Se acabó la guerrilla

Rebels from the Revolutionary Armed Forces of Colombia. Foto referencial: anistia.org.br

Por Jaime Granda

***Los gobiernos cómplices de la guerrilla procubana en América Latina están transitando la misma ruta.

Es algo normal porque nada es eterno. Todo tiene su término, aunque a veces sobrepasa el tiempo de algunas generaciones, todo ciclo tiene principio, desarrollo y fin.

Tal como advirtieron algunos estudiosos a comienzos de este año, estamos frente al cierre de algunos ciclos y en lo inmediato tenemos la señal del fin de la guerrilla instalada en varias montañas de América Latina tratando de llegar al poder como lo hicieron Fidel Castro y sus barbudos en Cuba en enero de 1959.

Queda claro que nadie garantiza la honestidad ni la racionalidad de quienes llegan al poder, sea por la vía que sea. Pudiéramos decir que Daniel Ortega llegó al poder en Nicaragua a través de la guerrilla y las muestras de sus abusos están a la vista del mundo porque ahora realmente no hay nada oculto.

El fin de la guerrilla como opción de poder político marca el comienzo del fin del ciclo de las llamadas revoluciones socialistas en nuestro continente. Las tecnologías, las desviaciones y las debilidades humanas cierran toda posibilidad de que eso pueda repetirse. Hay satélites capaces de detectar “una aguja en un pajar”, para recurrir al viejo refrán de las cosas casi imposibles. Cualquier grupo que se mueva en montañas y selvas con equipos metálicos, como armas, es fácil detectarlo.

Además, todo eso se aceleró en Colombia con la recuperación del poder por parte del uribismo, enemigo declarado de esos movimientos armados que cuando la Unión Soviética dejó de costear sus necesidades devinieron en narcotraficantes.

El nuevo Gobierno colombiano ha dado en estos días duros golpes a esos grupos guerrilleros convertidos en máquinas de hacer dinero con las drogas y otros ilícitos, del cual se han aprovechado muchos políticos ligados al proyecto cubano para costear sus campañas electorales.

Una vez que la guerrilla y sus actividades ilegales perdieron el apoyo cómplice de gobiernos, sus días se agotaron. El régimen de Venezuela ahora no puede seguir negando su relación con los guerrilleros instalados en Amazonas y otros lugares fronterizos.

Esta semana, el Gobierno de Colombia anunció que  después de investigaciones que venían desde hace un año, lograron desbaratar la red de narcotráfico encabezada por “Olinto”, alias de un miembro de la disuelta guerrilla Fuerzas  Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y su hermano. También participaban miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Según lo informado, la droga era enviada desde la región limítrofe de Catatumbo, hacia pistas clandestinas en el estado Zulia, en Venezuela, desde donde iba a su destino final, Estados Unidos, Alemania y Holanda.

En el operativo confiscaron 20 toneladas de alcaloide, se inmovilizaron ocho aeronaves y se capturaron 25 colombianos en Bogotá y la frontera con Venezuela, pero no detuvieron a ninguno de los pilotos brasileños y venezolanos ligados al grupo.

El Gobierno de Colombia también pidió esta semana a Cuba que haga efectiva la orden de captura internacional en contra de Nicolás Rodríguez Bautista, alias «Gabino», jefe máximo del ELN que se sabe está en la isla procedente de Venezuela. Hay otros jefes guerrilleros con orden internacional de captura que Cuba y Venezuela deberán entregar, según se supo.

@jajogra

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