*** El autor recuerda la carrera policial de Remberto Uzcátegui Bruzual, quien convirtió a la DISIP en una de las organizaciones profesionales más destacadas y respetadas a nivel internacional.
Por Comisario Atahualpa Montes
Remberto, además de ser mi amigo es mi compadre, padrino de mi último hijo José Atahualpa (junior).
Sabía quién era pero no lo conocí personalmente hasta que, obligado por la falta de recursos ya que se me había suspendido el sueldo en la Disip al llegar el doctor Caldera a la Presidencia, regresé de España abandonando mis estudios de Criminología y dedicándome a labores de investigación privada en Caracas.
Un buen día se presentó una comisión del Despacho a mi oficina para participarme que el doctor Uzcátegui requería mi presencia ese mismo dia. Atendí de inmediato su solicitud y me presenté en la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención siendo atendido por el doctor Uzcátegui de inmediato.
Me saludó con mucho respeto manifestándome su sorpresa al saber que se me había suspendido sin ninguna explicación y de una vez me informó que ya había girado instrucciones para normalizar mi situación y para que regresara a Madrid a continuar mis estudios.
Pero no quedo allí su gesto sino que me pregunto si quería ayudar a alguien en particular. Sorprendido traté de pensar en alguien y recordé que Mayra Vernet luchaba por la libertad de su marido, mi amigo Manuel Molina Gásperi, casi sin recursos y así se lo manifesté a Remberto quien insistió en que mencionara a alguien más para ayudar. Recordé a dos amigos que habían quedado cesantes en el Consulado de Venezuela en Miami, Anelo Espinoza e Iván Sánchez Alera. Posteriormente supe que Mayra recibió sueldo de Comisario General por años y Anelo e Iván, igualmente recibieron salarios como Inspectores también por años.
Regresé de España graduado como criminólogo y tengo que decir que eso no hubiera sido posible de no mediar la voluntad de Remberto.
Creo que fue, sino el mejor, uno de los más eficientes Directores de Policía en nuestro país y a él se le debe en gran parte la tecnificación que recibió Disip durante su gestión. De una policía que se manejaba empíricamente por hombres amantes de la libertad pero neófitos profesionalmente, logró una de las organizaciones profesionales más destacadas y respetadas a nivel internacional.
Los hombres y mujeres de Disip recibieron entrenamiento en las más prestigiosas agencias de seguridad del mundo occidental, FBI, CIA, Surete francesa, Scotland Yard y MI5 de Inglaterra, Mossad de Israel y en fin, no hubo mezquindad en cuanto a enriquecer los conocimientos de esa policía que terminó de consolidarse bajo la dirección de Arpad Bango pero siempre con la presencia y auxilio de RUB como lo llamábamos entonces, que después de dejar la dirección de Disip continuó soportándola desde su posición como Viceministro de Relaciones Interiores.
No creo que exista un solo profesional policial que no respete y admire a Remberto Uzcátegui como lo admiro y lo respeto yo.
Sin embargo, hasta donde estoy enterado, ese gran policía ha envejecido casi olvidado en su casa caraqueña y es por eso que hoy yo quiero recordarlo como una pequeña muestra de mi agradecimiento como policía y como venezolano.
Remberto Uzcátegui Bruzual, mi compadre y amigo, debería ser ejemplo a seguir por los policías criollos, cuando Venezuela regrese a sus orígenes democráticos y de paso a las nuevas organizaciones de seguridad, porque si hay alguien a quien se deba recordar con respeto y admiración es a ese hombre íntegro que logró la excelencia en su gestión.
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