***La visita a Taiwán de Pelosi, la presidenta de la Cámara Baja del Congreso norteamericano, agrega pimienta al momento.
Por Pete Romero
Una muy probable visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara estadounidense, Nancy Pelosi, sirvió para que China manifestara que si el viaje se realiza, le responderá de manera enérgica al gobierno de Joe Biden.
Los asiáticos liderados por Xi Jinping consideran que ese encuentro afectaría la soberanía e integridad china, pues Taiwán es un país que se gobierna por sí solo pese a que ellos lo reclaman como parte de su territorio.
Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán, y sería su mayor aliado militar en caso de choque bélico con China.
La alerta, por ahora, flota en un mar de incertidumbre, pues es la prensa la que reveló las intenciones del viaje, cosa que Pelosi no ha confirmado ni desmentido. De concretarse sería en agosto, y pasaría a ser la primera visita en 25 años que una presidenta de la Cámara haga a la isla.
El solo poner un pie en Taiwán tensionaría las relaciones entre las dos potencias mundiales, pues el manejo a las fuerzas separatistas taiwanesas está en el centro del conflicto que durante años han sostenido China y Estados Unidos, rencilla que estuvo a punto de estallar cuando en abril pasado Pelosi iba a aterrizar en Taiwán.
Esa vez la presidenta de la Cámara canceló su agenda por el tema de la pandemia. Pero ahora todo parece listo para que retome la iniciativa.
Sumado a eso, el clima se calentó porque este miércoles el ejército chino denunció el paso de un destructor estadounidense –el USS Benfold– por el estrecho de Taiwán, acto que fue calificado como una provocación por lo que desde el Comando del Ejército Popular se ordenó a las fuerzas navales y aéreas mantener el control de todo el estrecho en disputa.