Por Luis Camacho
Elon Musk, fundador de la compañía de autos eléctricos Tesla y la aeroespacial SpaceX, adquirió el 9,2% de las acciones de Twitter.
El magnate, considerado el hombre más rico del mundo, es un frecuente usuario de Twitter, publicando controversiales mensajes donde ha criticado el respeto a la libertad de expresión por parte de las empresas de redes sociales, incluida la misma Twitter. Recientemente sugirió que lanzaría su propia plataforma. Es, así mismo, un ávido consumidor de «memes», aquellas imagenes que se difunden rápidamente por internet, y que a menudo se modifica con fines humorísticos.
Un documento presentado ante la comisión reguladora del mercado de valores estadounidense (SEC), indica que el sudafricano compró casi 73,5 millones de acciones ordinarias de Twitter, un 9,2% del total, en una operación estimada en unos 2.900 millones de dólares, lo que lo convierte en el mayor accionista del grupo, por delante del fondo de inversiones Vanguard (8,8%) y el banco Morgan Stanley (8,4%), según Bloomberg.
Según algunos analistas,»podríamos esperar que esta participación pasiva sea el comienzo de conversaciones más amplias con el consejo/gerencia de Twitter que podrían derivar en una compra activa y una posición potencialmente más agresiva en la propiedad de Twitter».
A finales de marzo, Musk realizó una encuesta en Twitter donde preguntó: «Libertad de expresión es esencial para el funcionamiento de la democracia. ¿Cree que Twitter adhiere rigurosamente a ese principio?» Más del 70% de los dos millones de usuarios votaron que no. Al día siguiente, tras el resultado de la consulta, Musk publicó: «Dado que Twitter sirve como una plaza pública de facto, no adherir a principios fundamentales socava la democracia ¿Qué habría que hacer?» «¿Se necesita una nueva plataforma?» Una de las primeras respuestas a su pregunta fue «compra Twitter».
Musk ha utilizado las encuestas de dicha red social para hacer negocios. El año pasado vendió 5.000 millones de dólares en acciones de Tesla luego de preguntar a sus seguidores si debía vender un 10% de su participación en la firma.
En 2018 publicó un tuit en el que, sin pruebas, decía tener fondos como para retirar a Tesla de la bolsa lo cual disparó el valor del fabricante de vehículos pero la SEC dijo que ese comentario era «falso y engañoso».
Entre las reacciones a la compra de las acciones, la legisladora Marjorie Taylor Greene, muy cercana a Donald Trump, a quien Twitter suspendió la cuenta el pasado año, se preguntó si la inversión de Musk marcaría «el regreso de la libertad de expresión a Twitter».