Por WILLIAMS DÁVILA
Hay algo notorio y evidente: los disidentes de las FARC Santrich e Iván Márquez son tratados en Venezuela como diplomáticos. Estos disidentes se movilizan como perros por su casa, con protección de la FANB, custodiados y resguardados en Venezuela como diplomáticos. No andan clandestinos.
Zulia, Aragua, Apure, Guárico y Carabobo son sitios donde se hacen reuniones secretas entre antiguos jefes de las FARC e integrantes del ELN. El gran logro de Maduro fue unir al ELN con las FARC.
La guerrilla colombiana opera libremente en Venezuela y delinque abiertamente. Segunda FundaREDES, durante 2020, las regiones limítrofes más violentas fueron Bolívar, Zulia y Táchira, un punto en común es la presencia del ELN.
El territorio nacional está ocupado por grupos criminales. Especialistas en la materia nos hablan de que en el 2020 hubo 555 enfrentamientos con 855 muertes, una tasa de enfrentamiento de 20.33 por cada 100 mil habitantes (FUNDAREDES).
Grupos crimínales, de hecho, controlan el comercio, la explotación del oro y los poderosos intereses que rodean el Arco Minero. Los grupos irregulares, guerrilleros y paramilitares avanzan ante la acción poco efectiva de la FANB.
Los valores que existen en esa Venezuela ocupada son los del homicidio, secuestros, y/o desapariciones y enfrentamientos. La violencia existe porque la motivación es el control del territorio por parte de grupos armados irregulares.
La dictadura cierra medios, portales, persigue periodistas, ONGs, activistas y defensores de los derechos humanos para evitar que se conozca la realidad de lo que acontece en la frontera colombo-venezolana y a esto se suma la pandemia del COVID-19; sin embargo, siempre hay ONGs que se arriesgan para recolectar información y siempre hay conocidos que informan sobre la violencia creciente en la frontera.
Cabe señalar que la cultura de la frontera no era la de la violencia. Había una hermandad y una relación comercial, humana, turística, agrícola, etc. en la frontera; pero una vez que se ideologizó la política exterior en Venezuela con la llegada de Chávez al poder y continuada por Nicolás Maduro se acabó la Paz y la tranquilidad en la frontera. Hoy día lo que existe es una situación de tensión, angustia y miedo ante la presencia de grupos irregulares que se amparan en territorio venezolano para realizar actos viles contra la población.
Táchira, Zulia y Apure son utilizados para mantener en cautiverio a personas secuestradas en Colombia. Y Mérida es utilizada para atender heridos.
Los familiares de las víctimas son una fuente de información y mucho de ellos atestiguan que los enfrentamientos armados en la frontera son ejecuciones extrajudiciales. Igualmente, las bandas criminales luchan entre sí y contra los cuerpos de seguridad del estado por el control de los territorios y el manejo de las actividades económicas y financieras y de cambio de divisas.
Lo más grave de todo es que las FANB estarían siendo usadas para eliminar a los adversarios internos que, dentro de las FARC, tienen Santrich e Iván Márquez, a quienes Nicolás Maduro ha manifestado simpatía.
Dentro de este contexto, el domingo 21 de marzo helicópteros y aviones militares se enfrentaron a un campamento guerrillero de un grupo disidente de las FARC, en la Victoria, estado Apure.
Un grupo de guerrilleros se desmarcó de la disidencia de Santrich y Márquez que se encuentra en esta zona fronteriza. Este grupo, dirigido por alias Farell y Arturo Ruiz, está en Venezuela.
Es una lucha interna entre disidentes de las FARC y el Ejército venezolano que se presta para eso, sin actuar contra el ELN.
El grupo de Santrich e Iván Márquez (denominado Ejército del Pueblo Segunda Marquetalia) se encuentra en territorio venezolano e intenta el control de la frontera.
No es un enfrentamiento contra el ELN o las FARC. En su conjunto de disidentes, la FANB actúa casi que por mandato de Santrich e Iván Márquez para protegerlos. Son lamentables los fallecidos y heridos militares así como la persecución contra la población campesina de la Victoria, población militarizada hoy día.
En La AN legítima siempre hemos manifestado nuestra preocupación por la inseguridad en la frontera y la penetración de grupos irregulares y criminales. En más de 20 años de dictadura lo que hemos visto es tolerancia frente a estos grupos. Ahora, por enfrentamientos internos dentro de los disidentes de las FARC, el ejército venezolano actúa contra los campamentos de uno de esos grupos disidentes cuando lo lógico es que debería de existir una política militar de Estado, sin impunidad ni protección a otros grupos disidentes simplemente por los intereses políticos y antinacionales de la dictadura de Maduro.
Queremos una FANB que combata lo delitos trasnacionales de la narcoguerrilla y el paramilitarismo y cualquier otro, desplegando todas las capacidades operativas disponibles para garantizar la paz, la soberanía, la integridad del territorio y la independencia nacional. Es decir, una FANB para la democracia no para sostener la dictadura de Nicolás Maduro.
Expresamos nuestro sentido pésame a los familiares de los dos oficiales asesinados: el mayor Edwar Ramón Cobo Segovia y el primer teniente Yonathan Miguel Duarte. Y deseamos una pronta recuperación de los militares heridos.