*** Los motivos de la extraña desaparición pública de Putin han desencadenado una serie de rumores sobre su estado de salud.
Las especulaciones sobre las causas de las pocas presentaciones en público del dictador Vladimir Putin han ido aumentado con el pasar de los días, lo que contrasta abiertamente con la actuación del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien aparece a diario en vídeos que graba él mismo para disipar los rumores que dicen que ha abandonado Kyiv.
Del líder ruso poco se sabe habiendo reaparecido en muy contadas ocasiones, una de ellas en el estadio de Moscú con motivo del octavo aniversario de la invasión de Crimea.
El politólogo y profesor Valery Solovey, exjefe del Departamento de Relaciones Públicas del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú, dijo que Putin tiene cáncer y también síntomas de Parkinson. En este sentido, el almirante retirado de la Royal Navy británica, Chris Parry, afirmó la semana pasada en un acto de una escuela que Putin podría estar luchando contra un cáncer. “Creo que su sistema inmunológico podría estar deprimido. Así que es un hombre que tiene prisa”, agregó para contextualizar por qué había declarado la Guerra en Ucrania.
Por otro lado, la especialista británico-estadounidense en asuntos exteriores Fiona Hill ha opinado en las redes sociales que «Putin no se ve tan bien, ha estado bastante hinchado. Sabemos que se ha quejado de tener problemas de espalda”.
Aunque estas hipótesis no han sido verificadas por ninguna fuente oficial, tampoco ha habido una declaración oficial por parte del Kremlin sobre la salud de Putin.
Lo único cierto que hay hasta ahora es que Putin tiene un lujoso búnker subterráneo en Siberia. La instalación, dotada de alta tecnología, se asemeja a una «ciudad subterránea» y está preparada para resistir una guerra nuclear. Según el politólogo y profesor Valery Solovey, de 61 años, Putin trasladó a su familia la semana pasada al búnker.