar de la extraña condescendencia del gobierno español, recientemente renovó sus medidas de presión, al agregar a 11 funcionarios venezolanos a su lista de sancionados, elevando el número total a 18. La resolución comunitaria reza.: «Las personas enumeradas supuestamente son responsables de violaciones de los DD.HH, socavar la democracia y el estado de derecho en Venezuela». Las sanciones incluyen prohibición de viajar y congelación de activos. La declaración afirma que «Las medidas restrictivas apuntan a ayudar a fomentar soluciones compartidas democráticas que pueden traer estabilidad política al país y permitirle abordar las necesidades apremiantes de la población». Sea cierto o no las afirmaciones del mayor bloque económico sobre la tierra -integrado por 27 economías- cuyo PIB se eleva a 21 902 504 billones de US $ (2018), donde la menor economía es Lituania con PIB per cápita trimestral de 3.964€. Es así que el motivo de estas medidas es por incumplimiento de los compromisos internacionales.
El que la lista de sancionados de los EE.UU esté integrada por los 70 más altos funcionarios civiles y militares, incluidos el Presidente de la República, el Ministro de la Defensa y algunos oficiales generales del Alto Mando obliga a una profunda revisión sobre lo que está pasando a lo interno; por qué tener abiertas hipótesis de conflicto con todos los países con los cuales compartimos fronteras: Colombia, Brasil, Guyana y los EE.UU; así como causas abiertas en los cinco tribunales internacionales: CPI, CIJ, CIDH, Tribunal Andino y CIADI. Son una clara muestra de que esta política de carritos chocones solo responde a un plan bien premeditado para aislar al país de los controles internacionales e imponer su modelo político, dirigido a deslindar a Venezuela de los mecanismos internacionales de dominación imperial, según la ley del Plan de la Patria.