La dictadura, ya vacunada, niega vacunas a los venezolanos: Detrás de la infeliz decisión

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Venezuela's President Nicolas Maduro receives a dose of the Sputnik V coronavirus disease (COVID-19) vaccine in Caracas, Venezuela March 6, 2021. Miraflores Palace/Jhonander Gamarra/Handout via REUTERS ATTENTION EDITORS - THIS PICTURE WAS PROVIDED BY A THIRD PARTY. NO RESALES. NO ARCHIVES

Nicolás Maduro recibiendo la primera dosis de la vacuna Sputnik V. Foto Palacio de Miraflores Palace/Jhonander Gamarra.

Por FRANCISCO POLEO

La infeliz decisión del régimen chavista de impedir la entrada de las vacunas de AstraZeneca tiene trasfondo político. El acuerdo alcanzado para la llegada a Venezuela del sistema Covax, el mecanismo mediante el cual la OMS distribuye mundialmente las dosis milagrosas para acabar con la pandemia, fue visto como una victoria política de la legítima Asamblea Nacional. Es decir, la encabezada por Juan Guaidó. Tras meses de negociaciones, se le dobló el brazo a la dictadura: sólo se autorizó el dinero porque será administrado directamente por la Organización Panamericana de la Salud, al igual que la distribución de las vacunas.

La cúpula que controla Miraflores – los Maduro-Flores, los Rodríguez, Padrino y poco más- terminó «firmando» el acuerdo. Con lo que no contaron es con la sampablera que se iba a formar en el chavismo radical. A este grupo lo han ido apartando. Poco a poco, como quien no quiere la cosa. Los han ido ensabanando. ¿Qué es de la vida de Diosdado, por ejemplo? Pero todavía rugen, y esto deberá ser tomado en cuenta para futuros pactos todavía en proceso de gestación. Qué hacer con lo más doctrinario del PSUV es la tarea pendiente más importante para Jorge si no quiere que sus planes se le frustren.

Las vacunas, lo más importante en este momento, terminarán llegando. Quizás no la AstraZeneca, cuya mala fama le ha venido como anillo al dedo a la cúpula roja para dar una demostración de poder y tranquilizar a sus fieras. Pero otras llegarán. Sin ir más lejos, la Sputnik rusa acaba de pedir su integración al sistema Covax. El tema está en que, si la OMS cede en este caso, estará sentando un precedente peligroso. Pero el otro tema está en que, mientras los Maduro-Flores y los Rodríguez arreglan sus pleitos internos, millones y millones de venezolanos siguen a la intemperie. En una pandemia que arrecia en el contexto de una interminable crisis humanitaria. Eso sí, con Nicolás, Jorge, Delcy y hasta los alacranes vacunados.

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