Venezuela, patrocinador del terrorismo. Foto: elpolitico.com

Venezuela, patrocinador del terrorismo

Por Alfredo Michelena/ENPaís/Zeta

***Si se incluye a  Venezuela en la lista de países que apoyan el terrorismo vienen sanciones más duras contra el régimen. Esto acompañado con la importante actividad del sistema judicial estadounidense, está golpeando fuertemente al pranato que nos gobierna no solo en su credibilidad sino en donde más les duele, en el bolsillo.

Lo último que se discute en Washington es incluir a Venezuela en la lista de países que apoyan al terrorismo.  Y esto como siempre ha traído posiciones encontradas no solo al nivel internacional sino al nacional -aunque más bien por estos lares ha habido un silencio preocupante.

El garrote gringo ese del que tanto se habla -recuerdan aquello que dijo Teddy Roosevelt de «habla suavemente y lleva un gran garrote,»- acelera su ritmo sobre el régimen de Maduro. Aunque  lo de hablar suavemente no cuadra con Trump.

Lo cierto es que la administración Trump la emprendió contra funcionarios corruptos del régimen así como aquellos que han violado derechos humanos, incluyendo el derecho a vivir en democracia. El inventario de sancionados en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), del Departamento del Tesoro casi va llegando a 100.

Pero no contentos con eso la justicia estadounidense también está actuando diligentemente. Ya no son decisiones administrativas del poder ejecutivo. No, ahora es el aparato judicial que está moviendo sus fichas para castigar a varios grupos de individuos que depredaron el erario nacional.

Sin duda que la corrupción ha corroído lo que queda del Estado venezolano. Y no son de esa gente que, según el finado Chávez, roban por hambre. No, aunque muchos no provienen de familias pudientes, como se decía antes, estos crápulas no se conformaron con poco sino que robaron en GRANDE, y déjenme escribirlo con mayúsculas, pues mayúsculas han sido las cantidades que se apropiaron.

Nos son los “roba gallinas” de la “cuarta república”. Esa corrupción que tanto atacó el finado y que como la de Hamelín fue música que siguieron muchos que terminaron en el matadero, como las ratas del cuento. Y por supuesto no hizo nada por acabarla sino no se explicaría que dos neófitos en el asunto fueran nombrados por él como Tesoreros de la Nación: Alejandro Andrade, capitán y exescolta de Chávez, que se acaba de declarar culpable en una corte de Florida por recibir sobornos por US$1.000 millones y  la sargento técnico y enfermera de Chávez, Claudia Díaz Guillén apresada en España que se habría embolsillado unos US$ 2.000 millones.

Pero ahora el garrote va más allá y se está planteando declarar a Venezuela país patrocinador del terrorismo. Ya se sabe que la administración Trump tiene pruebas de que en Venezuela pasean como “Pedro por su casa” varios grupos terroristas. Baste recordar los del ELN que han tomado las fronteras venezolanas o los disidentes de las FARC (ambos considerados como terroristas por EE.UU. y la Unión Europea)  e incluso el Hezbolá, como muy claro lo dejó Mike Pompeo antiguo director de la CÍA y actual canciller estadounidense.

Un grupo de parlamentarios, a la cabeza de los cuales está el republicano Marco Rubio, enviaron una carta a Pompeo para solicitar que Venezuela sea incorporada a esa infame lista donde están Irán, Corea del Norte, Sudán y Siria.  Y en estos momentos la prensa de Washington informa que el tema se está considerando.

Si esto se concreta nuevas sanciones se agregarían a las ya existentes. Entre las del área financiera estarían oponerse a créditos en instituciones de financieras multilaterales, permitir denuncias de daños civiles perpetrados por estas organizaciones terroristas en tribunales estadounidenses y  prohibir a ciudadanos y empresas norteamericanas  hacer negocios con Venezuela. Pero lo que más preocupa a muchos es que también habrá restricciones en la ayuda o cooperación que da EE.UU. a Venezuela.

Los que se oponen a esta medida argumentan que los cerca de US$100 millones que EE.UU. está aportando para paliar las necesidades de los migrantes venezolanos sería cancelada.  Aquí el contra argumento es que este no es dinero que se da al gobierno venezolano, es más ni siquiera se gasta en suelo patrio. Sino que este apoyo que se da a través de otros gobiernos, ONG e instituciones internacionales donde el régimen no tiene nada que decir.

Sería un paso más -las otras son la prohibición de comprar deuda y bonos y la del oro- fuera de las llamadas “smart sanctions”, dirigidas más al círculo cercano al presidente y «enchufados».  Se trataría de lo que se llama “secondary sanctions” al prohibir a individuos y compañías norteamericanas hacer negocios con el gobierno de Venezuela. Esto, incluso, podría incluir prohibir la compra de materiales y productos para la producción petrolera, como se le ha aplicado a Irán y Siria.

El garrote que está golpeando y duro es el de los gringos, no el de Diosdado.

@AMichelena