Por Alfredo Michelena
Estas navidades estarán más tristes que las anteriores porque en la mayoría de hogares venezolanos la familia no podrá reunirse pues muchos habrán migrado. En las cenas de Navidad y Año Nuevo habrá carencias de las tradicionales hallacas, de pan de jamón, de las 12 uvas del tiempo y del ponche crema. Todos nos abrazaremos pidiendo a la providencia un cambio, pero con poca expectativa de que suceda. La verdad es que muchos no creen que habrá un “próspero 2019”, como revelan las encuestas.
La situación actual
La última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), cuyos datos más relevantes fueron recientemente presentados, no revela nada alentador. La pobreza sigue creciendo así como la falta de servicios para la población. Al 94% de los venezolanos no le alcanzan sus ingresos para cubrir los costos de vida, lo que es un aumento frente a un 87% de 2017.
Los servicios de electricidad y agua siguen en deterioro. Solo 29% de hogares reciben agua diariamente y solo un
18% tiene servicio eléctrico de manera permanente. Hay una alta deserción escolar. Entre los alumnos de edades que van de 3 a 24 años la deserción alcanzó un 30% y solo 52% dice que asiste regularmente a clases. Y la inasistencia es por falta alimentos, crisis en el transporte y las fallas en servicios públicos.
Esta encuesta cuyos datos se recogieron hasta junio de este año y que todavía no ha producido su informe final, muestra que el 80% de la migración ha salido en 2017 y 2018. Y cerca de dos tercios de estos migrantes se han ido por razones laborales.
Hay diferentes cifras de cuantos venezolanos han salido del país desde la entronización de chavismo. Desde 2,3 millones que manejaron originalmente algunas agencias internacionales hasta 4,6 millones, cifra aportada por la encuestadora Consultores 21. Esto representaría el 18% de la población. La firma DatinCorp revelaba el año pasado que seis de cada 10 hogares tienen un familiar directo en el exterior.
Este es el panorama de las familias divididas por la crisis que ha producido una estampida migratoria y un ingreso que no permite disfrutar cenas de Navidad y Año Nuevo decentes o quizás ninguna cena para muchos. Por esto la inmensa mayoría de los venezolanos quieren un cambio, pero son más los que lo quieren, que los que creen que eso se haga realidad.
Nada anda bien
El Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, hizo público su último estudio basado en la Encuesta Especial de Opinión Pública (noviembre 2018). Los resultados de dicha encuesta muestran que la inmensa mayoría de los venezolanos, esto es ocho de cada diez, perciben la situación del país negativamente.
Las medidas económicas implementadas por Maduro no son apreciadas como positivas por la mayoría que dice que su situación empeoró (61,1) o quedó igual (25,3%) y solo una pequeña parte de la población (11,6%) asegura que su situación personal mejoró.
Los culpables
La gente señala al gobierno como responsable de esta calamitosa situación. En concreto seis de cada diez venezolanos señala al régimen y solo uno de cada diez señala a la oposición (MUD). Lo de la guerra económica que se reflejaría en echarle la culpa a los empresarios y comerciantes así como a la comunidad internacional (la derecha internacional y el imperialismo) sumados, solo llega al 14,6%.
La encuesta revela que solo 27,7% de los venezolanos apoya al gobierno. Pero la oposición no sale muy bien parada pues solo concita el apoyo de un 31,4%, mientras que 40% de los venezolanos dice no apoyar a ninguno.
Sin embargo las cifras revelan que a pesar de que la inmensa mayoría de los venezolanos considera que la situación está mala y responsabilizan al régimen por los problemas del país, un tercio de los venezolanos son, de una manera u otra, chavistas al comprobarse que hay un 16,2 % venezolanos que quieren que se quede Maduro y otro 17.3% quiere que venga alguien que rescate las ideas de Chávez.
¿Cambio para 2019?
Pocos creen que el año entrante será un “próspero 2019”. Solo 22,8% de los encuestados cree que la situación del país mejorará. Y apenas 38,7% de los venezolanos cree que habrá un cambio en 2019 mientras que un 36,6 % cree que no. Es decir solo 4 de cada diez venezolanos tienen esperanzas de que 2019 será “próspero” y una cifra equivalente considera que no será. Cuando se les preguntó cuan posible es ese cambio, 41,8% cree que no lo es y solo 29,2 % que sea posible. Es decir, las expectativas para un año nuevo mejor son muy bajas.
De darse ese cambio, la mayoría (43,7%) coincide en que ese cambio vendrá por las elecciones. Ninguna de las otras alternativas, como la renuncia de Maduro (11,1%), el golpe militar, la explosión social (10,3%), la intervención extranjera (8,1%) o los “acuerdos entre gobierno y oposición” (6,7), entre otras alcanzan una proporción de significativa importancia. En general los venezolanos apostamos por una salida no violenta, sea electoral (48,8%), renuncia de Maduro (13,1%) o acuerdos entre Gobierno y oposición (6,4%).
Al preguntárseles qué acciones se deben tomar, lo electoral acoge a seis de cada diez entrevistados, luego vendría “protestar” con tres de diez, pero de manera significativa casi dos de diez señalan“armarse para luchar”. Ahora bien, cuando se le pregunta que haría cada persona, votar sigue estando de primero con seis de diez, luego protestar con 2,5 de diez pero “armarse para luchar” solo alcanza a uno de cada diez.
¿Qué quieren hacer?
Si bien hay una predisposición a preferir la vía electoral, también se indagó sobre la movilización popular: la calle. En relación a ella, la mayoría prefiere movilizarse más en acciones reivindicativas que políticas. Así mientras casi 79% de los encuestados dicen estar dispuestos a protestar para pedir que se acabe la escasez(67,1%), o para exigir mejores sueldos y salarios (62,1%), para exigir nuevas elecciones presidenciales (52,7%) o cambiar a todo el gobierno (48,8%) hay menos disposición.
Cuando se les pregunta “qué piensa que sea lo mejor para hacer”, 66% piensa que hay que luchar, la mitad está dispuesta asumir riezgos y la otra mitad no. Pero tambien hay lo que prefieren emigrar (7,5%). Y finalmente hay los que prefieren “quedarse tranquilos y adaptarse”, que serían un cuarto de la población encuestada. Que ese dos tercios de la población que está dispuesta a luchar lo haga depende del liderazgo opositor.
En relación a la conveniencia de que se realicen estas acciones de calle, hay una división casi a partes iguales donde los que están a favor son el 42% mientras los que están en contra son ligeramente mayoritarios con 46.3%.
Sobre la eficacia de esas acciones de calle también la gente se divide casi en partes iguales, los que creen que esto tendrá resultados positivos son un 44,5%, mientras los que no lo creen son46,%.
Se busca un lider
Finalmente, hay una imperiosa necesidad de “definir un líder que dirija la lucha por el cambio político”. En este sentido, 62% cree que esta definición es necesaria mientras que 23,8% piensa que no. Al revisar estas respuestas por la ubicación política de los entrevistados, se aprecia que esta definición donde realmente es requerida, es entre la oposición y en mayor medida entre los opositores identificados con la MUD pues así lo consideran un 81,5% versus un 69,5 % de la oposición no identificada con la MUD. Seis de cada diez venezolanos espera que esta elección se realice muy pronto. Y para la mayoría (55,8%) esa elección debe hacerse por votación sin el CNE, frente a los acuerdos entre partidos (9%) o en la Asamblea Nacional (3,7%). 62,4% considera que esta consulta por primarias sería de utilidad y 63,13% estaría dispuesto a participar.
Adiós al año viejo, hola al nuevo
Una navidades en escasez, con un año que cierra con una inflación de más de un millón por ciento y un 2019 en el que se presagia una inflación de 10 millones no pinta nada bueno. Unas familias divididas en esta época decembrina donde las cenas de Navidad y Año Nuevo serán escuálidas por decir lo menos, tampoco. La pobreza sigue creciendo, pues las medidas presidenciales no han servido para paliar la situación. En general el empeoramiento de la situación del país no presagia un mejor año 2019.
La gente sabe que hay que hacer algo para cambiar al régimen, pero ese algo es mayoritariamente la vía electoral. Los venezolanos no estamos muy ganados para protestar, pero si lo hacemos, estas protestas serían más reivindicativas que políticas y la verdad es que no hay una seguridad de que sean efectivas.
Lo que es evidente es la necesidad de un liderazgo que permita conectar las necesidades de cambio que brotan de las estructuras socioeconómicas y de la querencia de la gente y oriente esa fuerza electoral y la transforme en una fuerza política de cambio.
Para cambiar el destino en 2019 no basta que haya crisis y que la gente quiera cambiar. Si no hay un liderazgo que transforme esa querencia en acción, 2019 será peor que 2018. Y si es así ¡que Dios nos agarre confesados!