Extradición de Alex Saab: ¿Cómo afecta la pesadilla de Maduro a la negociación en México?

Por FRANCISCO POOLEO

«El Tribunal Constitucional de Cabo Verde confirmó la constitucionalidad del proceso seguido contra Alex Saab. Abre definitivamente la puerta para la extradición de Saab a los Estados Unidos», reporta el periodista Roberto Deniz, quien ha denunciado y seguido como nadie el caso del presunto testaferro de Nicolás Maduro. Con esto, con la cada vez más cerca imagen de Saab vestido con la braga naranja característica de los presos federales en EEUU, Washington da un importante golpe sobre la mesa.

¿Cómo afecta la extradición de Saab al proceso de negociación en México entre el régimen de Maduro y la oposición? ¿Sigue siendo una carta extraoficial en el proceso? Sí. De hecho, ahora más que nunca. Probablemente el nombre del colombiano no salga en los comunicados oficiales, pero se hablará de él en los tête-à-tête privados. El autoritarismo madurista ha dejado claro que el tema es de importancia capital para ellos. Que Cabo Verde envíe a Saab a una prisión federal americana significa, entonces, que EEUU, y por tanto la Plataforma Unitaria, ganan más peso en la mesa de negociación.

Aunque no lo merezca, producto de una negociación política, Saab puede recibir un indulto del presidente de Estados Unidos. De esto poco se ha hablado, pero es de esperarse que los abogados del colombiano manejen esta posibilidad y, por tanto, los jerarcas maduristas. La calidad ética del jurista defensor, el célebre ex juez español Baltazar Garzón, puede ponerse en duda, más no su calidad profesional.

El único riesgo es que Nicolás y Jorge Rodríguez decidan levantarse de la mesa de negociación. Sin embargo, al momento de escribir esta nota, Maduro hablaba en público tratando de vender como una victoria de su bando lo conseguido hasta ahora en México. Habrá que esperar el impacto noticioso que generará el aterrizaje en suelo americano del sujeto en cuestión.

Giremos ahora la atención a los acuerdos tempranos alcanzados en la capital mexicana. De los cuatro, tres son victorias democráticas. La atención de la crisis humanitaria, incluyendo la pandemia, es un reclamo de años. Lo mismo ocurre con la reinstitucionalización del país, comenzando por un sistema judicial justo y estableciendo un proceso de reparación para las víctimas de los atropellos de los últimos años. La reforma del Poder Judicial será determinante. Recordemos que el chavismo, en general, lo ha usado para acosar a la disidencia en términos políticos, económicos, sociales y electorales. Detenciones arbitrarias, inhabilitaciones políticas, fraudes electorales, expropiaciones, etc.

En cuanto a la defensa del Esequibo, aunque el autoritarismo intente venderlo de otra manera, no puede sino ser una victoria para la oposición, ya que la entrega en bandeja de plata a Guyana de la zona en reclamación fue obra y gracia de Hugo Chávez, con el estratega Fidel Castro detrás. Bajándole el tono al reclamo, ganaron los votos, en organismos como la OEA, de las pequeñas naciones caribeñas, comiéndole influencia regional a Estados Unidos. En el camino, por las vueltas que da la vida, le terminaron entregando ese Esequibo al epítome del capitalismo salvaje, esa transnacional llamada ExxonMobil que ya explota los riquísimos yacimientos petroleros en el territorio en cuestión.

A simple vista, el área gris de los acuerdos tempranos está en el acceso a fondos internacionales, pero veamos qué dice al respecto la académica Nuria Puyosa. «El chavismo pide que se les permita acceso a recursos del Fondo Monetario Internacional. Su interés es el acceso a los derechos de giro y a los préstamos rápidos. Pero lo importante es que trabajar con el FMI implica aceptar evaluaciones técnicas y, posiblemente, la reestructuración del Banco Central de Venezuela. Más, la razón por la cual el FMI no le entrega fondos a Venezuela es porque no reconoce a Maduro como Presidente. Entonces, la solución a este punto de agenda pasa por el debate sobre la (i)legitimidad de Maduro. Así, de la mano del deseo del chavismo de negociar con el FMI llega a la mesa de negociaciones ‘la cuestión presidencial'».

En efecto, todo marcha muy bien, por lo que hay que tener todavía más cautela. Hasta que todo esté atado y bien atado, nada está atado.