Fedeñángaras pone la vista en el 2024

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Fedeñángaras pone la vista en el 2024

*** En Venezuela, los caminos del gremio empresarial y la izquierda socialista se entrelazan.

Por Francisco Poleo

Decía Oscar Yánez que en Venezuela las cucarachas vuelan. Por eso, no podemos sorprendernos cuando la izquierda de toda la vida, lo que queda del Movimiento al Socialismo y otras yerbas, ha hecho llave con las sobras del otrora potente gremio empresarial venezolano.

Cucarachas voladoras aparte, tampoco puede sorprender a quien ha seguido el curso de la política criolla en los últimos años. Se veía venir. A leguas. Esos hombres de negocios han decidido aliarse con los reformistas de Maduro, ese sector que llamamos chavismo peronista. Son los que ponen alfombra roja a Delcy Rodríguez para que, desde Fedecámaras, pida el fin de las sanciones. Curiosamente, es gracias a esas sanciones, y a todo el cerco internacional, que Miraflores se ha visto obligado a permitir la libre circulación de dólares, a hacerse la vista gorda con los aranceles y hasta devolver algunos activos robados por el Estado, entre otras medidas para que la economía de esa jaula de oro que se les volvió el país tenga algún signo vital. Nadie niega que las sanciones deben ser un instrumento para conseguir un fin, no un fin en sí mismo, pero creer que Maduro se democratizará por la bondad de los negocios es increíblemente estúpido. Justo cuando el mundo despierta de esa estupidez, a la vista del fracaso de esa estrategia en China y en Rusia, en Venezuela hay quienes abogan por ese camino. Trasnochados, siempre llegan tarde.

Rafael Simón Jiménez, dirigente histórico del MAS, con todos los elogios que merece su carrera política e intelectual, suelta que Venezuela necesita un outsider. ¡Cuidado! A veces te sale un Zelensky, pero la mayoría de las veces el elegido es un Trump. O, peor, un Chávez. Los ungidos por Jiménez son Ricardo Cussano y Carlos Fernández, ambos de Fedecámaras, además de Cecilia García Arocha, la rectora que después de tanto luchar ahora coquetea con abrirle las puertas de la UCV a Maduro. El que lleva la delantera es Cussano, que hasta a Washington ha viajado para pedir el fin de las sanciones. Suponemos que esa alianza izquierda-negocios, montada con tanto tezón por personajes como los hermanos Villegas en Globovisión o la dupla Gil Yépez-León en Datanálisis, necesitará un partido para presentarse en el 2024. Proponemos que se llame Fedeñángaras. Tiene punch.

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