***El envío de crudo venezolano a España está suspendido luego que EEUU sancionara al gobierno de Maduro.
Por Casimiro Buenosvinos
El primer mandatario español Pedro Sánchez solicitó a los españoles prepararse para «cualquier escenario» de cara a la vuelta del verano y el Gobierno ya diseña distintos planes de contingencia relacionados con el suministro energético, la gran preocupación en Europa en este momento de cara al otoño y el invierno.
El gobierno no sólo está trabajando para compartir gas con vecinos europeos que lo necesiten a través de un mecanismo de solidaridad (pagado) que se está articulando o para conminar a los ciudadanos al racionamiento del consumo.
El Ejecutivo también está contemplando soluciones que hasta hace unos meses parecían imposibles. La guerra de Putin en Ucrania lo ha cambiado todo y una opción que ya está sobre la mesa pasa por retomar las importaciones de petróleo desde Venezuela suspendidas desde octubre de 2020, según los datos que ofrece la Corporación de Reservas Estratégicas (Cores).
Las sanciones de Estados Unidos al gobierno de Maduro hicieron a España desconectar del crudo del país caribeño y buscar mercados alternativos, esencialmente el norteamericano, el de México y el de Nigeria. Se puso así fin a un suministrador histórico y, como decimos, de calidad, que afectó especialmente a Repsol por sus negocios con la estatal PDVSA.
En Moncloa ya trabajan en la posibilidad de que Putin corte el envío de gas a Europa a través del tubo alemán. Ante esta situación, las estrategias se están reinventando y el Gobierno español no va a ser ajeno a estos movimientos.
En Madrid siguieron muy de cerca la visita de funcionarios norteamericanos a Caracas la cual estuvo avalada por la Casa Blanca. De esta forma, a falta de algunos detalles por cerrar, España ya está preparada para volver a recibir petróleo venezolano tras casi veintidós meses con el suministro interrumpido por las sanciones, que se van a suavizar por la crisis. Repsol ya tiene a sus equipos trabajando en esta operación en ciernes.
Recuperar las importaciones de petróleo venezolano a España es un movimiento con un potente trasfondo geopolítico. El Gobierno de Sánchez llegó a reconocer a Juan Guaidó como «presidente encargado» de Venezuela pero los avances han sido nulos. De ello es consciente el Ejecutivo español, que siempre ha tenido un papel importante en el país caribeño. La guerra en Ucrania y la incertidumbre obligan a cambiar de estrategia y a este giro en la relación económica con Caracas.
La gran beneficiada de este cambio de postura sería Repsol. La petrolera española es propietaria un 40% en la empresa mixta Petroquiriquire junto a la Corporación Venezolana de Petróleo (CVP) y PDVSA Social, las dos entidades públicas con las que la élite cercana al gobierno de Maduro se beneficia de la extracción de crudo, y también de gas, de la empresa presidida por Antonio Brufau. Además posee otro 50% junto a la italiana Eni en la sociedad Cardón IV, que se dedica solamente a la producción y venta de gas en Venezuela.