***Sobre el tema, Francisco aseguró que la ONU “no tiene poder para imponerse, sin ofender”.
Por José Piñeiro
En una reciente entrevista, el papa Francisco mostró su preocupación por la invasión de Rusia en Ucrania, manifestando su pesimismo por la función de los organismos multilaterales para que los ataques cesen asegurando que Organización de las Naciones Unidas (ONU) “No tiene poder para imponerse, sin ofender”.
“Después de la Segunda Guerra Mundial hubo mucha esperanza en las Naciones Unidas. No quiero ofender, sé que hay gente muy buena que trabaja, pero en este punto no tiene poder para imponerse”, dijo el Papa al ser consultado sobre qué opinaba de las tareas de los organizaciones multilaterales en los conflictos.
“Ayuda sí para evitar guerras y pienso en Chipre, donde hay tropas argentinas. Pero para parar una guerra, para resolver una situación de conflicto como la que estamos viviendo hoy en Europa, o como las que se vivieron en otros lugares del mundo, no tiene poder. Sin ofender. Es que la constitución que tiene no le da poder”, explicó.
Tras ello, le consultaron si cree que los poderes en el mundo han cambiado y si se modificó el peso de algunas instituciones. “Es una pregunta que no quiero universalizar mucho. Quiero decir así: hay instituciones beneméritas que están en crisis o, peor, que están en conflicto. Las que están en crisis me dan esperanzas de un posible progreso. Pero las que están en conflicto se involucran en resolver asuntos internos”, opinó.
“En este momento hacen falta valentía y creatividad. Sin esas dos cosas, no vamos a tener instituciones internacionales que puedan ayudarnos a superar estos conflictos tan graves, estas situaciones de muerte”, dijo.
Por otra parte, recordó que ya en 2014 habló de “guerra mundial a pedacitos” ya que se dan muchos conflictos armados en el mundo, además dijo que el uso de armas nucleares “es inmoral”.
“Esto de Ucrania lo vivimos de cerca y por eso nos alarmamos, pero pensemos en Ruanda hace 25 años, Siria desde hace 10, Líbano con sus luchas internas o Myanmar hoy mismo. Una guerra, lamentablemente, es una crueldad al día. En la guerra no se baila el minué, se mata. Y hay toda una estructura de venta de armas que lo favorece. Una persona que sabía de estadísticas me dijo, no me acuerdo bien los números, que, si durante un año no se fabricaran armas, no habría hambre en el mundo”, señaló.