***Bernabé Gutiérrez intenta, sin pena ni gloria, seguirle siendo útil al régimen madurista, pero en Miraflores ya lo ven como un estorbo por lo que pronto será desechado, como tantos otros más.
Por Francisco Poleo
Las imágenes que me llegaron del show de Bernabé parecen sacadas del Lejano Oeste. Estoy casi seguro que en una de las fotos se veía una bola de paja cruzando la calle. De vez en cuando, uno que otro bandido, como corresponde al género.
Como era de esperarse, el ex militante de Acción Democrática se ratificó al frente de sus cuarenta ladrones. Al menos, esas son las noticias que llegan. Imposible confirmar, porque el show tuvo nula audiencia y cobertura. Sin pena ni gloria, Bernabé intenta seguir siendo útil al régimen madurista, pero en Miraflores ya lo ven como un estorbo. Pronto será desechado, como tantos otros más. Si Rafael Ramírez, entonces amo y señor del grifo petrolero, terminó en el basurero rojo, ¿qué puede esperar este trágico personaje de la picaresca criolla?
El futuro luce sombrío para esta fauna. Ellos lo saben, y por eso intentan torpedear cualquier atisbo de negociación. Pero, para su desgracia, en la Casa Blanca no muerden: sólo reconocen a la oposición legítima. Es por eso que terminará habiendo acuerdo, y porque el madurismo está ansioso de no tener sanciones para disfrutar mundialmente de su fortuna sin miedo a terminar como Alex Saab. En ese escenario, Bernabé se quedará sin oficina, sin partido y sin mesada. La dignidad ya la perdió hace tiempo.
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