Por Alex Vallenilla.
La dolarización avanza a pesar de la “guerra interna” entre el chavismo radical que se niega a ceder el control del dólar y el madurismo que busca liberarlo.
En el marco del plan de recuperación económica que dictó el mandatario Nicolás Maduro el pasado mes de agosto, uno de sus decretos eliminaba por completo los ilícitos cambiarios, es decir, la compra y venta de dólares en Venezuela quedaba prácticamente despenalizada, aunque esta medida, muchos entes dentro del Estado no la hacen cumplir.
El oficialismo todavía sufre los efectos del parcelamiento del poder. En medio de una “guerra interna”, los factores que se niegan a liberar el mercado cambiario aún hacen presión en instancias dentro del ente administrador de divisas y en los cuerpos militares y policiales.
Según lo decretado por Maduro y aprobado por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), alegando que la Asamblea Nacional (AN) se encuentra en desacato, se permite realizar operaciones de intercambio de divisas sin que las personas sean detenidas, como era anteriormente.
Los bancos venezolanos ya pueden recibir transferencias a las cuentas en moneda extranjera desde empresas del exterior. Los ciudadanos pueden colocar órdenes de compra y venta en el sistema Dicom al precio que estimen y esperar por el cruce de negociaciones.
Hay un proceso de dolarización no decretado. Las operaciones de envergadura, en la compra y venta de inmuebles, vehículos, terrenos, ahora el alquiler de locales y el comercio de algunos tipos de productos electrónicos, se denominan en divisa extranjera.
A pesar de lo anterior, hay cuerpos policiales y militares que todavía detienen personas con posesión de divisas. Según las normas, un ciudadano puede disponer hasta 9.999 dólares en efectivo sin que tenga que declararlos, sin embargo policías y guardias, que perciben a personas que desconocen la regla, le aplican presión para quitar de manera ilegal del dinero a sus propietarios.
La “guerra interna”
En lo interno del oficialismo hay un forcejeo y es que los grupos que han mantenido el monopolio de la asignación de divisas, se niegan a ceder a la liberación de precios en el comercio entre privados, que es la norma que contempla la nueva modalidad.
Del sector madurista, que está en negociaciones con factores extranjeros, tanto para aliviar la presión política internacional, así como para atraer inversiones de China y Rusia, se propone la liberación o unificación de la tasa cambiaria, pero del sector chavista radical no se apoya la idea.
Sin embargo el sector radical del oficialismo tiene graves dificultades para sostener el modelo y es que la falta de divisas, la caída del ingreso petrolero por baja producción, el desplome del precio del petróleo y las dificultades de conseguir créditos internacionales, tienen más peso contra esa postura.
El proceso de dolarización da otro paso y es que a pesar de que en el discurso el madurismo indica que las operaciones se harán con euros, se trata de un discurso político, porque la moneda que se está imponiendo en las transacciones en el país, es el dólar norteamericano.
/ @alexvallenilla