Por Alfredo Michelena.
El 5 de enero tomaron posesión las nuevas autoridades de la Asamblea Nacional (AN). Desde antes y en lo que va de la semana que les separa del 10 del mismo mes, cuando tomará ilegalmente posesión Maduro, el país y el mundo han explotado en análisis, explicaciones, sugerencias y ultimátums al nuevo presidente de la AN ,Juan Guaidó.
En nuevo presidente de la AN
Hace cuatro año tomó por primera vez un demócrata la presidencia de la AN en este siglo, en Venezuela. Y lo hizo con base a un acuerdo político entre las diferentes fuerzas políticas opositoras que derrotaron de manera contundente al chavismo en 2015.
A través de ese mismo acuerdo, llega a la presidencia para el año 2019 el partido Voluntad Popular (VP) con Juan Guaidó y, por Acción Democrática Edgar Zambrano y por Un Nuevo Tiempo Stalin González, como primer y segundo vicepresidente de la AN respectivamente. Recordemos que Guaidó llega allí pues entre otras cosas los líderes nacionales de VP están presos o exilados. Nos referimos a líderes como Leopoldo López quien está privado de libertad en su casa y Freddy Guevara asilado en la embajada de Chile. Lo que no le quita nada a la competencia que pueda tener Guaidó.
Este joven de 35 años que sobrevivió a la tragedia de Vargas, estudió ingeniería industrial en la UCAB, mientras trabajaba en una tienda de computación. Viene de “un hogar humilde de La Guaira” y se identifica pues ha sufrido “la angustia de la necesidad, el hambre desesperanzadora y las largas horas de espera de una camioneta de transporte público”. Fue directivo del Centro de Estudiantes de ingeniería y junto a jóvenes como Yon Goicochea, Miguel Pizarro, Stalin González, Freddy Guevara, irrumpió en 2007 en la palestra pública. Es cofundador de VP en 2009 y en la actualidad coordina el estado Vargas y es responsable nacional de la organización. En el congreso Guaidó presidió la comisión de Contraloría donde se investigaron casos como el de Odebrecht. Como vicepresidente de la comisión de Política Interior, impulsó una “ley de amnistía” para a los presos políticos del país.
Guaidó contó con los votos de todas las fracciones de la oposición, aunque algunos prefieren hablar de un “apoyo condicionado “ como reza un comunicado la fracción parlamentaria 16 de Julio, el grupo de María Corina Machado y Antonio Ledezma. Ellos no votaron por los cargos del primer y segundo vicepresidente del Congreso.
Su discurso
En su discurso la nueva cabeza de la AN deja claro que ante “la ruptura del orden constitucional y el bloqueo constante que el régimen ha hecho a soluciones políticas o electorales, la solución pasa por un camino muy claro: lograr el cese de la usurpación de Nicolás Maduro y conformar un Gobierno de Transición que, con el respaldo del pueblo, la comunidad internacional y la fuerza armada, convoque elecciones libres y atienda la emergencia humanitaria de manera inmediata”.
Y afirma que “se ha generado una ruptura del orden constitucional y la Presidencia de la República no se encuentra vacante, si no usurpada”, pero que la vuelta a la democracia, es decir a la “…aplicación efectiva de la Constitución, no depende solamente de la voluntad o decisiones de este Poder, sino de la fuerza que construyamos para hacerlas cumplir”.
Para eso, nos dice Guaidó, es necesario que “las decisiones de la AN cuenten con la expresión simultánea del respaldo popular, político, militar e internacional para conseguir el cese de la usurpación y garantizar la realización de nuevas elecciones presidenciales libres”-
Para eso se compromete a “ejercer la Presidencia de la Asamblea Nacional como el espacio de articulación, encuentro y unificación de todas las fuerzas democráticas, dentro y fuera de Venezuela, para que juntos logremos lo anteriormente planteado”.
Sus propuestas
El nuevo presidente de la AN presentó ocho propuestas de acción en este período de sesiones (subrayados nuestros) :1.” Reafirmar la ilegitimidad y desconocimiento de Nicolás Maduro, así como la declaratoria de usurpación del cargo de la Presidencia de la República”.
- La AN, como único Poder legítimo electo por los venezolanos, asumirá la representación del pueblo y de Venezuela ante la comunidad internacional.
- “Crear un órgano de Transición para la restitución del orden constitucional, la lucha contra la usurpación y la coordinación de las autoridades legítimas, la sociedad civil y la Fuerza Armada Nacional”.
- “… renovación y designación de los poderes usurpados”.
- “Promover la designación y reconocimiento de representantes legítimos ante instancias y organismos internacionalespara impulsar la cooperación humanitaria y la restitución del orden constitucional”.
- “Autorizar la ayuda humanitaria y asumir la interlocución directa con países ” en este respecto.
- Crear el fondo para la recuperaciónde activos provenientes de la corrupción, para que el dinero saqueado, ….. incautado en el exterior, pueda ser congelado y devuelto al pueblo cuando cese la usurpación”.
- Aprobar la agenda legislativa para la transición, que incluya el conjunto de leyes que definan el marco jurídico para la recuperación institucional, económica y social de nuestro país.
A estos fines procurará “la cooperación con la Fiscal General y los Magistrados legítimos, y todos aquellos que investidos o no de autoridad, asuman el deber de luchar por la restitución del orden constitucional”.
Las disonancias
De la propuesta de Gauidó hay temas controversiales. El primero que ha causado polémica es la definición de Maduro como usurpador. Algunos analistas han comenzado a criticarlo por no asumir el concepto de “vacío de poder” sino de usurpación. El argumento es que si no hay “vacío de poder”, no se puede aplicar el artículo 233 de la Constitución por medio del cual se llamaría a una nueva elección.
Muchos argumentan que lo que procede es que Guaidó como presidente de la AN, asuma el poder y llame a elecciones en treinta días. Y esto lo dice taxativamente este artículo, pero para cuando hay falta absoluta del “Presidente electo antes de tomar posesión”. La verdad es que ni Maduro ni nadie ha sido electo para el nuevo período y que ese artículo no considera explícitamente la situación actual.
Este es un tema para constitucionalistas y ya algunos se han pronunciado como Allan Bruer Carias quien señaló que “la AN debe considerar que, ante la falta absoluta de presidente electo, el Presidente de la AN debe encargarse de la Presidencia conforme al artículo 233, lo que debe ser apoyado por la FAN de la cual, a partir de ese momento, será su Comandante en Jefe”.
También el TSJ en el exilio se ha pronunciado en el mismo tenor. Este planteamiento es respaldado por el Diego Arria, María Corina Machado y Antonio Ledezma. E incluso Luis Almagro y el expresidente colombiano Andrés Pastrana lo apoyan. Éste último llegó a recomendar a Guaidó que asuma la presidencia de la República pues si no, como dice María Corina, convalida la tiranía.
Lo que plantea Guaidó es que “la Presidencia de la República no se encuentra vacante, sino usurpada”, que “estamos en dictadura”. Y que tenemos que “construir una fuerza” para volver a darle vigencia a la Constitución. Por cierto que Guaidó no habla de que esa usurpación en futuro, es decir el 10 de enero, sino en tiempo presente, posiblemente alineado con la declaración de abandono del cargo que acordó la AN en junio de 2017.
Otra disonancia es que el punto 2. Guiadó establece a la AN “como único Poder legítimo”, estableciendo distancia con el TSJ en el exilio – se refiere a “Magistrados Legítimos”, y de la Fiscal General con los que “procurará” una cooperación para avanzar en la salida de Maduro del poder. En esto también difiere con los líderes anteriormente nombrados y seguramente con el grupo parlamentario 16 de julio, que consideran que los magistrados en el exilio es el único Tribunal Supremo de Justicia, el legítimo.
La estrategia
Hay tres acciones que Guaidó presenta como una estrategia orientada no sólo a la salida de Maduro sino a construir un gobierno de transición: la creación de “ unórgano de Transición para la restitución del orden constitucional, la lucha contra la usurpación y la coordinación de las autoridades legítimas, la sociedad civil y la Fuerza Armada Nacional” ( punto 3); la “renovación y designación de los poderes usurpados” (punto 4); y “la designación y reconocimiento de representantes legítimos ante instancias y organismos internacionales para impulsar la cooperación humanitaria y la restitución del orden constitucional” (punto 5).
No sabemos si esta estrategia está avalada en su totalidad por todos los partidos mayoritarios de la oposición, que se vienen reuniendo semanalmente, aunque se debe haber discutido y ciertos acuerdos deben haber ocurrido. Desde el Frente Amplio, donde ellos están, a través de varios voceros como el rector de la Universidad Católica Andrés Bello, José Virtuoso, se señala, que la AN debe convocar a todas las fuerza políticas para lograr la transición democrática. En boca del Director de Postgrado, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, de esa misma universidad, Fernando Spiritto, a la AN ,”..le toca recomponer las alianzas, jugar la carta de la comunidad internacional para que haya más presión, pero la coordinación entre las partes no debe esperar. El Parlamento es la fuente de legalidad, de articulación y discusión. Es momento de que retomen este papel. Es el escenario adecuado para empezar a coordinar los partidos”.
El trabajo que le espera al nuevo presiente del Congreso no es nada fácil, en especial con una oposición desunida con diferentes análisis de la situación y estrategias para lograr el cambio.
La mayoría espera que si la AN se vuelve un mecanismo de coordinación, esto podría darle más peso y transparencia a las decisiones de los líderes políticos. Ahora, esto es lo que puede hacer la AN, queda en manos de los partidos y la sociedad civil no solo apoyar a la AN sino construir la fuerza que permita forzar la vigencia de la Constitución, es decir la vuelta a la democracia.
@AMichelena
Sem 2/2019