Por ÁNGELA BETANCOURT
Las autoridades rusas detuvieron al menos 1.400 personas que protestaban contra la guerra de Rusia en Ucrania. La mayoría de las detenciones fueron en Moscú y San Petersburgo, donde agentes del orden público golpearon a manifestantes, incluido a menores de edad, amenazándolos con armas y procediendo a la incautación de documentación y teléfonos, además de restringir su uso.
Además, la policía se negó a llamar ambulancias para atender a los heridos. Fotografiaron a algunos manifestantes, tomándoles además sus huellas dactilares a la fuerza.
Las protestas, convocadas a través de las redes sociales, fueron organizadas también en otras 49 ciudades rusas. En todas hubo detenciones. Los manifestantes marcharon por bulevares céntricos de la capital al grito de «No a la guerra».
Entre los detenidos en Moscú se encuentran la activista Marina Litvinovich y la directora teatral Evgueni Berkovich. Las autoridades rusas realizaron serias advertencias este jueves contra la organización de acciones masivas no autorizadas. Los funcionarios afirmaron que la infracción de la legislación puede acarrear distintos castigos.
El Ministerio del Interior, la Fiscalía y el Comité de Investigación de Rusia indicaron que la policía tomará todas las medidas necesarias para garantizar el orden público.
Un vocero del Ministerio del Interior dijo que «cualquier provocación, agresión a las autoridades, incumplimiento de sus requisitos legales será inmediatamente reprimida. Los autores serán detenidos y llevados ante la Justicia», dijo.
La capital no ha levantado sus restricciones sanitarias a las manifestaciones, vinculadas al Covid-19, excepto en las concentraciones a favor del poder ruso.